Hasta Google juega a Wordle. Si haces una búsquea de este ya famosísimo juego de palabras en el popular buscador este te muestra cómo se compone su nombre usando las reglas del juego. Y es que nadie parece resistirse. Aunque nació de forma personal para entretenimiento de su creador (Josh Wardle) y su pareja, cuando lo compartieron con su familia descubrieron su tirón y decidieron lanzarlo al público. La versión española llegó este enero y desde entonces redes como Twitter se llenan a diario de comentarios sobre Wordle. Pero sin spoilear el resultado. Una rareza en tiempos modernos. Un juego que engancha sin obligar a competir.
¿Cómo se juega a Wordle?
El sistema es sencillo. Desde la página web de Wordle cada día se propone un reto, en el que el objetivo es adivinar (en máximo seis intentos) una palabra de cinco letras. El jugador comienza con la palabra que quiera, siempre tienen que estar dentro del diccionario, y el sistema le marcará en gris las letras que no contiene la palabra a encontrar, en amarillo las que sí contiene pero en otro orden, y en verde las que contiene y además están en el lugar correcto de la palabra.
El sistema es sencillo, pero jugar requiere cierta pericia. Sin embargo solo puede hacerse una vez por día. Solo se lanza una palabra a descubrir cada 24 horas. Y esto es parte de la magia de Wordle. Ya que hace que se juegue pensándolo y he ahí uno de los motivos por el que se ha convertido en un oasis dentro del uso que damos habitualmente a Internet. Porque las prisas quedan fuera, el jugador se concentra, no le mueve ese instinto de saber que puede jugar todas las partidas que quiera, sino que solo tiene una oportunidad y por tanto hay que pensarla. Saborear el momento incluso. Sí, es posible concentrarse también frente a un ordenador o un móvil.
¿Es Wordle un oasis en la red?
El éxito de este juego de palabras radica en múltiples factores; la facilidad de uso, el reto personal, el aprendizaje… pero también tiene otras características que no solemos encontrar hoy en la red. Por ejemplo no es un juego enfocado a la competitividad, de hecho el programador que lo ideó lo hizo como mero entretenimiento para él y para su novia. Y así sigue, sin buscar ningún lucro. De hecho no contiene publicidad.
Sin embargo una de sus grandes rarezas es el aparentemente tácito acuerdo entre sus jugadores de no compartir el resultado. De no hacer spoiler, de no desvelar la palabra del día antes de que los demás la jueguen. A esto también ayuda el propio Wordle ya que, aunque al finalizar el juego permite compartir el resultado (copiándolo, no enlazándolo directamente a ninguna red social), no desvela la palabra a resolver, sino solamente los intentos y los colores de cada jugada. Por ejemplo para la imagen de arriba (que es de un día anterior, no voy a venir yo aquí a spoilearos), se mostraría así:
Wordle (ES) #18 5/6
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wordle.danielfrg.com
Este juego de palabras ha generado por tanto una comunidad positiva y de apoyo, que puede ayudar con ideas sobre cómo juega pero que no acude a las redes sociales a pavonearse del resultado obtenido permitiendo a los demás jugadores disfrutar el proceso en igualdad de condiciones.
Se trata de retarse de forma personal. No hay nadie al otro lado con quien competir, ni siquiera importa el tiempo en que tardas en descifrarlo (el juego no lo indica). Solo está ahí para entretener, para ayudar a ejercitar la mente y a trabajar el vocabulario. La palabra a resolver es siempre de uso cotidiano, pero hay que rescatar bastante vocabulario para llegar a ella, e ir jugando con cuántas palabras conocemos que tengan las letras que nos indica.
Su simplicidad visual también sorprende en tiempos en los que tener gráficos trabajadísimos parece imprescindible para triunfar en Internet. Y todos estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia en un juego que atrapa desde el interés y que consigue lo que ninguna serie de moda: poder acceder a cualquier hora del día sin que nadie te lo haya contado.