«Mi octubre rojo» de Leonor María Pérez de Vega, un libro reflexivo y reivindicativo sobre el dolor crónico

«Iba a tener un pronóstico bueno a largo plazo, y ya se ha visto en lo que se ha convertido».

Así comienza una de las afirmaciones que la escritora Leonor María Pérez de Vega, paciente de una silenciosa enfermedad conocida como neuralgia del trigémino y otra algo más sonada como es el dolor crónico, nos deja en una de las entrevistas que venimos realizándola. Leonor María Pérez de Vega no se considera ninguna especialista de la salud ni pretende sentar cátedra, solo mostrar la realidad de aislamiento, invisibilidad y falta de empatía que sufren algunas enfermedades como la que ella padece. Para ello, ha publicado Mi octubre rojo, un testimonio entre el ensayo y la narrativa intimista en donde cuenta vivencias propias y ajenas.

«Cuando la enfermedad entra en tu vida en forma de dolor, ya sea accidental, causado o por otro tipo, va desmontando lo que conoces en un eterno duelo; la parcela y te despoja poco a poco de tu esencia exterior e interior».

Si algo he aprendido tanto de la lectura de Mi octubre rojo como de las conversaciones que he mantenido con Leonor es que la autora no pretende endulzar la realidad, sino que la cuenta tal como es. Y es realmente dura. Con ello, no quiere que nadie salga espantado o deprimido, pues la lectura del libro ofrece muchas visiones, muchas de ellas totalmente documentadas y plagadas de citas literarias y culturales que nos harán volar los sentidos, así como reflexionar tanto para otros (los que sufren) como para nosotros mismos.

Mi octubre rojo de Leonor María Pérez de Vega me recuerda a El infinito en un junco de Irene Vallejo. Ambas dan un tratamiento especial al texto, como si fuera un diario muy comprometido con lo que quieren contar, para lo cual hacen uso de un amplio abanico de conocimientos de todo tipo, desde filosóficos hasta poéticos.

Mi octubre rojo también pone el punto de mira sobre los servicios sociales y su labor en el tratamiento del dolor. «Tristemente, se ha convertido en un hecho puramente económico», indica Leonor, quien hace referencia al gasto tan alto que supone en el PIB. Ni siquiera las sociedades que deben actuar en nombre del dolor crónico, lo hacen. La autora hace mucho hincapié no ya en la falta de recursos, sino en la falta de escucha en general. Esto me ha llamado bastante la atención en todas las entrevistas, pues escuchar, a priori, parece que sale bastante barato, ¿no?

La obra de Mi octubre rojo de Leonor María Pérez de Vega aspira a ser un texto reflexivo y a la par reivindicativo, con el fin de apelar a la conciencia de una sociedad que no se acerca, como desearíamos, al dolor ajeno frente al propio. En él vamos a encontrar muchas situaciones que nos van a sorprender, algunas, injustas, otras, esclarecedoras, pero todas necesarias. Además, la prosa de la autora no nos deja, tampoco, indiferente, aunque haya escrito esta novela, también, con mucho dolor.

Mi octubre rojo está a la venta en plataformas digitales en formato papel y digital. En librerías irá llegando poco a poco, a medida que los propios lectores hagan fuerza y reclamen sus pedidos. Otro tema que, sin duda, da para charlar otro día…