A. J. Ráez, autor de la bilogía «2049/2050»: «El sacrificio es algo necesario para conseguir nuestros sueños»

Libros de A. J. Ráez Gutiérrez.
Libros de A. J. Ráez Gutiérrez.
Hablamos con A. J. Ráez Gutiérrez sobre su vocación de escribir, sus libros y la ciencia ficción.

Asegura A. J. Ráez (Toledo, 1991) que, para él, escribir es un modo de vida, una terapia para sentirse libre. Y algo debe de saber sobre la libertad alguien que, tras dedicar su vida académica a la odontología, de repente decide anunciar que su gran pasión son las letras. Hace falta sentirse muy libre para dar un paso tan importante y sobrellevar que lo miren un poco como a un bicho raro; no obstante, la ilusión al final pudo más que cualquier otra cosa, y, fruto de este viaje personal, hoy puede presumir de 2049/2050, la bilogía de ciencia ficción con la que debuta como escritor.

Nokton Magazine: Sueles afirmar que la escritura te hace sentir libre, pero ¿qué te aporta escribir que te hace sentir así?

A. J. Ráez Gutiérrez: Para mí, escribir no es solo una actividad que me gusta o un trabajo que me encanta, el hecho de sentarme en el escritorio y plasmar historias en un papel es una necesidad, una terapia y un modo de vida. Cuando hablo de libertad, me refiero a esa sensación de plenitud al escribir y a ese sentimiento que me dice que, si hoy fuera el último día de mi vida y no lo supiera, habría hecho algo que realmente tiene sentido para mí.

NM: ¿Has tenido siempre apoyo para dedicarte a escribir o alguna vez te han mirado raro?

AJR: En mi caso, el camino para dedicarme a la escritura no ha sido nada fácil. Los dos primeros años lo guardé en secreto y muy poca gente lo sabía. Cuando terminé 2049 y comprendí que ya no iba a dejar de escribir, fue cuando conté a mi círculo más cercano lo que pensaba hacer y que necesitaba tiempo para llevar a cabo esa parte de mi vida. Que una persona que ha dedicado tanto tiempo y esfuerzo en formarse como odontólogo, y que tiene un buen trabajo, te diga que está dispuesta a apostar tan fuerte por algo tan incierto como es la escritura puede resultar difícil de entender. Por suerte, la ilusión pudo más que todas las críticas, y María, la persona con la que tengo la gran suerte de compartir mi vida, siempre respetó mi decisión y confió en mí.

NM: Tu bilogía se ambienta en 2049-2050, ¿no nos queda mucho tiempo, entonces?

AJR: Espero que lo que narro en mis novelas se quede ahí, en el ámbito de la ciencia ficción. Por desgracia existen otros muchos factores que hacen que el tiempo se nos esté agotando: el cambio climático, nuevas enfermedades, contaminación, guerras… Si no nos ponemos las pilas y actuamos de una forma rápida y tajante, llegará el día en que solo podamos arrepentirnos de la porquería de mundo que le hemos dejado a nuestros descendientes. Todavía estamos a tiempo de revertir el daño y de hacer que en 2050 la Tierra sea un lugar mejor donde vivir y no un planeta yermo.

NM: ¿Qué tienen las distopías futuristas que nos llaman tanto la atención?

AJR: Diría que nos permiten acercarnos, al menos con la imaginación, a esas hipotéticas poblaciones futuras en las que la tecnología, la ciencia o incluso cualquier catástrofe ha configurado una sociedad de características muy negativas. El ser humano tiene una curiosidad innata hacia aquello que podría suceder en el futuro, y, por lo tanto, este tipo de obras siempre llamarán mucho su atención.

A. J. Raéz Gutiérrez.NM: Tus personajes comparten valores como la familia, la amistad, el amor, el espíritu de sacrificio o el trabajo en equipo, ¿son estos tus valores personales?

AJR: Sin duda, sí. La familia, el amor y los buenos amigos son aquello que dan sentido a la vida. Por otro lado, el sacrificio es algo necesario para conseguir los sueños que uno tiene, y el trabajo en equipo es lo que nos permite avanzar más rápido y seguro que caminando en solitario.

Pese a ello, cada persona, así como cada personaje de mis libros, entiende estos valores de una forma diferente. El concepto de familia y el de amor, por ejemplo, no es igual para cada individuo y cada cual lo vivirá y defenderá de la forma que crea más conveniente.

NM: ¿Con cuál de tus personajes dirías que tienes más en común?

AJR: En ambas novelas solo hay un personaje (secundario) que está basado en una persona real que para mí es muy importante. El resto son completamente ficticios y, por lo tanto, carentes de cualquier parecido a propósito con mi persona.

Pese a ello, si tuviera que elegir, diría que tengo cierto parecido con la versión de Samuel previa a la invasión por parte de los eternos. Una persona algo tímida, despistada y soñadora. De otros personajes, como Nacho, podría tener en común esa impulsividad en determinados momentos y ese instinto de protección hacia sus seres queridos. Con Ernesto y Carla también comparto esa curiosidad y esas ganas de aprender que han guiado sus vidas.

NM: Como buen cinéfilo que eres, y dado que tu bilogía 2049/2050 tiene gran influencia cinematográfica, ¿la ves posibilidades de acabar siendo adaptada a la gran pantalla?

AJR: Puede parecer una respuesta poco modesta, pero sí, creo que 2049/2050 serían dos buenas películas de ciencia ficción. De todas formas, siempre he dicho que mis novelas son, ante todo, eso mismo, novelas creadas para disfrutarse leyendo y dejando volar la imaginación.

Con eso aclarado, una adaptación cinematográfica de estos libros sería algo extraordinario que permitiría llevar mis historias a un público mucho mayor. ¿Qué autor no ha soñado con ver en el cine a sus personajes? Yo, desde luego, sí que lo he hecho… Muchas veces.

Si algún día el séptimo arte llama a mi puerta, tendrá toda mi colaboración para crear cintas de la más alta calidad.

NM: ¿Qué consejo le darías a un autor novel que se adentra en el género de la ciencia ficción?

AJR: Le daría tres consejos que a mí me han ayudado enormemente:

El primero es que no haga concesiones comerciales en su obra para vender más. Lo más bonito de una historia es que salga del corazón y, cuando empezamos a hacer concesiones para gustar más, diluimos nuestra originalidad para complacer a otros.

El segundo es que tenga paciencia y dedique a sus libros todo el tiempo que necesiten. Existen incontables libros malos, bastantes libros buenos y solo unos pocos que son obras maestras. Si queremos aspirar a que nuestros libros sean buenos (lo de obras maestras solo está reservado a un puñado de grandes escritores de cada generación), es importante recordar cada día que las prisas son nuestro peor enemigo.

El tercero es que la persona más importante que tiene que confiar en su trabajo no es otra que él mismo.