Entrevista con Meritxell Terrón #JefazaAlHabla

La periodista Meritxell Terrón creó, junto a José Molina, Literup, uno de los proyectos de creación literaria más interesantes del panorama español. Hablamos aquí con ella.

Meritxell Terrón creó, junto a José Molina, Literup, uno de los proyectos de creación literaria más interesantes del panorama español. La plataforma permite a los aficionados a la escritura a compartir y mejorar sus textos, a la vez que ayuda a conseguir una edición cuidada. Periodista especializada en Escritura Creativa, Meritxell nos comenta en Nokton Magazine todo sobre Literup.

Nokton Magazine: ¿Cómo surgió el proyecto?

Meritxell Terrón: Todo empezó en 2014. Jose y yo nos conocimos en un grupo online de escritores, donde compartíamos relatos e incluso competíamos entre nosotros. En ese momento, Jose tenía que realizar una app como trabajo final de una asignatura en Ingeniería Informática y como yo estaba estudiando el Máster en Escritura Creativa me pidió ayuda, ya que quería hacer una aplicación que permitiese hacer fichas de personaje, eventos y escenarios. Al final la idea creció y decidimos hacer una red social donde los personajes pudieran interactuar entre ellos. Aplicar la gamificación fue una epifanía de Jose. 

NM: ¿Cómo surgió entonces la antología ‘La Isla del escritor’?

MT: En 2016 realizamos un crowdfunding para poder llevar a cabo el proyecto. Con el dinero recaudado podríamos mantenernos durante un año y así poder trabajar por completo en Literup. Durante la campaña, un grupo de mecenas se ofreció a regalarnos relatos para hacer una antología cuya recaudación sería para ayudarnos económicamente. Esa antología fue La isla del escritor, con 32 relatos separados en diferentes géneros (ciencia ficción, fantasía, realismo…) y con el nexo en común de que aparecen islas en todos ellos. La verdad es que fue un detalle increíble y estamos muy agradecidos por lo que hicieron por nosotros.

Y desde entonces, hemos abierto una editorial anexa a la red social. Nos hemos centrado en publicar novelettes de ciencia ficción, fantasía y terror con protagonistas poco convencionales. Actualmente hemos publicado siete novelettes y dos antologías (una de ellas La isla del escritor).

NM: Mark Fisher definió el «voluntarismo mágico como “la creencia de que está dentro del poder de cada individuo hacerse lo que quiera ser (…)». Según Fisher el voluntarismo mágico es la ideología dominante y la religión no oficial de la sociedad capitalista contemporánea. Su idea principal es: “si no triunfas es porque no te has esforzado lo suficiente”. Mi pregunta; ¿ha sufrido Meritxell alguna vez las consecuencias del voluntarismo mágico?

MT: Sí, y mi salud también lo ha sufrido, jajajaja. Te empujan a creer que si no eres alguien en la vida con un trabajo que incluya un sueldo increíble, una casa con jardín y un golden retriever (no he entendido nunca por qué esa raza de perro) es por tu culpa. Cuando la realidad es muy distinta. 

Si provienes de una familia pobre o modesta, estás limitada. Yo tuve que trabajar mientras estudiaba, así que mis notas no son altas. Por ello no me dieron la beca en el máster, así que también tuve que trabajar mientras, y obviamente, tampoco me la dieron para el doctorado, así que lo tuve que paralizar, porque ni a tiempo parcial era capaz de dedicarle el tiempo necesario. Y yo sé que soy afortunada porque sí pude ir a la universidad. Y como empecé a trabajar con 14 años como canguro, profe de repaso, etc. no me fue difícil la inserción laboral, y también ayuda que fuese precrisis.

Durante el tiempo que lleva en marcha Literup nos hemos esforzado muchísimo cada día para que el proyecto siga adelante. Hemos tenido noches en vela trabajando en las competiciones de la red social, evaluando relatos, correcciones de novelettes que se alargaban más de lo esperado… Y por ello agradecemos cada pequeño comentario que nos hacen sobre el funcionamiento de la empresa.

