“Las vocaciones pueden ser muy jodidas”. Entrevista a So Blonde #JefazaAlHabla

La décima musa, So Blonde.
La décima musa, So Blonde.
Nueva entrevista de #JefazaAlHabla con So Blonde hablando de editoriales independientes y grandes firmas, de sus proyectos y del mercado editorial.

Colaboradora de El Jueves, escritora gamberra de terror, chick lit, y ahora levantando una ambiciosa obra, La Tríada. Hablamos con la Jefa Superiora So Blonde de editoriales independientes y grandes firmas, de sus proyectos y del mercado editorial en España en un nuevo #JefazaAlHabla.

Nokton Magazine: Rubia, en tu perfil de la editorial Planeta se dice que eres mucho de sicalipsis proactiva. ¿Eso qué es? ¿Tiene que ver con el tinte de pelo?

So Blonde: La sicalipsis proactiva es un fenómeno causado por la falta de comprensión lectora de la que adolece nuestra sociedad. En ella una se convierte en sujeto pasivo, y persona paciente, de los equívocos que se producen al interpretar lo escrito y que siempre tiran para lo del tema salaz. El otro día pedí en redes, que se me especificara en mails y mensajes qué se quería de mí, ya que muchas veces no entiendo qué pretende la gente al mandarme ciertos enlaces o textos, y recibí desde invitaciones a cenar hasta peticiones de fotos en las que se vieran cosas rosas. Un sindiós todo.

En cuanto a lo del pelo: lo del pelo siempre tiene que ver, puede parecer algo trivial y frívolo, pero no lo es tanto si lo enfocas desde el punto de vista de asociaciones como Mechones Solidarios  o Pekelucas.

NM: De Azafata AVEnturas a La Tríada, ¿ha cambiado algo el panorama editorial en España?

SB: El panorama editorial español es un bicho muy gordo, de muchas cabezas, con rabito enrollado  y al que no conozco bien. Pensar en él y sacar algún tipo de conclusión que pudiera ser medianamente coherente me produce una pereza terrible. Yo te puedo hablar de mí y decirte que a «Azafata AVEnturas» tuve que buscarle casa y que ahora me tengo que disculpar cuando las editoriales me contactan y contesto que no tengo nada disponibles para ellas y poco tiempo para asumir nuevos compromisos.

NM: «Escribe un realismo sucio gamberro», «Gamberra pija (que no pija gamberra)»… ¿Existe el género «So Blonde»? (pregunta pretenciosa necesaria en toda entrevista)

SB: Huy, no, crear un género es una cosa muy seria. Yo lo que intento es tener una voz propia, que alguien pueda leer obras tan distintas en forma y modo  como Última Noche en el Páramo y Vamos, nena, que te comen la merienda y me reconozcan, que digan: «Ahí está So».

Me gustaría que lectores que me conocen por mis trabajos de terror me siguieran cuando hago chick lit por ejemplo, y a la inversa, que se olviden de las etiquetas porque simplemente les gusta mi forma de escribir.

NM: La Tríada me parece un proyecto ESPECTACULAR. Cuéntanos cómo conseguiste vender esta idea y cuándo salen los siguientes cantos.

SB: La Tríada son cuatro libros: Tierra, Infierno, Limbo Y Cielo.  Sacarlos así, en tomos separados, fue una idea que me tuve que vender a mí misma ya que no quería invertir dos años de trabajo en una historia que no sabía si alguien iba a publicar. Jorge Iván Argaiz me propuso que firmáramos por la totalidad de la saga, y Dolmen Editorial tiene los derechos sobre ella, algo con lo que yo estoy muy conforme, pero no me quería comprometerme ni comprometer al sello con fechas con un producto que no sabíamos si iba a funcionar. Ha pasado más de un año desde la publicación de «Tierra» y es ahora cuando llegan las reseñas, las críticas positivas y las reacciones del público. Creo que hay que darle algo más de recorrido a este primer título antes de adentrarnos en «Infierno» que es un tomo de transición narrativa y bastante duro en lo referente a lo que cuenta.

NM: Cuéntanos un poco cómo funciona trabajar en El Jueves y los proyectos que has sacado con ellos.

SB: Las risas y el gamberreo en El Jueves terminan en la portada. Con esto quiero decir que es una revista seria y profesional en la que se valora a sus colaboradores y se les trata con gran respeto. Paga decentemente, siempre a tiempo y, en muchas cosas del tema laboral y administrativo, no se diferencia mucho de otras publicaciones de prensa como podrían ser ABC. Eso también supone que existan ciertas afinidades dentro de los equipos de trabajo y decisiones en las que influye pertenecer a un gran grupo editorial como es RBA.  Yo comencé a publicar allí,  junto a Marta Masana,  cuando la directora era Mayte Quílez y nunca me he sentido más valorada, querida y respetada como creativa que junto a ella. Mayte para mí es un referente como profesional y como mujer. Con el cambio en el consejo de redacción, tuve una etapa muy estresante en la que había semanas que entre la web y la revista escribía hasta para cinco dibujantes distintos y con plazos de locura. Recuerdo que una vez me llamaron un sábado por la tarde para entregar junto con Raúl Salazar dos páginas para primera hora del lunes, justo antes de ir a imprenta. Yo no había trabajado nunca con Raúl y nos apañamos por teléfono, él conduciendo y yo arrastrando una maleta mientras nos gritábamos «¿Que si quiero o que si tengo?». Creo que nos quedaron geniales.

