Susanna Barranco (Barcelona, 1975) es poeta, actriz, directora y documentalista. Su nueva obra es el poemario «Lana en la garganta» (Trampa Ediciones, 2023), nacido durante la pandemia entre «la fantasía y el realismo biográfico».
Nokton Magazine: ¿A qué sabe la lana en la garganta?
Susanna Barranco: La textura de la lana puede ser suave y áspera. En este poemario podemos encontrar estos dos matices, la lana que te puede abrigar y que te puede acompañar, pero también que puede rasgarte la piel. Como autora, después de publicar mi segundo poemario la sensación que tengo en la garganta es de liberación con un sabor muy dulce. Publicar poesía es un milagro. Lo es por la dificultad misma de publicar un poemario, pero también por la capacidad que brinda para conectar con los demás a través de la palabra poética.
La lana también puede ser flexible y resistente, como la voz poética del libro, que, a pesar de ser personal, incluso a veces autobiográfica, esconde un pretexto oculto en los versos que entrego: reclamar a los lectores un pedacito de sus vidas.
NM: ¿Necesitabas escribir este poemario?
SB: Fue en pandemia cuando despertó la necesidad de desovillar en el papel la lana que habitaba en mí. El poemario nace de la imperiosa necesidad de reencontrarme con mis raíces. Lo he vivido como una proyección de futuro, gracias al reconocimiento de dichas raíces. Compartía con mi hijo Amat la escritura en diferentes partes de la casa, en esos momentos de intimidad madre e hijo inventé historias en forma de poemas para aferrarme a algún relato, para llenar los huecos familiares y encontrar nuevas maneras de explicarme. La fantasía y el realismo biográfico me acompañaron en este viaje que fue la creación de Lana en la garganta.
Los poemas nacen de la fatalidad de sobrevivir, de la obligación de no asfixiarse, del impulso de seguir hilvanando el destino a través de la escucha de cada momento vivido. Una añoranza cercana o una memoria lejana, la cotidianidad.
Lana en la garganta expresa una necesidad vital también, que tiene que ver con la escucha de uno mismo, primero, y por tanto, con el encuentro de la voz —mi voz interior—, más íntima y honesta. Expresarla de forma natural y trasladar las propias inquietudes al poema. Tiene que ver con la necesidad de mirarse adentro, de invocar nuestras emociones, lo personal, y compartirlo a través de los versos, aun sabiendo que esa pulsión interior y personal será leída por gente cercana, pero también por gente anónima.
Otra necesidad responde a la búsqueda de tu propio lenguaje lírico, de investigar, de ser capaz de materializar en una poesía una vivencia, una imagen, una sensación, un deseo.
NM: ¿Hay una unidad temática en los poemas?
SB: El poemario está dividido en tres partes: “Lana”, “Ovillo” y “Garganta”. Las tres partes están entrelazadas y beben las unas de las otras, pero a grandes rasgos si tuviera que hablar de cada una de ellas podría decir que “Lana” tiene que ver más con el origen, con un viaje a la infancia, “Ovillo” tiene que ver más con la juventud, con la época de aprendizaje, y “Garganta” tiene que ver con un presente cercano, con esta voluntad de poner palabra a las emociones.
El tono intimista elegido unifica el poemario, mediante el verso y a través de heridas y recuerdos propios y las imágenes creadas. Se abre un espacio de confianza, de vivencias, propias y ajenas, de intimidad, que deseo compartir, porque como dice David Viñas en el prólogo «a nadie le importa lo que le pase a los otros si no puede identificarse con ellos, empatizar, comprenderlos, y esto solo puede ocurrir si en última instancia es la condición humana la que entra en juego».
NM: Cuando actúas o diriges, ¿también está presente la poesía?
SB: Me dejo la piel en cualquier proyecto, ya sea la poesía o el documental, sea encima de un escenario o detrás de la cámara, y siempre busco, necesito hallar, la poesía. Por otro lado, no concibo un proyecto que no transpire humanidad.
NM: ¿Tenemos un mundo falto de poesía?
SB: Creo que el mundo no está falto de poesía, sino que está falto de ojos que aprecien la poesía que nos rodea. Vivimos en una sociedad en la que relegamos la poesía a unos pocos y creo que la poesía es un derecho y nos perteneces a todos y a todas, debemos reivindicarla. La poesía está en el olor del café con leche que te tomas por la mañana y en la sonrisa de agradecimiento que le devuelves al camarero que te lo ha puesto. La poesía está en todos los lugares, existe un vacío en el reconocimiento del hecho poético, no le damos el lugar que le corresponde, la poesía debe ser reivindicada no solo en los libros, en las aulas y en los escenarios, sino que debería estar en nuestro día a día.
NM: Como realizadora de cortometrajes documentales tienes una búsqueda social, hay una sensibilidad que mueve cada idea que realizas. ¿Nos puedes hablar de esta dirección en tu vida?
SB: Más allá de escuchar mis zozobras, mis reflexiones y mostrarlas en forma de poema, me interesa dar voz a aquellos que observo que no se les escucha. Como afirma Simone Weil a los desgraciados no se les escucha y compara su estado con el de alguien a quien le hubieran cortado la lengua y olvidara su lesión por el propio hecho de no ser escuchados.
Como creadora todos los proyectos en los que he trabajado durante los últimos años, ya sean teatrales, audiovisuales o literarios, se han centrado y han tenido el objetivo de poner a la mujer en el centro de interés, esta manera de crear y reflexionar es la manera que siempre he querido plantearme, puesto que estas temáticas como mujer y como artista me suscitan un gran interés. Hablar de las mujeres con toda su complejidad, más allá de la figura de la madre o más allá de la mujer complaciente a ojos de la sociedad que nos objetualiza. Por suerte, a día de hoy descubrimos mujeres artistas que rompen con este paradigma y muestran a través de su arte discursos disidentes y alternativos.
NM: ¿En qué propuesta trabajas?
SB: Estoy trabajando en la presentación de una pieza teatralizada, convirtiendo la palabra escrita en palabra dicha, la palabra poesía en música, la palabra secreta en vivencia compartida, acompañada de música electrónica y acústica. Voz, música e imagen audiovisual se unirán para dar vida escénica a Lana en la garganta. Tenemos pensado venir a presentarlo a Madrid y está en marcha la publicación en catalán, mi otra lengua, para finales de año con Edicions Tremendes.
Además, en el ámbito teatral estoy trabajando un proyecto que se llama V7: El problema sigue en pie, que se estrenará el próximo año 2024 y a finales de este año estará haciendo un laboratorio en el festival Temporada Alta. El espectáculo es una pieza de creación propia a partir de una investigación sobre el miedo y sobre la libertad de expresión. En el ámbito audiovisual, estoy en pre producción de un documental, ƆKANTƆ, sobre las sociedades matriarcales de las Islas Bijagós en Guinea Bissau.
Texto de: Óscar Vegas