NM: Supongo que esta idea de “lucha por tus sueños” la habréis visto mucho en convenciones de emprendedores

MT: El caso es que la mayoría de emprendedores que defienden esta idea son gente que ha tenido un gran apoyo económico desde el minuto cero.

Seamos sinceros, si no tienes gran capital a tus espaldas para empezar un proyecto es prácticamente imposible tener éxito.

El mundo emprendedor está lleno de niños de papá y de enchufes en el lugar indicado para poder invertir. Hemos visto ideas muy absurdas que tenían grandes campañas de publicidad, un equipo de más de diez personas a las que pagan un sueldo… Y supuestamente jugamos en la misma liga todos.

Hemos estado luchando por nuestro sueño durante más de cinco años. Trabajando casi 12 horas diarias y con vacaciones inexistentes. Cada céntimo ganado se ha reinvertido en el proyecto. Y llevamos cuatro años con otros trabajos para poder ganar dinero y mantenernos. Porque sin una inyección de dinero muy grande es imposible llevar a cabo un proyecto.

NM: ¿Es necesario una ayuda económica o un colchón para estos proyectos? ¿Existen estas ayudas?

Sin duda alguna. Como comentaba antes, debes iniciar la empresa con una base económica estable. Hay que preparar una previsión de los próximos años y calcular tanto los buenos como los malos ratios. Y estar preparado para cualquier imprevisto.

Ayudas al emprendedor existen muchas. Tienes preincubadoras que apuestan por nuevos proyectos tecnológicos (hemos estado en tres). Hay charlas, eventos… Hay muchísimo material para que cualquier persona se motive a emprender. A nosotros nos ayudaron mucho porque es cierto que conocimientos de economía no teníamos. Aprendimos muchísimo y conocimos a gente muy interesante durante el camino.

Ayudas económicas por parte del Estado se pueden contar con los dedos. Y los requisitos son astronómicos y muy puntillosos.

Si buscas ayudas privadas, tendrás mil opciones, siempre que tu modelo de negocio sea rentable casi desde el primer día y cediendo gran parte de las acciones de tu empresa. No es oro todo lo que reluce.

NM: Cosas de las que te sientes orgullosa de Literup. 

Sin duda, el Proyecto Válidas ha sido nuestro mayor logro. Surgió como una idea para conmemorar el Día Mundial de la Fibromialgia (12 de mayo) y así dar visibilidad a protagonistas que padecen enfermedades o condiciones incapacitantes. Y es que tanto Jose como yo padecemos enfermedades crónicas. Por mi parte, tengo fibromialgia y  él, Crohn. La intención era que los protagonistas tuvieran su historia al margen de padecer esa incapacidad. La idea gustó mucho y de allí salieron varias de nuestras novelettes: Legado de plumas, de Marina Tena Tena (sus protagonistas son ciegos); Aracnefobia, de Celia Añó Espí (la protagonista es ciega y al coprotagonista le falta parte del brazo derecho) y El último de los thaûrim, de Cristina García Trufero (el protagonista tiene Alzheimer y a la coprotagonista le falta también parte del brazo derecho).

Gracias a la gran acogida que tuvo, hace unos meses repetimos la recepción de manuscritos con Proyecto Válidas II y ahora mismo estamos leyendo los manuscritos.

NM: ¿Qué desengaños que te has llevado con Literup?

Una de las cosas que más nos ha dolido ha sido el poco (o nulo) apoyo que existe hoy en día hacia la literatura. Creíamos que, al hacer un proyecto social que busca mejorar el ambiente entre lectores, escritores y editoriales, conseguiríamos atraer el interés de mucha gente.

El problema es que los inversores que se dedican a este sector están muy desfasados y no quiere evolucionar. Piensan que la literatura se muere porque las librerías ya no venden. Y no quieren abrir los ojos a las oportunidades que les brinda Internet.

Otra de las cosas ha sido que por muchas horas que le hemos dedicado al proyecto nunca es suficiente. Cuando solucionas una cosa aparecen seis o siete fuegos que tienes que apagar. Y, sinceramente, mentalmente no puedes con todo y más siendo solo dos personas.

