Entrevista con Cristina Jurado #JefazaAlHabla

Portada de 'Bionautas' de Cristina Jurado.
Portada de 'Bionautas' de Cristina Jurado.
Charlamos con Cristina Jurado sobre el mundo editorial y su experiencia como editora y escritora.

Cristina Jurado es una de las figuras más importantes del panorama de ciencia ficción española. Su papel como editora de la revista ‘Supersónic‘ unida a su labor como autora galardonada por el Ignotus la sitúan en una de las personas más importantes de la actualidad. Charlamos con ella sobre el mundo editorial y su experiencia como editora y escritora.

Nokton Magazine: Editoriales pequeñas e independientes llenas de ilusión contra los supuestos malignos conglomerados, ¿qué ventajas y desventajas ofrecen?

Cristina Jurado: El mercado editorial es un ecosistema complejo en el que coexisten diferentes especies. Por una parte están, como bien has apuntado, los grandes grupos editoriales que tienen recursos pero también unas expectativas de ventas que cumplir y que, precisamente por eso, no suelen arriesgarse demasiado. Por otro lado están los sellos medianos que tienen cierto margen de maniobra pero que deben ajustarse a presupuestos limitantes.

Al final de la cadena se encuentran los microsellos y editoriales indie, que pueden permitirse arriesgar pero que no disponen de las capacidades de distribución y promoción que las empresas precedentes.

Actualmente, y bajo mi punto de vista, las propuestas más interesantes proceden de estos últimos, que son agentes dinamizadores imprescindibles del mercado. Cada cual cumple un cometido en este ecosistema literario bien sea agitando el avispero y ofreciendo un trampolín a mercados internacionales. Yo creo que, al final, todas estas empresas son necesarias porque sus funciones resultan complementarias. Si eres alguien que busca máxima audiencia, tu objetivo se centrará en los grandes sellos pero, si lo que quieres es participar en proyectos más osados, hay margen en las empresas más pequeñas. Al final depende de lo que busques como autor y lector.

NM: Ser editora de SuperSonic. Qué experiencias positivas y negativas te llevas. ¿Volverá Supersonic?

CJ: Dirigir SuperSonic ha sido una de las experiencias más útiles y estimulantes en la que he participado. He aprendido muchísimo de todas y cada una de las personas que han participado en la revista y también he sido capaz de superar muchos obstáculos, buscar financiación o dirigir un plantel extenso de colaboradores, equivocándome muchas veces y resolviendo problemas con la mejor voluntad. Por eso guardo un recuerdo cálido de todo lo bueno y menos bueno que me ha ocurrido al frente de la revista. Creo que los números de publicados ofrecen una visión bastante completa del panorama actual de la fantasía, la ciencia ficción y el terror en español y en inglés, en sus vertientes de ficción y no ficción. 

Tengo intención de retomar la revista, con un formato mejorado, en un futuro, pero antes debo terminar algunos proyectos a los que me he comprometido.

NM: ¿Cómo fue el proyecto Alucinadas?

CJ: Alucinadas surgió en un momento en el que la presencia de las autoras en la literatura de género en español era puramente testimonial. En aquel momento, en el año 2014,la idea de diseñar un espacio seguro en el que las autoras fueran protagonistas y sintieran que su trabajo iba a ser valorado como se merecía resultada todo un desafío, pero Cristina Macía tuvo arrestos para proponerme el proyecto y yo no quise dejar pasar la oportunidad. Junto con mi buena amiga Leticia Lara Palomino, del blog Fantástica Ficción, organicé y gestioné el proyecto que tuvo continuidad durante cinco ediciones y que también derivó en una antología de autoras de terror en español, Terroríficas, que tuvo dos ediciones.

Guardo un recuerdo estupendo de trabajar con Teresa P. Mira de Echeverría, Felicidad Martínez, Laura Ponce, Lola Robles, Nieves Delgado, Sofía Rhei, Marian Womack, Yolanda Espiñeira, Layla Martínez, Carme Torras y Angélica Gorodischer y me siento feliz de llamar a algunas de ellas «amigas». Creo que Alucinadas hizo algo importante porque sirvió para saldar una cuenta pendiente con las autoras y promovió un aumento de la participación de las autoras en otros proyectos. Y, para mí, supuso un paso previo y necesario para la creación de SuperSonic.

NM: CloroFilia es una maravilla total. Después de Bionautas te has convertido (si no me equivoco) en la primera mujer en ganar el Ignotus de novela. ¿Cómo fue la reacción del libro? ¿Cómo se gestó esta historia?

