El instituto y la adolescencia en sí mismos pueden dar mucho juego en cualquier historia y cuando se trata de una distopía sobre el sistema en el que vivimos instaurados, más aún. Eso es lo que ha hecho J. Sadler en su primera incursión en el mundo de la literatura, la ciencia ficción y la producción de sirope. Hablamos de Sirope (Applehead team, 2020), una novela divertidísima sobre unos adolescentes a los que se clasifica según su capacidad de sacar este líquido blanquecino de su cuerpo. En la Inglaterra que describe el autor todo gira en torno a la producción de este «jarabe» que podemos ver también en la portada del libro.
Conforme nos adentramos en la novela vemos cómo Wendy y Pete, ambos adolescentes a punto de graduarse, tienen diferentes formas de llegar a esa ansiada vida adulta y aún así se encuentran con muchas dificultades. Es escalofriante cómo el autor consigue con pocos detalles que nos parezca horrible esta forma de vivir.
Si la adolescencia es ya de por sí complicada, el objetivo de los chicxs de conseguir sirope a toda costa para su graduación hace de ellos unas personas desgraciadas y un infierno al que enfrentarse en su día a día. Para colmo, tenemos la figura de «el afilador», un personaje terrorífico que si no consigues tu objetivo de líquido de sirope para la graduación te «afila» para formar parte de las granjas de este ansiado elemento. Te convierten en un despojo humano sin sentimientos, ni capacidad resolutiva, solo eres un robot capaz de producir sirope. Una metáfora donde poder ver reflejada la forma actual que hacemos del consumo de animales.
Por otro lado, en Sirope nos encontramos ante una distopía con grandes dosis de realidad, donde la aceptación a través de las redes sociales, los me gusta y el apoyo que podemos encontrar a través de un clic se magnifican en esta etapa de nuestra vida. En una sociedad en la que la individualidad capitalista invade todo, que valgas más por tus «likes» está a la orden del día. Cuanto más te adentras en la novela, más disparatado se ve todo y a la misma vez, Sadler consigue que parezca real.
De unos padres ausentes por trabajo hasta un sistema con el que clasificar al alumnado, el autor nos trae un problema latente que encontramos en UK, donde los alumnos son divididos según rendimiento académico por el sistema target gardes. Una forma de clasificación que aboca a los estudiantes a sufrir problemas de salud mental por la carga que deben soportar. Sirope, desde las risas, la pornografía y el humor negro nos acerca a esta problemática.
Con prólogo de Cristina Jurado, con la que hablamos en este #JefazaAlHabla, y portada de Jenn Rubio, Sirope es una novela imprescindible para pasar un buen rato y revisarnos un poco los privilegios y las contradicciones de la sociedad actual.