NM: Volvemos a Mark Fisher: “El capitalismo  insiste en tratar la salud mental como si fuera un hecho natural, como el clima (pero, una vez más, el clima ya no es un hecho natural sino un efecto político-económico).” ¿Somos más infelices cuando intentamos hacer lo que queremos? ¿Estamos constantemente autoengañándonos?

El capitalismo ha hecho que tengamos que vivir para trabajar. Y no debería ser. Siempre me ha gustado muchísimo leer y escribir, y he orientado toda mi formación a ser escritora. A raíz de crear la plataforma, descubrí que lo que en realidad me llena más es formar a escritores y publicarlos. Así que redirigí levemente mi trayectoria. Actualmente mi jornada laboral se basa en trabajar codo con codo con las escritoras. Ver los comentarios que hacen en las redes sociales sobre las correcciones que hago me llena de un calorcito interior que si estuviese trabajando en otro empleo totalmente distinto no sentiría.

Sin duda alguna nos autoengañamos. Queremos que con un chasquido de dedos lo podemos conseguir todo. Y no es así. Porque la realidad es que debes ser perseverante, trabajar y, ante todo, lanzarte a la piscina para probar cosas nuevas. No sabíamos si funcionaría el estilo de preventa de nuestra editorial, pero fue todo un éxito.

NM: ¿Cómo os organizáis el día a día? ¿Podéis realmente vivir de este proyecto?

Por mi parte, llevo un año en el paro, así que he podido centrar bastante mis esfuerzos en la empresa. Intento organizarme un horario de trabajo, aunque sea desde casa. A veces es complicado no hacer horas de más o no empacharte por hacer maratones. Ahora mismo estoy intentando fragmentar el trabajo y hacer más descansos con la app Focus to-do, que además me permite saber a qué dedico más tiempo, cuánto trabajo… Y como usa la técnica Pomodoro me “obliga” a descansar, que es algo que llevo regulín. Jose ahora mismo tiene su propio escape room, por lo que intenta coordinar ambas empresas con malabares y muchas horas.

Con total sinceridad, nos es imposible actualmente vivir de Literup. A día de hoy, gracias a la editorial podemos cubrir a duras penas los gastos mensuales. Y después tenemos eventos literarios, donde sí tenemos algo de beneficios (y además estamos en nuestra salsa).

NM: ¿Cómo ves el mundo editorial en España?

Que, al igual que los inversores, está anclado al pasado. Las grandes editoriales no le dedican atención a los ebooks (los ven más como fuente de pirateo que como una opción más, aunque lo entiendo, claro). Y las pequeñas somos más originales, más atrevidas y arriesgadas. Podemos estar orgullosos de editoriales que traen reediciones de autoras poco conocidas o descatalogadas (por ejemplo, Raig Verd o Crononautas), de autoras actuales que están pegando fuerte y que no estaban teniendo repercusión en el panorama hispanohablante… Hay varias a las que miro con mucho respeto e ilusión porque están haciendo un trabajo increíble y me enorgullece mucho que seamos compañeras.

NM: También hay que pensar en eso que leí en otro día: “En España hay más editoriales que bares”.

Y el gran problema es que “como me gustan los libros yo también puedo editar”. Las personas que abren un nuevo sello editorial al tuntún no entienden que, al igual que para emprender en cualquier otro mercado, debes tener un plan de empresa, analizar la competencia, tener una formación previa… Y esto ha ocasionado muchos problemas de confianza, tanto del lector (por no querer volver a encontrar un libro mal editado) como en el escritor (que no quiere ver que su libro recibe malas críticas por la cantidad ingente de erratas y mala edición cuando la editorial le había dicho que estaba todo perfecto).

El más reciente ha afectado a algunas de mis autoras, que iban a publicar con una editorial que, de la noche a la mañana, ha decidido cerrar sin mayor explicación. Este hecho ha provocado a las afectadas una inseguridad brutal, una desconfianza hacia las editoriales y sobre todo la idea de: “¿Y ahora quién me va a publicar? ¿Y si solo les gustó a ellos?”.