CJ: Estoy muy sorprendida por la buena cogida que ha tenido una historia como Bionautas, arriesgada tanto en el fondo como en la forma. Cuando explico que no es una obra al uso sino un «Cinco horas con Mario» protagonizado por un alien en el que se habla de conceptos muy variados tales como el amor no heteronormativo, qué significa ser «humano», cómo se produce un primer contacto entre especies, cómo afecta la depresión postparto a la maternidad y a las relaciones de pareja, cómo se organiza la supervivencia en situaciones extremas, la gente me mira raro. Pero cuando terminan el libro, me dicen que la lectura es muy ágil, que los temas se tratan desde una perspectiva nueva pero extrañamente familiar y que no se han dado cuenta de que se trataba de una narración de ciencia ficción.

La historia nació cuando yo tenía trece o catorce años y TVE emitió una serie muy novedosa titulada «V» en la que unos alienígenas de apariencia humana invadían la Tierra.

Esta serie, a mi juicio, mítica contaba con personajes femeninos notables (la villana, la científica, la mujer-híbrida con capacidades aumentadas…) y presentaba una premisa muy interesante porque los extraterrestres, en principio, eran indistinguibles de los seres humanos. Se trataban cuestiones como la xenofobia, el humano-centrismo, los personajes femeninos emponderados…. Desde ese momento empecé a construir el mundo de Del Naranja al Azul y de Bionautas en mi mente y, durante años, los tres personajes protagonistas interactuaron en mi cabeza. Comencé a escribir la historia en 2008 para darle una resolución a los conflictos que se generaban entre ellos.

NM: Tu siguiente nueva novela ha sido autoeditada. ¿Qué ventajas tiene la publicación?

CJ: En realidad, Del Naranja al Azul fue la primera novela que publiqué en una editorial de cuyo nombre no quiero acordarme. Después de recuperar los derechos sobre ella, quería que estuviera disponible para quien quisiera leerla, al ser la precuela de Bionautas. A pesar de que varios sellos se interesaron por publicarla, me pareció que para reeditarla con ellos tendría que hacer una revisión profunda de la obra porque he evolucionado mucho en mi manera de afrontar la escritura. Sin embargo, revisar a fondo Del Naranja al Azul habría implicado cambiarla tanto que habría perdido su frescura original y corrompido las intenciones que me llevaron a escribirla en un primer momento. Elegí autoeditarla convencida de que era la opción más honesta. A los sellos con los que ya colaboro o tengo intención de colaborar en un futuro cercano prefiero ofrecer historias más contemporáneas que, aunque ya hayan sido publicadas, pueda reeditar con contenido nuevo.

NM: El fandom, ¿animal mitológico o aliado?

CJ: Soy de las que cree que el fandom no es uno sino, en realidad, muchos. No me parece en absoluto una masa homogénea sino un colectivo formado por subgrupos e individuos que van por libre. Las dinámicas que se crean no son distintas a las de otros grupos: hay rencillas, a veces auténticas guerras, proyectos de cooperación y demás tipos de interacciones, algunas positivas y otras no tanto. Lo que ocurre es que, como el fandom en España es relativamente pequeño, mucho menor por ejemplo que el colectivo de gamers, cualquier evento o anomalía que se produce en su seno se sobredimensiona. Siguiendo esta lógica, parece que las disputas son mayores de lo que son.

En realidad los aficionados de literatura de género constituyen una comunidad pequeña dentro de la masa de lectores pero en los últimos tiempos parece que más gente, sobre todo joven, está empezando a disfrutar de este tipo de obras.

Con esa nueva remesa de jóvenes el fandom puede tomar fuerza y convertirse en un grupo que sea capaz de organizar iniciativas muy interesantes. Si tengo que quedarme con una de las dos opciones, diría que el fandom es aliado las más de las veces,

NM: La ciencia ficción en España. ¿se conoce fuera de España?¿Qué complejos tenemos?

CJ: Desafortunadamente, la ciencia ficción que se produce en nuestro país es muy poco conocida fuera. Tengo una teoría sobre esto: creemos que cualquier obra procedente de mercados más grandes ofrecen mejores productos ya que, al superar una competencia más numerosa, tendemos a pensar que debe ser porque las historias son superiores. Me parece un razonamiento perverso que solo beneficia a los autores extranjeros en detrimento de los nacionales. Me gustaría conocer las cifras invertidas en promoción para autores locales en comparación con los de fuera. Puede que no sea cierto que se les dedican más recursos, pero es la impresión que tengo yo. Además está el hecho de que en España muy poca gente puede vivir dignamente de escribir, mientras que en el ámbito anglosajón es una profesión mejor remunerada. Eso implica que los autores extranjeros puedan dedicar más tiempo a producir: en España, casi siempre debes tener otro trabajo y solo puedes escribir en tus ratos libres.

NM: ¿Se puede vivir de escribir en España?

CJ: No se puede vivir: se malvive.

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