‘The Crown’: cambios en el Palacio de Buckingham

Ha pasado más de un año desde que la serie estrella de Netflix culminase su segunda temporada. El retorno de 'The Crown' que repasa la vida de la reina de Inglaterra se enfrenta a una dura prueba, el cambio de elenco.

Ha pasado más de un año desde que la serie estrella de Netflix culminase su segunda temporada. El retorno de la ficción que repasa la vida de la reina de Inglaterra se enfrenta a una dura prueba, el cambio de elenco.

Nuevas caras para una nueva situación

El pasado mes de noviembre llegaba la tercera entrega de The Crown. La mayor novedad que presentaba era el salto temporal y los nuevos rostros que encarnarían a los miembros de la familia real.

Claire Foy y Matt Smith dejaron el listón muy alto con sus interpretaciones de Isabel II y Felipe de Edimburgo. El relevo lo han tomado Olivia Colman y Tobias Menzies y, aunque las comparaciones son odiosas, es inevitable echar de menos la química entre Foy y Smith.

https://youtu.be/wZNKBHGpyUk

Olivia Colman nos presenta a una Isabel II más madura, austera, consolidada en el trono y con mayor estabilidad familiar. Al igual que Tobias Menzies que muestra a un Felipe más comedido y autocontrolado, quizás, demasiado laxo y carente de fuerza, algo que no ocurría con la versión joven del duque de Edimburgo.

Pero, sin duda alguna, el gran acierto por parte de los creadores de la ficción ha sido la elección de Josh O’Connor y Erin Doherty como el príncipe Carlos y la princesa Anna. De la mano de ambos se plasman los cambios en la mentalidad de los miembros de la familia Windsor. En especial, en Carlos y su amor imposible hacia Camilla Shand, más conocida como Camilla Parker Bowles.

Nuevos problemas

Peter Morgan mantiene la esencia de las dos anteriores temporadas pero dándole un cariz de mayor oscuridad a esta nueva entrega. Los personajes han evolucionado, han dejado atrás la juventud y sus valores se han asentado.

El inicio de la temporada es lento, cuesta introducirse en la historia. Los primeros capítulos centran la atención en el contexto histórico del Reino Unido de finales de los sesenta y no tanto en los dramas personales de la familia real. No es hasta el cuarto capítulo de la serie, cuando el espectador puede empezar a conectar y empatizar con los nuevos personajes.

Carlos de Inglaterra durante su proclamación como príncipe de Gales. Fuente: Esquire

Especial atención merece el capítulo seis, titulado ‘Tywysog Cymru’, en el que se introduce la figura del príncipe Carlos y su estancia en una universidad de Gales. La relación entre Carlos y su tutor, un nacionalista republicano, es, sin duda alguna, lo mejor de la temporada. El acercamiento del futuro heredero a la causa galesa es un espejo de los conflictos internos que tendrá que comenzar a enfrentar la casa real británica en los años venideros.

Secundarios estelares

Uno de los elementos más significativos de la nueva entrega de la ficción de Netflix se encuentra en la acertada elección de sus personajes secundarios. El cameo de Derek Jacobi como el Duque de Windsor y su última conversación con la reina de Inglaterra, al igual que la elección de Jane Lapotaire como Alicia de Battenberg y los problemas de fe a los que se enfrenta su hijo, el duque de Edimburgo, aportan el cariz emocional que tanto en falta se echa en los primeros episodios.

Probablemente, lo más loable sea la relación, perfectamente reflejada, entre el laborista Harold Wilson y la reina Isabel II. Jason Watkings y Olivia Colman forman un tándem interpretativo del que es imposible apartar los ojos.

Falta de Margarismo

Helena Bonham Carter y Ben Daniels como la princesa Margarita y Tony Armstrong Jones. Fuente: Popsugar Australia

El mayor fallo se encuentra en el poco protagonismo que se otorga a la princesa Margarita y su tormentosa relación con Tony Armstrong Jones. Vanessa Kirby y Mathew Goode protagonizaron el inicio de una relación turbulenta que se ve dilapidada en la madurez de la mano de Helena Bonham Carter y Ben Daniels.

Pese a ello, The Crown continúa siendo la joya de la corona de Netflix. La ficción se encuentra inmersa en el rodaje de su cuarta temporada que se desarrollará en la década de los ochenta con la boda entre Carlos y Diana. Sin duda, la etapa más conocida y turbulenta de la familia Windsor. Se espera que llegue a la plataforma a finales de este año.