La historia de La Chef podría ser una biografía real de esas cocineras que empezaron a romper moldes y profesionalizarse en Francia en los años setenta donde las estrellas gastronómicas comenzaron a popularizare. Pero es mucho más. En esta novela sobre una cocinera, Marie Ndiaye persigue ejecutar un maridaje que haga chispas en el paladar del lector a través de un narrador muy peculiar, una protagonista que se sale de toda norma y un estilo narrativo cargado de elegancia. Lo consigue.
La chef. Novela de una cocinera (que en España ha publicado Gatopardo ediciones) es una obra que se sumerge en un tema que, en la ficción de los últimos años, parece estar tomando un gran protagonismo; la gastronomía. El universo tras las cocinas nos está llegando en forma de películas, documentales, series y libros, sin embargo en esta novela la perspectiva da un vuelco. Lo hace en gran parte por el estilo de su autora Marie Ndiaye (que ha obtenido los principales premios literarios de Francia: el Fémina, el Goncourt y el Marguerite Yourcenar) que elabora la obra desde una perspectiva hagiográfica y con una interesante ruptura de la cuarta pared a través de un narrador que mantiene en todo momento la segunda persona y que permite la lectura casi como un monólogo aunque parezca que siempre hay alguien al otro lado. Quizás somos nosotros, quizás es alguien interesado en la figura de una mujer que ha marcado un cambio gastronómico.
La Chef es una mujer inteligente, una artista que nunca ha buscado el reconocimiento público, una cocinera que solo desea escuchar los murmullos de satisfacción de sus comensales. O, al menos, así nos la presenta el narrador. Ahí radica uno de los grandes trabajos de esta novela. El narrador es un exempleado de La Chef que no esconde haber estado enamorado de ella, por lo que podemos sentir que la idealiza, que transmuta la realidad, que viste al personaje con el delantal que más le gusta o le conviene. Narra la historia cual biografía desde una especie de jubilación en la que él oculta su identidad. La veracidad de sus palabras lo es en la medida en que el lector quiera que lo sea.
La novela va cogiendo ritmo a medida que va avanzando y avanza a medida que La Chef va creciendo en su profesión. Comienza con su infancia y después se recrea en cómo va aprendiendo sus primeras recetas en una casa en la que acaba como cocinera por casualidad, trabajando para una pareja que se controla por ocultar su voracidad culinaria, su deseo irrefrenable de comer, su necesidad de vivir a través del paladar. Es ahí donde va descubriendo la magia de los emplatados, el disfrute de ir al mercado, el gozo de crear sabores inesperados. Aprendiendo también a complacer al comensal, algo que con el tiempo se convertirá para La Chef en un pequeño trastorno, un arma de doble filo porque conseguir complacer conlleva que te reconozcan y gestionar el reconocimiento no estaba en sus planes. La novela de Ndiaye desgrana cada uno de estos puntos con calma, cayendo en los detalles, llevando al lector a paladear cada vez que aparece un plato y a acercarse a la realidad de un personaje que ha descubierto una pasión que la devora. “Todas las noches se dedicaba a reflexionar sobre mezclas de especies y de pescados, de frutas y de carnes, sobre la elección de dos colores armoniosos o desconcertantes en un plato, pero, sabiendo que no podría aplicarlo al día siguiente, le daba la impresión de que el genio de la cocina se cansaba de ella”.
Vamos conociendo así a La Chef desde sus primeras tareas de cocinera hasta que crea el restaurante que la dará el renombre definitivo y el reconocimiento a su maestría. Pero no es solo el esfuerzo la premisa de su crecimiento profesional sino una vocación oculta, unas manos y una mente que aparentemente han nacido para cocinar aunque ni ella misma fuese consciente. Aunque no todos los platos de su vida culminan en éxtasis. La hija de La Chef, a la que tuvo que dejar con su familia, se presenta como una especie de némesis a la que el narrador no duda en destinar sus peores palabras conformando un personaje cargado de giros inesperados.
En esta novela Marie Ndiaye nos lleva por la historia de una mujer humilde que alcanzó el éxito sin pretenderlo y lo hace con una prosa personal en la que escribe con largas frases (cada párrafo es únicamente una frase, excepto al final donde la novela va cogiendo el ritmo de una cocina frenética) a través de las que aporta al texto una sabrosa elegancia. La mezcla de ingredientes juega así un doble papel en La chef. Novela de una cocinera, traspasa lo culinario con platos como la pierna de cordero en camisa verde para absorber la narrativa y dejar en el lector un regusto que pocos artistas consiguen.
