Laura Agustí nos lleva a descubrir la ‘Historia de un gato’

Historia de un gato, de Laura Agustí.
Historia de un gato, de Laura Agustí.
En Historia de un gato, Laura Agustí nos lleva con ilustraciones y textos a su infancia y a la vida de Oye. Pero también nos descubre información y consejos muy gatunos.

Oye, el gato siamés de Laura Agustí, fue parte imprescindible de su vida durante 17 años. Ahora es el coprotagonista de Historia de un gato. La novela gráfica desde la que la autora nos lleva a la infancia y la convivencia de ambos a través de ilustraciones, a la vida de Oye, pero también a descubrirnos información y consejos muy gatunos.

Desde hace años vemos con asiduidad memes de gatos, videos, perfiles gatunos en redes sociales, cafeterías con gatos… Podríamos llegar a pensar que los gatos están consiguiendo esa dominación que, según la cultura popular, tanto ansían. Como nos cuenta Laura Agustí «Las redes están llenas de memes de animales, pero creo que los gatos son los más mediáticos, supongo que por la combinación de su belleza y carácter. Los que tenemos gatos sabemos que estamos dominados por ellos porque en realidad no los tenemos nosotros a ellos sino al revés, nos tienen a nosotros, nos estudian y nos educan para que les sirvamos a su antojo. A un gato no se le puede enseñar mucho, va a hacer en tu casa y contigo lo que quiera y aun y así los amaremos incondicionalmente».

Historia de un gato, que se mueve entre el ensayo ilustrado, la autobiografía y el saber enciclopédico, comienza con una ubicación. Una ilustración que podría ser postal de Valdealgorfa, el pueblo de Laura Agustí. Y es que sin ese lugar quizás no existiría esta historia. A partir de ahí nos vamos adentrando en sus calles con detalles de recuerdos de determinados lugares y de los animales (pájaros, caracoles, insectos, tortugas, conejos…) que pasaron durante esos años por su vida. Agustí ya no repetería aquello que le decía su abuela de “los animales como animales y las personas como personas” desde una visión amable y desde la pura realidad de que muchos acababan en la cazuela o en las fauces de otro animal. Es consciente del cambio en cómo vemos a los animales «mis abuelos entendían a los animales de una manera diferente, para ellos eran funcionales y útiles. El perro protegía la casa y el gato ahuyentaba a las ratas de la bodega. Yo concibo a los animales de otra manera. No están a mi servicio, y como considero que son seres que sienten, mi relación con ellos es distinta».

Laura Agustí. Foto de Sandra Rojo.
Laura Agustí. Foto de Sandra Rojo.

Quizás con este libro empecemos a tener “gatos en la cabeza” como quien tiene pájaros, que era el título del anterior libro de Agustí, porque se adentra en una mezcla de saberes gatunos sobre su historia, su relevancia en ciertas civilizaciones, cómo retrataron a este animal los grandes maestros de la historia del arte, los beneficios de tener un gato, su lenguaje, o diversos consejos prácticos.

Todo ello se encuentra en Historia de un gato aderezado con esas ilustraciones tan personales (son especialmente reconocibles sus dibujos en redes de cuerpos de persona con cara de animal) y cargadas de energía de Agustí. Que componen una cuidadísima edición que trabaja también el equilibrio entre texto e imagen a través de dos técnicas «la del rotulador calibrado en tinta negra, que es con la que suelo trabajar siempre, y la de fondos abocetados en lápiz que van cambiando de color conforme la historia evoluciona. No hay un índice definido por capítulos, pero la parte que trata sobre la infancia tiene un color tierra de fondo, la del duelo un azul oscuro y la fase final del libro un ocre. Esos colores simbolizan y clasifican las etapas de la historia sin restarle importancia a la línea negra del dibujo principal».

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Agustí escribió el libro como terapia tras la pérdida de su siamés Oye y por eso es un libro también sobre él. De hecho, casi al final, hay una página, la única, con fondo negro. «En esa página se encuentra el texto que escribí cuando Oye murió porque necesitaba expresar mi dolor e iniciar otra fase del proceso del duelo. Mi duelo por su pérdida empezó antes de que sucediera, cuando estaba tan enfermo que lo único que podía hacer era acompañarle hasta el final. Escribir este libro y compartir mi historia ha sido muy terapéutico para analizar de dónde vengo, por qué tengo esta relación con los animales y comprender así la brevedad de sus vidas en comparación con las nuestras. Ha sido muy bonito compartirlo con la gente y ver que todos los que conectamos con nuestros animales pasamos por lo mismo«.

Como Ilu Ros en Cosas nuestras y Ana Penyas en Estamos todas bien, Laura Agustí tira para este libro del hilo de la memoria y del amor por las cosas sencillas y populares para llevarnos a la ternura sin perder de vista lo didáctico.