‘The Crown’: el peso de la corona

Las series históricas siempre han tenido buena prensa, pero con 'The Crown' avanzamos un escalon más para disfrutar de la monarquía británica.

La ficción de Netflix creada por Peter Morgan narra en sus dos primeras temporadas los difíciles inicios del reinado de Isabel II. “El puente de Londres ha caído”, con esa frase la Primer Ministra comunicará el fallecimiento de Isabel II, quien a sus 92 años se ha convertido en la reina más longeva de la historia de la monarquía británica.

Pero mientras el Reino Unido se prepara para llorar a su reina, Netflix de la mano de Peter Morgan nos hace entrega de The Crown, una de las series de mayor éxito en el panorama actual. Ganadora de dos Globos de Oro incluido el de Mejor Actriz , cuenta con el respaldo de la crítica y también con el de la propia reina Isabel, que, según fuentes cercanas a la casa real británica, esta encantada con el resultado final.

La ascensión de Lilibet y su matrimonio con Felipe Mountbatten

La reina Isabel II portando la corona. Foto: Netflix

La primera temporada de la serie toma como punto de partida la boda entre Isabel, la primogénita del rey Jorge VI y Felipe Mountbatten, sobrino de Louis Mountbatten.

En los primeros capítulos nos encontramos con una Isabel inexperta, disfrutando de una dulce vida en Malta junto con su recién estrenado marido y viendo como poco a poco crece su familia con el nacimiento de sus dos primeros hijos. Sin embargo, en la lluviosa Londres las cosas no andan bien, al rey le es diagnosticado un cáncer de pulmón incurable. En el invierno de 1952, Jorge VI muere mientras duerme, sorprendiendo a todo el país y también a ‘Lilibet’, como es conocida en su circulo íntimo, que no podía imaginar que iba a convertirse en reina de Inglaterra con tan solo 25 años.

Aunque se abarcan numerosos hechos históricos, la trama en esta primera entrega se centra en la madurez de Isabel como reina y sobre todo en la difícil relación que mantiene con el gobierno, especialmente con el Primer Ministro Winston Churchill, que ve en ella a una niña sin experiencia alguna para gobernar.

Claire Foy y Matt Smith como Isabel II y Felipe de Edimburgo. Foto: IMDb

Paralelamente a estos acontecimientos, la joven reina también tendrá que vérselas con su marido Felipe, que no acepta estar a la sombra de su mujer teniendo que conformarse con el título de duque de Edimburgo. Es en ese instante en el que comienzan las correrías en el selecto club de caballeros alejado de la mirada de su esposa.

A lo largo de los diez primeros capítulos vemos como Isabel toma las riendas de su reinado a la vez que se le escapan las de su familia: con un tío problemático, una hermana enamorada de un divorciado y,sobre todo, un matrimonio que comienza a hacer aguas. Llegados a ese punto y por influencia de la reina madre, la casa real decide mandar a Felipe a una gira de seis meses por la Commonwealth.

La monarquía y el matrimonio

Los problemas en el paraíso afloran en la segunda temporada de The Crown. Foto: Netflix

Si en la primera temporada nos encontramos a una Isabel en su papel de reina, en la segunda nos topamos de lleno con su lado más humano: el de madre, esposa y hermana. Centrándose más en la crisis matrimonial y también en la difícil relación con su hermana la princesa Margarita, a colación de los desamores de esta última, las circunstancias familiares ponen en jaque la capacidad de auto-control de la reina.

Sin embargo, se ha echado en falta más profundidad en algunas tramas, como la relación entre la princesa Margarita y el fotógrafo Tony Armstrong-Jones, o un mayor protagonismo del personaje de la reina madre. Una disminución de la constante alusión en casi toda la temporada a las dudas de Isabel con respecto a la fidelidad de su marido habría ayudado.

La princesa Margarita y Tony Armstrong- Jones. Foto: IMDb

Una tercera temporada con una nueva imagen

Sin lugar a duda uno de los mayores aciertos de The Crown se encuentra en su reparto. Todos los actores aciertan al dar a sus personajes la dosis de drama y realidad justas, sin caer en la caricatura.Tanto Claire Foy, que ha encontrado su catapulta hacia el estrellato, como Matt Smith están soberbios en sus interpretaciones de la reina y el duque de Edimburgo. Digna de mención es la interpretación que hace John Lithgow como Winston Churchill, sus diálogos cruzados con Foy dejan al espectador atrapado frente a la pantalla.

En su tercera temporada, que se encuentra en pleno rodaje, la serie dará un salto temporal por lo que el reparto será sustituido. Ya esta confirmado que Olivia Colman y Tobias Menzies tomarán el relevo de Claire Foy y Matt Smith en los papeles protagonistas.

Caiga o no el puente de Londres, lo que está claro es que Netflix seguirá entonando el God Save the Queen durante un par de años más.

Enlaces de interés:

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