‘Fear Street’, el terror clásico llega a Netflix

Hay ocasiones en las que Netflix sorprende con una joya inesperada que hace las delicias de los consumidores aturdidos entre tanto “atracón” de contenido. Hablamos de la trilogía 'Fear street'.

Hay ocasiones en las que Netflix sorprende con una joya inesperada que hace las delicias de los consumidores aturdidos entre tanto “atracón” de contenido. Si el pasado otoño fue ‘Gambito de Dama’ la serie que se coronó como la reina del 2020 de la plataforma, este verano la trilogía de ‘Fear Street’ se posiciona en los primeros puestos del ranking de mejores productos ofrecidos por el gigante del streaming.

Dirigida por Leigh Janiak y protagonizada por Kiana Madeira y Olivia Scott Welch, la trilogía de películas adapta los libros de R.L Stine, conocido como el padre del terror juvenil, y revitaliza el ‘slasher’ acercando al público más joven un subgénero que triunfó durante los años 80 y 90. Siguiendo la fórmula que conjuga adolescentes, una ciudad misteriosa y grandes cantidades de sangre, Janiak pone sobre la mesa una propuesta nunca vista en la plataforma y que promete ser el retorno del cine de terror más clásico.

Los 90, el grunge y Deena Johnson

Antes de empezar a disgregar la historia que se cuece detrás de estas películas hay que ubicarse en el contexto. Estamos en Shadyside, una pequeña ciudad estadounidense conocida por ser el epicentro de asesinatos masivos perpetrados desde hace siglos por vecinos que enloquecen sin razón aparente y que todos achacan a la leyenda de la maldición de la bruja Sarah Fier.

La primera película nos en situa el año 1994 de la mano de Deena Johnson (Kiana Madeira) una adolescente que intenta superar su ruptura con su ex novia Sam (Olivia Scott Welch) con la ayuda de su hermano pequeño Josh (Benjamin Flores Jr.) y sus dos amigos, Kate (Julia Rehwald) y Simon (Fred Hechinger). En medio de esa vorágine de drama adolescente un nuevo asesinato ha azotado la ciudad complicando aún más la situación de Deena, que tiene que lidiar con el hecho de que Sam se haya mudado a Sunnyvale, la ciudad colindante a Shadyside y con la que tienen rivalidad desde hace siglos.

Enfocada como un young adult, la primera parte de la trilogía hace un claro homenaje a la saga ‘Scream’, ya que, al igual que esos adolescentes, Deena y sus amigos son perseguidos por un asesino enmascarado, lo que hará que deban resolver el misterio de la leyenda de Sarah Fier para poner fin al baño de sangre de Shadyside. Uniendo pistas los hechos les llevan directamente al año 78, en el campamento Nightwing.

El Jason Voorhes del Campamento Nightwing

La segunda parte de la trilogía da un salto en el tiempo hasta finales de los 70 y centra la acción en el campamento de verano Nightwing. En esta ocasión el peso de la acción lo lleva un elenco diferente al de la primera parte, centrando toda la trama en las hermanas Ziggy y Cindy, la primera es interpretada por Sadie Sink, conocida por su participación en ‘Stranger Things’, sin embargo es Emily Rudd, la encargada de encarnar a Cindy, la que se lleva la medalla de oro interpretativa.

La historia narrada por C. Berman, una superviviente de la masacre,  rememora los acontecimientos sufridos en 1978  cuando el joven monitor Tommy Slater (McCabe Slye) perpetró una matanza sin precedentes. Como sucede con Deena en la primera película, en esta segunda parte son Cindy, Ziggy y Alice (Ryan Simpkins) las encargadas de intentar romper la maldición de Sarah Fier y terminar con los asesinatos de Shadyside. Haciendo una clara alusión a ‘Friday 13th’ la historia arroja luz sobre el personaje del Sheriff Goode, interpretado en la primera entrega por Ashley Zukerman y en esta segunda por Ted Sutherland, así como sobre las claves para romper definitivamente la maldición de Fier.

Tirando de efectos retro, música de David Bowie y alusiones a Stephen King, esta segunda parte se permite una pausa entre tanto hachazo para empatizar con sus personajes, algo insólito en las películas de terror, además de preparar el terreno para el último salto temporal; esta vez a 1666.

La caza de brujas y el desenlace final

Cada vez más cerca de resolver el misterio, Deena sufre una reveladora visión que la pone en la piel de Sarah Fier en plena época colonial, concretamente en Union, el antiguo lugar en el que ahora se ubican Shadyside y Sunnyvale.

En esta ocasión se vuelve a representar una historia de amor, la de Sarah Fier y Hannah Miller. Abandonando el slasher, Janiak presenta el terror más psicológico en esta tercera entrega que se nutre de películas como ‘The Witch’‘The Village’. Entre bosques sombríos y acusaciones de brujería, la historia viaja al acontecimiento que marcó el inicio de todo, con un giro de guion nada previsible que devuelve al espectador a 1994 y al desenlace final.

Sarah-Fier-and-Hannah-Miller-in-Fear-Street-Part-Three-1666

Se trata de la película más oscura de la trilogía, el cierre perfecto para una saga que devuelve el terror más nostálgico utilizando como nexo de unión una historia de amor entre dos mujeres en diferentes épocas unidas, de igual forma, por la maldición de Shadyside.

Como resultado final nos encontramos ante una trilogía que se disfruta y se deja ver, con un reparto conformado en su mayoría por rostros desconocidos que funciona a la perfección y una banda sonora que no tiene nada que envidiar a las mejores playlist de Spotify.

Si aún no has visto ‘Fear Street’ y has sido tan valiente de dejar que te destripe la trilogía con esta crítica no esperes a disfrutar de una de las mejoras propuestas que ha hecho Netflix en lo que llevamos de año. Si por el contrario aún quieres seguir sabiendo más sobre Deena Johnson y Sam Fraser, cruza los dedos para que den luz verde a una cuarta entrega y sigue viviendo un Halloween veraniego.