Una nueva serie gastronómica ha llegado a nuestras plataformas (concretamente a Disney+) para conseguir que nos deleitemos con cada bocado e, incluso, que apuntemos algunas recetas. Se trata de la miniserie argentina Nada.
En ella seguimos la vida de un crítico gastronómico llamado Manuel Tamayo Prats (Luis Brandoni) por Buenos Aires. El fallecimiento de su ama de llaves, que era quien se encargaba absolutamente de todo en su día a día y conocía al detalle cómo debía preparar cada alimento y cada cocinado, desmorona bastantes aspectos de su vida y, para resolverlos, tiene que contratar a una nueva empleada con la que irá descubriendo un mundo que le había quedado olvidado tiempo atrás.
En la serie Nada nos encontramos a un hombre de tercera edad, mordaz, crítico no solo en lo profesional sino en cada aspecto de su vida, insolente incluso. Y aunque la producción nos cuenta su día a día con una clara búsqueda de costumbrismo que abarca lo más cotidiano de su vida (también lo profesional como su relación con la editorial que le publica o los periodistas que le entrevistan) lo realmente atractivo radica en otros dos aspectos; en las imágenes de comida y en la participación de Robert de Niro.
Respecto al primer punto la serie está repleta de recetas e imágenes de comida al estilo de The Bear o Foodie Love. Aunque solo en eso podemos abordar una comparativa, en los detalles que la cámara busca transmitir al espectador de cada bocado, de cada elaboración, de cada ingrediente. Porque aunque todas tengan a la gastronomía como protagonista cada una la muestra desde una perspectiva diferente. En Nada lo hace desde la de un hombre mayor cargado de apariencias auto impuestas y cinismo. Un hombre que vive sin filtros, tanto en su faceta de crítico gastronómico como en sus encuentros con amigos o en las propias rutinas del día a día que dan pie a escenas cargadas de realismo. La representación de cada plato, el detalle con el que se comenta cada receta y los aprendizajes en torno a la propia gastronomía que va dejando cada capítulo se convierten en auténticas golosinas para el espectador.
Por la parte de Robert de Niro su personaje va describiendo al protagonista, su amigo, desde Nueva York hasta que finalmente se encuentran y descubrimos quién es. Lo más divertido (Nada es una comedia sutil de las de medias sonrisas) es ver los análisis que hace de los insultos argentinos. No hace falta decir que están cargados de retranca aunque la escena que más se ha viralizado es la que analiza el boludo y el pelotudo.
En general esta serie gastronómica, creada por Mariano Cohn y Gastón Duprat, es sencilla y disfrutable, especialmente si alguna vez te has definido como foodie¸ por su detalle en la comida. El hecho de que sea una miniserie de menos de 160 minutos en total también facilita su visionado. En el que no hay que olvidar que la propia ciudad de Buenos Aires también tiene un papel protagónico, de hecho la crítica se ha volcado en resaltar como trata el carácter porteño.