Ahora formo equipo con Pedro Pérez, Pedro  es un crack, hace arte de la verdadera y su disponibilidad es menor ya que la compagina con otros trabajos, sobre todo en animación, pero es un lujo poder colaborar con él.

En resumen; si todo el mundo editorial funcionase como lo hace El Jueves, el panorama sería muy distinto y mejor.

NM: Editoriales pequeñas e independientes llenas de ilusión contra los supuestos malignos conglomerados. Como autora que has colaborado en todo tipo de editorial, ¿qué ventajas y desventajas ofrecen?

SB: Las editoriales grandes tienen más recursos y no les cuesta mucho nada hacerte un booktrailer, implantarte en cualquier comercio o incluirte en alguna feria ya que cuentan con toda esa estructura de antemano.  Por otra parte trabajan con muchos títulos y el tiempo que pueden invertir a tu trabajo está muy marcado por ciertos plazos y resultados.

En Dolmen trato directamente con Daty Ruiz, que se encarga del tema de prensa entre otras cosas. Soy consciente de que sus recursos son limitados pero si le pido algo de material promocional, que mande algún ejemplar de cortesía o contacte con tal medio, no falla y me contesta o me da una solución en un par de días. Es un amor.

Luego hay micro sellos como Aloha Editorial de Adriana Bañares que cuentan con poco más que cualquier particular, pero que por eso mismo miman a sus autores y su catálogo. Yo valoro mucho eso por encima de ofertas económicas o distribuciones masivas.

NM: Hay una frase tuya maravillosa que te leí una vez: «una cosa es literatura y otra tener los findes libres y una tarjeta de puntos de fidelización de autobuses Alsa». Convenciones y charlas, estar arriba y abajo con presentaciones. ¿Qué es el fandom español? ¿Es algo que se cura o nunca se va del todo?

SB: ¡¡Aiiing, el fandom y los saraos y los grupetes y cortijos!! Yo no puedo permitirme ir de feria en feria para dejarme ver y vender mi papel de autora. Además de que no valgo para ello y no me gusta, no me siento cómoda. Yo me dedico a escribir, no doy arengas sobre filosofías de vida, ni luzco conocimientos o intento quedar siempre muy de lista. Entre otras cosas no sé qué podría aportar yo en una charla o qué valor podría añadir a mis obra el que  comenzase a lucir palmito y a buscar la foto. Yo entiendo y respeto a las firmas que se promocionan así, que buscan y rentabilizan la popularidad para vender sus libros, pero figurar en todos los saraos no te hace mejorar como escritora ni otorga ninguna virtuosismo a la hora de elaborar un texto. A mí me parece muy bien que se creen y eleven pseudo influencers en «esto de lo de escribill», pero que un escritor te caiga muy bien o sea muy salao en persona, no mejora su obra. Veo a gente, casi sin material ni recorrido y con calidades muy discutibles, que están siendo tildados de maestros cuando su único logro real es estar cobijada por ciertos grupetes con más o menos repercusión, o tener don de gentes en las distancias cortas. Creo que eso contraproducente.

Lo malo de todo esto es que se forman lo que yo llamo cortijos, distintos y enfrentados,  que se erigen todos como voces autorizadas y que se dedican a joder y a invisibilizar a quienes no los aceptan como gurús o no comulgan con ellos.

Que alguien te eche una mano o tenga un detalle contigo, con una simple mención o una recomendación, es muy muy complicado, pero para joderte, vetarte o cosas muy mezquinas que he visto por ahí, hay barra libre. Por eso, aunque me cueste más hacer que se vea mi trabajo, yo prefiero mantenerme alejada de comunidades, grupos y fandom en general. Soy So, un fantasma en el sistema, y escribo cosas.

NM: En las anteriores sesiones de #JefazaAlHabla he preguntado a las autoras sobre cómo ven a los lectores en 2019.  Hablaba con Yolanda Camacho que parecía haber un vacío extraño entre los postmillenials (veintipocos) y los escritores más cerca de los cuarenta dentro del género. ¿A quién le escribe So Blonde?

SB: Escribo para mí, algo que puede no ser muy inteligente, pero es que si no consigo que me llene lo que hago, me es muy difícil sacar adelante los textos. Sofía Rhei me ha comentado en varias ocasiones que, al  dedicarme a literatura comercial, me iría mejor si  estuviera pendiente de tendencias, modas y gustos, seguramente tenga razón; esa nena es muy lista. Mira, cuando en Ediciones B me dieron fecha de entrega para Edificio Hadrón, me recomendaron que apuntalara los elementos de romance que tenía el libro, para enfocarlo un poco a la línea de la editorial y su target de lectoras. Lo hice, sin esfuerzo y satisfecha con el resultado,  pero muy a mi manera y ese título ha pasado bastante desapercibido entre el público aun con el músculo que se le presupone a Randon House Mondadori. Una pena, pero hay que apostar por lo que una cree y estoy muy orgullosa de esa historia.

