“Jamás nos lo explicaron de pequeños, que a veces el amor es una insensatez, que a veces se convierte en nuestro dueño y ejerce de tirano una y otra vez” versan las primeras líneas de Pensábamos que el amor era solo una fiesta. Con este tema original, Marwan da banda sonora a Terapia de parejas, documental dirigido por Gaizka Urresti, en el que ejerce de conductor junto a otra gran cantautora y amiga, Rozalén, con quien grabó su popular Conviene saber.
A partir de la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) de la psicóloga norteamericana Sue Johnson, el largometraje aborda el amor en las relaciones a través de una serie de sesiones con distintos perfiles de pareja en cuando a sexualidad, edad, nivel sociocultural y económico, a cargo de Elisa Mújica, psicóloga, guionista y coproductora del proyecto. “Replicamos investigaciones norteamericanas utilizando los prismas variables en población hispanoparlante de México, Guatemala, Argentina, Costa Rica y España”, explica la especialista, confirmando que este es el primer estudio en terapia de parejas, con estas características, que tiene lugar en todo el mundo. Sin embargo, el documental solo pudo ceñirse finalmente a la investigación realizada en España tras marzo de 2020. “Nos unimos investigadores de distintos países, pero de repente llegó el COVID y con sus circunstancias hubimos de centrarnos en la realidad más próxima”.
Solo en el primer fin de semana, recibieron la inscripción de 150 personas. Después de una criba -influida también por quienes habían dado el paso al frente sin saber si sus parejas se abrirían a la experiencia- se pusieron manos a la obra. El director Gaizka Urresti, quien acompañó en 2019 a un taller a Costa Rica sobre TFE a Mújica -socios en la empresa y en la vida, como ambos confirman-, vio en seguida que allí había un tema potencial. “No conozco series españolas con esta temática. Sí una serie norteamericana y, cuando la ves doblada, distancia totalmente. El uso del castellano, las intenciones, las pausas, el lenguaje no verbal… es muy importante”, explica el artífice de documentales tan sonados como Aute Retrato y Labordeta, un hombre sin más, codirigido junto a Paula Labordeta y ganador del premio Goya a Mejor Documental en 2022.
El proceso de montaje, en el que primó “el compromiso entre lo dramático y la coherencia con la investigación”, fue de una gran intensidad. De 70 horas de terapia solo pudieron quedar 45 minutos, sumado a ese reflexivo y distendido hilo conductor que ejercen Marwan y Rozalén por escenarios de la comunidad aragonesa. “Siempre digo que en los Goya debería haber un documental nominado a Mejor Montaje. En documental es mucho más complejo que en ficción. Es un abismo en el que te vas acercando al material y como el escultor, vas quitando hasta que te quedas con la fibra”, explica Urresti acerca del proceso.
La cuestión de qué es el amor pulula a lo largo y ancho de esta “documedia romántica”, como definen al documental sus creadores. Marwan y Rozalén comparten con ellos que “los seres humanos queremos caminar juntos, pero no sabemos”. De la carencia surge la necesidad de trabajar respuestas que poner en práctica. “Las terapias de parejas son hermosas porque compartes una intención y un esfuerzo con alguien -comenta Rozalén, psicóloga de formación-. Es un detalle importante que todas acaben confesando que hay un trabajo individual, se ha de dejar el ego fuera. Y es que si no hay amor propio, si no se aporta un crecimiento personal, no lo hay compartido”.
Porque la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) no consiste en ser capaz de abrirse en canal y expresar pensamientos y emociones, sino aprender a hablar desde las emociones. “Cuando vimos el resultado, descubrimos un ejercicio de humildad tan honesto. Los participantes muestran toda su vulnerabilidad”, apunta sorprendido Marwan. Comentan que su participación ha tenido la naturalidad de una de sus quedadas a comer el 31 de diciembre al mediodía, antes de Nochevieja. “Sí, una charla totalmente entre colegas, él me dice algo y a mí me despierta otro algo”, dice Rozalén con una sonrisa. “Cuando nos vemos ya solemos charlar de esas cosas”, esgrime Marwan riendo.
Les pregunto qué les latió cuando les propusieron cambiar de rol. Marwan se dirige a Rozalén y señala: “Es algo más profundo e importante que el hecho de que nos gustara el trabajo de Gaizka y la idea, que por supuesto. Tú y yo entendemos todos los actos que hacemos como crecimiento y un modo de enriquecer la vida de la gente”. Ella asiente y señala que “ese siempre es el principio para todo”. Marwan explica que tanto María (Rozalén) como él entienden el arte del mismo modo. “Tenemos esa vocación de servicio, de que cuando algo nos nutre, queremos compartirlo”.
La confusión entre amor y enamoramiento surge en la conversación. “Yo era así, cuando se me pasaba la pasión, abandonaba las relaciones. Y tuve que echarle valor porque cuando una persona vale la pena, aunque no tengas el pelotazo en el cuerpo, hay que pasar ese miedo. Lo enfrenté… y detrás estaban los premios”, comparte el autor de Las cosas que no pude responder o Un día de estos. “Muchos pasamos por eso -le dice Rozalén-. Confundimos el amor con esas intensas emociones del inicio”.
¿Aún causa estragos el amor romántico? “Ha creado unas expectativas dañinas. Afortunadamente las canciones pueden sanar y cantantes como Marwan y Rozalén hablan de relaciones maduras, adultas y constructivas”, afirma Gaizka Urresti. En un tiempo en el que las pseudociencias están en boga, Terapia de parejas reafirma la importancia de la base científica y rasga los lastres que el verbo amar ha llevado tatuado por devoción: La posesión, la dependencia, el mero deseo…
“El amor es seguridad, vínculo, sostén en las dificultades y los proyectos comunes”, clarifica Elisa Mújica. “No se trata de quién pone y quita el lavaplatos. No nos han enseñado una buena comunicación emocional, a hablar de lo que nos pasa, del miedo y de la necesidad de ser queridos”. La película tiende al espectador su trayecto puente por el cine y la psicología, experiencias transformadoras las dos, que se multiplican cuando alguien escucha al otro. Este “prescriptor de salud mental” habla del amor, pero no del amor herido y que hiere, sino del verdadero vínculo, el amor sano.