Es muy complicado demostrar a las personas que han vivido una mala situación que no todas somos iguales. Lo más triste es que aquellas que se han movido por varias editoriales han visto que es generalizado que, al no saber llevar una empresa y menos una editorial, se produzcan problemas similares. 

Tengo la suerte de que nuestras autoras quieren seguir trabajando con nosotros porque saben que, aunque no somos perfectos, somos siempre transparentes. Estamos en continuo contacto con ellas, cada paso que damos es consensuado y les explicamos los motivos tanto editoriales como económicos de cada una de las decisiones que se toman sobre sus publicaciones.

NM: ¿Qué cosas te gustarían que cambiaran en el mercado editorial? ¿Qué soluciones ves en el futuro?

Sin duda alguna, que el mundo de las pequeñas editoriales no es lo que parece. Nuestra idea de abrir una editorial fue para ayudar a los escritores noveles y que así tuvieran la oportunidad de aprender sobre el proceso de edición, corrección y publicación. Aportar nuestro granito de arena para quitar el estigma de que lo que se publica no tiene calidad.

Pero te encuentras con otras editoriales que se dedican a engatusar a sus autores e ilustradores para que publiquen con ellos, ofreciendo unas condiciones pésimas y con una calidad que, al final, sigue manchando la reputación del mundillo.

Y cuando alguien les avisa sobre aquello que están haciendo mal les hacen la cruz e intentan boicotearles. Es  un mundo muy sucio, cuando en realidad deberíamos ayudarnos para poder crecer todos.

Creo que se está forjando una generación joven de autoras que analizan cada uno de los pasos que se tienen que dar para publicar. Y esa es la solución. Porque al final esas editoriales se pueden aprovechar por la desinformación de los autores. Necesitan tener referentes que les puedan explicar todos los entresijos del mundo editorial para asegurarnos de que nadie se aprovecha de ellos.

NM: Por último, ¿qué nos recomendarías leer de Literup para empezar?

Le tengo mucho cariño a cada una de las novelettes que hemos publicado, así que dependerá más de qué busques. Si te gusta la fantasía, Cuando recupere la esperanza y El último de los thaûrim son una buena apuesta. La primera va de una niña que vive en Madrid y que un hada le dio poderes cuando era pequeña y con 14 años los pierde a causa de la quimioterapia; así que inicia un viaje por España para recuperarlos. En el segundo, es una historia de fantasía épica con la particularidad de que el protagonista tiene Alzheimer. Se ve la evolución de la enfermedad con un realismo espectacular de cada fase. Yo he llorado mucho con ambas.

Si prefieres el terror, Legado de plumas y Aracnefobia te harán pasar un mal rato. Son respectivamente finalista y ganadora a “mejor novela corta” en los premios Guillermo de Baskerville. En la primera, la madre de dos mellizos les saca los ojos para que no mueran al ver a los ángeles, y funciona, porque estos los adoptan como sus mascotas. Pero cuando crecen saben que se desharán de ellos tarde o temprano. En la segunda, lo peculiar es su estructura: no es lineal, sino que intercala un capítulo del principio, uno del final… hasta que convergen en el centro. La idea es ver dos puntos de vista (valga la redundancia) totalmente opuestos y entender por qué se quieren matar los protagonistas.

Y si te gusta la ciencia ficción, Viajar en el tiempo es fácil… ¡si sabes cómo y su secuela, Ucronía no es un país pegadito a Rusia son de viajes en el tiempo y humor absurdo. Está lleno de referencias a la cultura pop y mucha crítica social. Y siguiendo este hilo, Hijos del exilio es nuestra apuesta más arriesgada: protagonistas trans, racializados y refugiados. Explica la travesía de una nave espacial con 10.000 refugiados que huyen de su planeta natal por la guerra civil en dirección al planeta habitado más cercano. Una historia que, aunque pueda parecer algo lejano por el viaje en nave espacial, es una realidad que vivimos a diario con los refugiados sirios.