Yolanda Camacho acierta al referirse a lo de ese  vacío, pero yo creo que es algo lógico. La literatura en la infancia y la adolescencia te permite catar, aprender y anticiparte a experiencias que están por llegar, pero creo que la veintena está para vivir y que el contacto con los libros debe ser para formarse. Nunca sabrás qué quiere decir la palabra  «beso», por mucha que la leas, sin probar la saliva ajena y el roce de unos labios sobre los tuyos. Esto también vale para cosas como «fractura del tabique nasal» o «potar la vida en una esquina por a causa del Licor 43», pero quedan menos bonitas.

Es en la treintena cuando es bueno volver a la literatura, ya con bagaje vital y con tiempo y perspectiva para disfrutarla.

NM: «Yo no sé nada de dios o del diablo, sólo sé que hay quien consigue atraparte en una historia aunque su vocabulario sea más limitado que el del texto de un bonobús».  ¿Se calienta la gente demasiado la cabeza en las redes sociales y debates? ¿Nos falta practicar más sexo?

SB: Mucho, mucho. Yo me he agarrado cabreos muy grandes por cosas de las redes, pero te vas profesionalizando y generando  distancia con los perfiles. A los no nativos digitales esto de las RRSS nos pilló muy de nuevas y hemos tenido que adaptarnos. Yo me impuse como norma no entrar en polémicas públicas y encarar todo con cierta perspectiva de broma constante. Las redes sirven como escaparate de tu trabajo, para estar informada de lo que se mueve en  del mundillo, interrelacionar con los lectores y, sobre todo, como herramienta de net working.

He conocido por este medio a gente estupenda que me agradan mucho en los personal y que me enseñan muchas cosas sobre sus disciplinas, como Pilar Ramírez Tello o José Valenzuela, pero si te obsesionas con el feedback o los comentarios, puede ser algo muy tóxico ya que todo se suele tergiversar y descontextualizar.

Sobre lo de follar más que dices, no sé, a ti se te ve hermoso. Yo pillo menos que una cacatúa encerrada en una jaula del Verdecora.

NM: Diana Gutiérrez hablaba en Nokton con que este mercado está en constante cambio, de la ansiedad y la falta de «ganarse la vida en esto». ¿Cómo ve So Blonde el futuro del mercado?

SB: Pues el futuro de Sarah Connor es casi mejor. Hay que tener en cuenta que en este negocio los márgenes económicos son muy pequeños. El PVP de un libro se divide en porcentajes, más o menos, del siguiente modo: 60% para venta y distribución, 30% para la editorial y 10% para el autor. Esto se traduce en adelantos (con la variable del número de ejemplares de las ediciones y el precio final) que oscilan entre los trescientos y los dos mil euros por obras que te suelen ocupar un año de trabajo. Luego reza porque la liquidación de ventas por periodo sea positiva y fíate de las cifras que te pasa la editorial, claro.

Creo que todos suspiramos por la esperanza marchita de un pelotazo de ventas de doscientos cincuenta mil ejemplares o por la cesión de derechos para adaptaciones y traducciones. Trabajar en prensa o en tareas de redacción de backoffice te permite unos ingresos más constantes y está algo mejor retribuido, pero con nuestro sistema tributario hay ocasiones en los que no te sale a cuenta cobrar y cargarte con otra factura de un nuevo pagador.  A todo esto tienes que estar en continuo movimiento para colocar tus trabajos, los plazos editoriales de respuesta y producción suelen ser lentísimos, a lo que tienes que sumar el mantener tus criterios de calidad como creador y las reacciones del público que son siempre una ruleta rusa. De la crítica ya ni te hablo.

Escribir tiene mucho de vocación, y las vocaciones pueden ser muy jodidas.

NM: ¿Cuándo sale lo nuevo de So Blonde?

SB: Mi aportación de este año al género del cuento se encuentra incluída en el retapado La Décima musa de Jot Down Books, una antología coordinada por Ángel Luis Sucasas con temática sobre videojuegos. Hay nombres allí tan interesantes como Nacho Vigalondo, Eva Cid, o Guillem López. Se está moviendo de forma casi clandestina y es fácil que se os pase, algo que luego lamentaréis.

NM: Nos lo apuntamos. ¿Algo más que añadir?

SB: Sí. Por favor, comentad en redes, webs y portales especializados los libros que leeís, para los autores con poco impacto mediático esto es fundamental; el boca oreja digital nos da la vida. Además así podréis encontrar auténticas joyas alejadas de lo mainstream como la novela autopublicada Plata Pura de Nuria C Botey, tan buena y brutal que ninguna editorial convencional se atrevería a sacarla.

Y por último dar las gracias a Nokton Magazine  por cederme este espacio y a ti , José, por interesarte por mi trabajo. Sin gente como tú que ayude a los escritores a llegar a los lectores todo lo que hacemos se pierde entre el ruido y la furia.