Todo tiene su fin y ‘The Crown’ no iba a ser una excepción. La serie de Peter Morgan que narra la vida de Isabel II se coronó el pasado diciembre con uno de los mejores finales de la historia de Netflix. Tras el arranque de una sexta temporada flojo, Morgan ha conseguido enderezar el timón y conducir la ficción a la altura de la calidad que ha mantenido durante casi todas sus entregas.
¿A qué se debe el mérito? Dificil de decir, probablemente al foco de la historia, que deja atrás el triangulo amoroso de Carlos, Diana y Camila para centrarse en la verdadera protagonista de la historia, la reina Isabel. Y es precisamente en los episodios centrados en su figura donde vuelve la clase, elegancia y calidad a la que se acostumbró a la audiencia cuando Claire Foy y Olivia Colman encarnaban a la monarca. El hecho de que ambas actrices hayan vuelto para acompañar a Imelda Stauton en el cierre de la historia ha sido un guiño que no ha pasado desapercibido para los espectadores.
Imelda Staunton, la monarca longeva
Han hecho falta dos temporadas y media para que Imelda Staunton brille y muestre la grandeza actoral que se esperaba de ella. Especialmente en la trama centrada en la preparación de la famosa operación “London Bridge”. Un viaje al futuro, en el que una entonces reina de Inglaterra en plena forma planeaba el escenario del que fue testigo el mundo en septiembre del 2022, cuando el cetro y la corona escoltaban su ataúd mientras paseaba por las calles de Londres por última vez.
El tándem con Jonathan Pryce también se hace notar en los últimos episodios logrando colocarse a la altura del equipo formado por Claire Foy y Matt Smith, y Olivia Colman y Tobias Menzies. Un hecho que demuestra cúal era la formula mágica de la serie, mostrar la vida de la reina y no los desaguisados de palacio. Los conflictos derivados del gobierno de Tony Blair y la guerra de Irak, la muerte de la princesa Margarita y la reina madre son muchos de los aspectos que se tratan en la recta final de temporada y que han logrado hacer brillar de nuevo la ficción.
William y Harry, la sombra de Diana
Tras la muerte de Diana los ojos de la prensa británica y de la sociedad en general se posaron sobre dos adolescentes huérfanos, William y Harry. Su hermetismo sobre la muerte de su madre duró años y ahora, en plena pelea familiar, su imagen en pantalla suponía un riesgo. Por suerte, para los entendidos, Morgan es benevolente con ambos y retrata lo que son a ojos del mundo; el príncipe responsable y el príncipe pícaro.
El blanqueo a Carlos de Inglaterra y Camila Parker sigue su curso pero los conflictos entre padre e hijos alivian un poco el indignante paso de Diana por la serie. Dando justicia a Harry y un respiro a William, sus tramas son tan interesantes que facilmente podrían tener una serie para ellos solos. Las correctas interpretaciones de Ed McVery, Luther Ford y una brillante Meg Bellamy como Kate Middelton, aportan la frescura juvenil en contraposición con la madurez del resto del elenco.
Una huella imborrable en la plataforma
Desde su estreno en 2016, ‘The Crown’ ha albergado inumerables premios y nominaciones, el más reciente el muy merecido Globo de Oro a Elizabeth Debicki por su representación de Lady Di. La serie ha logrado acercar la vida privada de los Windsor, la familia real europea más famosa, a la pequeña pantalla. Cosechando largos años de éxito, ha dado a conocer rostros de actores y actrices prometedores como Claire Foy, Vanessa Kirby, Josh O’Connor o Emma Corrin, entre otros.
Una banda sonora elegante, una fotografía cuidada, la perfecta recreación de un Reino Unido que cambia a lo largo de siete décadas, un guion minucioso, con ritmo y buen pulso, acompañado de excelentes interpretaciones hacen de ‘The Crown’ una de las ficciones de mayor calidad dentro del catálogo de Netflix. Será difícil alcanzar su nivel, aunque no imposible. Para aquellos que aún no la han visto ¿A qué esperáis? Asomaos a la mirilla del Palacio de Buckingham y entonar el “God Save the Queen”.