La etimología es clara. Museo deriva del griego y significa, literalmente, casa en la que viven las musas. Aunque ahora su significado se ha diversificado convirtiéndolo en un espacio en el que albergan, exhiben y conservan los frutos del efecto de esas musas sobre artistas. Una suerte de realización física del sentido primigenio del término porque la inspiración siempre está presente.
Las musas trabajan inspirando, insuflando creatividad, vida, en las manos creadores y – ¿por qué no? – también en los objetos. Desde hace un tiempo, con esta idea en la cabeza, la Secretaría de Estado de Cultura ha lanzado el programa MusaE. El fin es conseguir que varias de las musas, las tres de los testimonios más ancestrales (Meletea, musa de la meditación, Mnemea de la memoria y Aedea del canto) y las nueve que después se les sumaron (Clío, Talía, Erato, Euterpe, Polimnia, Calíope, Terpsícore, Urania y Melpómene), doten de ese espíritu a las salas de los museos, sus muestras y aquellos que recorran sus espacios.
¿Y cómo hacerlo de la mejor manera posible? Pues de la mano de lo mejor de aquello que no es habitual ver en un museo: la música en directo. Una serie de jóvenes intérpretes, con sus distintas sensibilidades y aproximaciones a un repertorio clásico que va desde el purismo del flamenco más canónico a piezas de Boccherini o Albéniz, las más veces reinterpretado con un aire definitivamente contemporáneo, han sido invitados a tomar las salas de los museos que conforman la red de museos estatales para darle una vuelta (y otra, y otra más) al mundo que nos rodea. Una revisión del concepto de espacio museístico, de la experiencia de la visita a una pinacoteca y de la música en si para conseguir una nueva realidad, seguramente más bella.
No solamente es un regalo para los que lo disfrutemos. La oportunidad también es para los seleccionados de este programa. Jóvenes artistas y músicos, españoles y extranjeros, que están finalizando sus estudios superiores musicales o acaban de terminarlos y que tratan de hacerse un hueco en el duro mundo del mercado musical. Algunos de ellos ya han debutado y dado recitales como solistas o en grupos de cámara, han sido merecedores de galardones de prestigio nacional o internacional y no tienen muchas posibilidades de seguir su carrera como profesionales. Un intercambio en el que todas y todas salimos ganando, ya que, gracias a la posibilidad que se les brinda, se trata de ayudar a impulsar su especialización musical y proporcionarles plataformas de visibilidad y promoción para que puedan exponer su punto de vista, sus ideas, su amor por el arte en todas sus facetas.
La siguiente cita será en el Museo de Arte Romano de Mérida, en el que conversarán los bustos de Augusto con el dúo de violonchelos de Amadeus Ensemble, que interpretarán un programa con composiciones de W.A.Mozart, A.Vivaldi, L.Boccherini y R.Schumann. Como explican los coordinadores, “en este encuentro de disciplinas se ven frente a frente las artes visuales y las artes escénicas, el pasado y el presente, lo sagrado y lo profano, lo efímero y lo permanente, lo popular y lo culto. Aquí yace la verdadera esencia del arte: la miscelánea.”