Tirarse a la piscina de la autoedición puede parecer una tarea para nada gratificante, pero cuando hablamos de un producto que se ha hecho con tanto mimo como puede ser una historia bien contada el asunto puede cambiar. La autoedición de libros empieza cuando el escritor decide que quiere autopublicarse en lugar de esperar a que una editorial lo haga en su nombre, pero lo primero que hay que tener en cuenta es que nuestro libro puede pasar desapercibido en la marea de lecturas que se publican a lo largo del año y eso es importante cuando queremos que no quede en saco rato.
Si se piensa en escribir un libro las fórmulas para conseguir una buena historia varían muchísimo, pero en varias coinciden los expertos; veáse: escribir para el lector actual, en este caso saber quién es el público objetivo ayudará en la búsqueda de un estilo narrativo. Conocer previamente en qué estilo y voz se quiere construir el relato también ayudará a conectar con el lector. Es importante tener en cuenta que el publico potencial de un libro es el mundo entero, así que la escritura del mismo debe ser clara y concisa y el lenguaje cotidiano. Un vocabulario sencillo y unas frases simples pero bien elaboradas deben ser la base de la escritura.
El arranque de la lectura debe ser potente para que quien lo lea decida continuar con la historia, las primeras páginas son una parte muy importante de cualquier libro. La estructura también es importante, dando una coherencia al empaque total; dividir por ejemplo una novela en capítulos ayuda al lector a no perderse en la trama y a la hora de escribir nos permite dividir mejor lo que se quiere contar. Los personajes bien definidos, complejos y creíbles son una pieza clave en la construcción de cualquier ficción, la profundidad de éstos hará que el lector se pueda sentir identificado con la obra.
Por último saber cerrar la historia es tan crucial como lo mencionado anteriormente: un final épico o una resolución de los conflictos sin dejar cabos sueltos es indispensable.
La autoedición pasa por varias etapas: la primera es que tras haber terminado la obra debe registrarse como tal en el registro de la propiedad intelectual de la comunidad autónoma de quien lo escriba, tras este paso se debe pulir la obra: correcciones, etc; una vez que tengamos esto nos centraremos en el diseño de la portada y en buscar una imprenta bajo demanda. En el caso de los libros electrónicos, nos saltamos el paso de la impresión y con gigantes como Amazon es muy sencillo hacerlo ya que las facilidades con las que nos encontramos son muy atractivas; para ello debemos tener listo el manuscrito y la cubierta, comprobar que cumple los requisitos de contenido y de calidad, crear una cuenta en su plataforma y definir conceptos como título, descripción, palabras clave, etc. En este caso tener claros los derechos, las regalías, la distribución, es clave para saber cómo se va a vender el libro y que no nos puedan engañar.