‘Stranger Things’ vuelve más terrorífica que nunca en su cuarta temporada

'Stranger Things' vuelve más terrorífica que nunca en su cuarta temporada.
'Stranger Things' vuelve más terrorífica que nunca en su cuarta temporada.

El pasado 27 de mayo llegaba a Netflix el primer volumen de la cuarta temporada de Stranger Things. Tras casi tres años sin noticias de Hawkins, los fanáticos del universo creado por los hermanos Duffer por fin podemos disfrutar de la nueva entrega de la popular serie. Tanto los creadores como el elenco anunciaban que la espera merecería la pena y no mentían. Lo ha merecido y mucho.

¡ALERTA SPOILERS!

Tras los acontecimientos de la batalla de Starcourt y la muerte de HopperEleven perdía sus superpoderes y se marchaba con Joyce, Jonathan y Will  a la soleada California para poder empezar una nueva vida. Mientras, el resto del grupo continuaban juntos a la  espera de empezar el instituto. La cosa quedaba en el aire y una breve escena poscréditos arrojaba la esperanza de que el sheriff de Hawkins siguiese vivo.

Pesadillas y traumas

Después de una tercera temporada algo descafeinada que mantenía un esquema similar a las dos anteriores, en esta cuarta nos encontramos con un giro de tuerca que conecta con los orígenes de la ficción. Con el grupo más divido que nunca, exploramos cuatro escenarios simultáneos: Hawkins, Nevada, California y Rusia.

Si en las dos primeras entregas el elemento dominante era la inocencia infantil de los protagonistas y en la tercera las problemáticas típicas adolescentes, en esta ocasión exploramos los traumas, luces y sombras de cada uno de ellos. Con un tono mucho más maduro, Matt y Ross Duffer nos presenta a Vecna, un nuevo villano con capacidad racional que ataca de una forma mucho más cruel, compleja y sanguinaria.

Alejándose del tono distendido al que nos tenía acostumbrado, la serie adopta un ritmo más frenético con unos capítulos de mayor duración que mantienen la acción desde el primer momento, sin dar tregua al espectador para asimilar los nuevos sucesos que azotan al pueblecito del estado de Indiana.

Planos secuencia con cámara al hombro, neón, bosques lúgubres, pasillos de instituto con animadoras y bandas de música, juegos de rol, misterio y terror, mucho terror. Con referencias a Pesadilla en Elm Street por doquier, no es de extrañar que el actor encargado de dar vida a Victor Creel, una de las piezas cables de la trama principal, sea Robert Englund, quién fue en su día el mismísimo Freddy Krueger.

Con este combo ganador los Duffer preparan el camino para la quinta y última temporada que pondra fin a la ficción de Netflix que nos ha acompañado desde 2016.

‘Dear Billy’

Con la llegada al instituto, la evolución de los protagonistas sigue su curso. Ya no son niños, ni preadolescentes, comienzan a tener problemas más serios y adultos. Mientras Eleven y Will intentan adaptarse al nuevo ambiente de Lenora Hills, Mike y Dustin se distancian de Lucas que ahora prefiere dejar de ser un nerd para convertirse en miembro del equipo de baloncesto. Pero de entre todos los personajes, la que más destaca es Max que, acostumbrada a estar en un segundo plano, se convierte en el eje principal de la temporada mientras lidia con las secuelas por la muerte de su hermanastro Billy.

Es quizás por eso que el cuarto capítulo Dear Billy sea uno de los mejores de la serie,  en el transcurso de este Max se encuentra frente a frente con Vecna que intenta alimentarse de sus traumas y remordimientos. Con “Running Up That Hill” de Kate Bush sonando de fondo, se hace una alegoría de la depresión y la ansiedad, traducido en un escenario onírico y asfixiante del que Max tiene que huir para poder salvar su vida.

Una temporada más femenina

Si las anteriores entregas centraban la atención en los cuatro amigos, en esta sin embargo son Millie Bobby Brown y Sadie Sink las que cargan con el peso dramático de la trama. Una, regresando a los orígenes de Eleven en una lucha por intentar recuperar sus superpoderes y la otra en un intento de vencer los demonios internos de Max y liberarla de su tristeza.

Otro dúo  que destaca es el que se forma entre Nancy y Robin que, a modo de Sherlock y Watson, se enzarzan en una investigación trepidante para conseguir encontrar los orígenes de Vecna y poder vencer, una vez más, al villano de turno. Si en la anterior entrega el personaje de Maya Hawke formaba tandem cómico con Steve, en esta ocasión vuelve a aportar el toque de humor junto con la primogénita de los Wheeler. Una combinación que nadie podía imaginar que funcionase tan bien pero de la que estamos enormemente agradecidos.

Con una estética más ochentera que nunca y la incorporación de nuevos personajes entre los que destaca Eddie Munson interpretado por un Joseph Quinn en estado de gracia, el primer volumen no dejará indiferente a nadie. Engancha desde el principio, se disfruta y te deja con ganas de más. Quizás la única pega es algunos efectos visuales que no cumplen con las expectativas de temporadas anteriores.

Si te has quedado con ganas de saber que sucederá con Eleven  y compañía no te pierdas el volumen II que estará disponible en Netflix a partir del 1 de julio.

Y para ir abriendo boca aquí os dejamos el avance.

 

La cosa promete y mucho ¿verdad?