Mark Duplass: «Todavía soy ese hombrecito haciendo películas en la cocina»

Cartel de Language lessons, de Mark Duplass.
Cartel de Language lessons, de Mark Duplass.
Mark Duplass decidido a hacer cine desde casa a pesar del Covid, con la complicidad de la actriz y directora Natalie Morales, ha creado Language lessons, un ingenioso y emotivo intercambio cinematográfico.

La misma pantalla que en tiempos prepandémicos distanciaba cualquier afectividad se transformó durante el confinamiento en un aliado de la proximidad humana. Un aspecto que no pasó desapercibido para el actor, guionista y productor Mark Duplass, (Nueva Orleans, 1976), decidido a hacer cine desde casa a pesar del Covid, con la complicidad de la actriz y directora Natalie Morales. Así nació Language lessons, un ingenioso y emotivo intercambio cinematográfico en el que unas clases particulares de español fulminan kilómetros, estereotipos y aislamientos entre dos desconocidos.

Nokton Magazine: ¿Cómo se fraguó esta pequeña gran historia que hicisteis realidad mediante vídeos y videollamadas en plena pandemia?

Mark Duplass: Me tropecé con la idea accidentalmente. Estaba en el segundo mes del confinamiento y recibía clases de español online con un instituto de Guatemala. Y lo que descubrí fue que cuando hablábamos en nuestras clases, teníamos conversaciones triviales horribles como: “Hola, ¿te gustan las albóndigas? Sí, me gustan las albóndigas” (señala en español), pero poco a poco terminamos desarrollando una relación mucho más profunda. Estaba a miles de millas de distancia de una mujer a la que seguramente no iba a poder conocer en mi vida, pero la sentía cercana.

NM: E inmediatamente pensaste en Natalie Morales como ‘partner in crime’…

MD: Sí, en seguida llamé a Natalie (Morales), con quien había colaborado antes y que es amiga y le dije: “Creo que puede haber una película aquí». Es muy dulce y además trata el tema de que esta tecnología, que supuestamente nos aleja, en este caso realmente está facilitando una conexión más profunda. Dijo que sí y nos pusimos manos a la obra con el guión.

NM: ¿Cuál es la clave para trabajar en equipo, aún a distancia?

MD: Siempre digo: “elige a tus colaboradores entre quien haya ido a terapia”, pues la gente que ha ido a terapia sabe cómo tratar a la gente y son más abiertos. En el caso de Natalie y mío simplemente hicimos click. Tengo mucha experiencia colaborando con distintos profesionales y siempre y cuando sepas quien está al cargo al final del día, funcionará bien. Y es por eso que decidimos que Natalie tenía que dirigir esta película. Mi trabajo consistió en aportar las habilidades que pudiera tener para ayudarla, sumar a su visión y darle todas las ideas que tuviera, pero al final, ella era la jefa. Ese es el lugar perfecto para mí.

NM: Language lessons abarca el especial vínculo entre profesora y alumno con el tono de una relación platónica. ¿Surgió o estaba en el ADN de la historia?

MD: Cuando diseñamos la película, pensamos que probablemente aburriríamos a la gente viendo nuestras caras durante 90 minutos y nada más, así que la intención fue hacer algo único para nosotros. Conversamos mucho. Para ambos ‘el amor platónico es muy importante’ (dice en español). Yo estoy casado y tengo dos hijos, por lo que no voy a enamorarme otra vez. El amor romántico se ha acabado para mí, pero puedo tener un amor platónico. Eso me encanta y me mantiene fresco y emocionado.

NM: La amistad platónica de Cariño (NM) y Adam (MD) traspasa la webcam.

MD: Natalie y yo nos conocíamos antes de la película, pero no tan bien, y haciéndola nuestra amistad se volvió muy especial, de modo que cuando ves a Cariño estar más cerca de Adam, también nos estás viendo a Natalie y a mí disfrutar juntos. Hay un gran paralelismo, teníamos muchas ganas de trabajar algo en común de forma estrecha.

NM: Al principio, cuando el marido de Adam le regala unas clases online de español, éste es reticente a introducir nuevos hábitos en su rutina, pero las circunstancias y la calidez de las conversaciones, acercarán a estos dos personajes contrapuestos: Un acomodado hombre blanco de Sacramento sin necesidad laboral y una cubana afincada en Puerto Rico con pocas posibilidades económicas. ¿Puede llegar a conocernos mejor un desconocido que nosotros mismos?

MD: Creo que sin saber todos los detalles sobre alguien, puedes saber quién es como persona. Lo que adoro de Adam es que es muy leal a Cariño incluso cuando ella trata de apartarlo de ella. Él ve a través de eso, del dolor emocional que ella tiene, pero no es perfecto y tiene su propia perspectiva de hombre blanco y rico que piensa: “necesita que la salve. Tengo que salvarla”. Es cultural, pero está equivocado. Ella le enseña y él crece. Yo también lo he experimentado personalmente. Adam es muy como yo y cuando entra una persona que le gusta, se vuelve algo muy fuerte y se emociona muchísimo. Incluso alguien podría asustarse (ríe). Y es muy dulce, pero debes tener cuidado porque el amor, la amistad platónica, es muy difícil de llevar porque hay menos reglas que en el amor romántico. En el amor romántico tienes un par de citas, luego llega la relación sexual, luego puedes decir “te quiero” y después te casas. Es como un camino, Pero en el amor platónico no todo el mundo puede decir “te quiero y voy a estar ahí para ti”.

NM: ¿La pandemia potenció notablemente tu creatividad?

MD: Soy un maníaco y mi cerebro está siempre en marcha. Mis comienzos fueron creando películas con mi hermano en mi cocina. Y ahora tenemos todo este enorme canal de producción, Duplass Brothers Production, que es maravilloso, pero que no cambia que todavía soy ese hombrecito en la cocina haciendo películas con mi hermano por 3 dólares. Language lessons fue la oportunidad de volver a una forma muy pequeña, rápida e instintiva de hacer películas. ¡Me encantó! Yo era el único equipo. Yo mismo me iluminaba, me ponía el micrófono, colocaba la cámara… Muy divertido, realmente lo disfruté.

NM: Deseamos también que continúes disfrutando mucho en el aprendizaje de español. ¡Se te da muy bien!

MD: (Responde en nuestro idioma). ¡Muchas gracias! Bueno, tengo que practicar más. Y lo haré. ¡Me voy a hacerlo! (hace amago de irse mientras ríe y se despide con la mano).