Karmento: «Es curioso cómo los algoritmos nos asocian a uno u otro estilo»

Karmento, por Aroha Morales.
Karmento, por Aroha Morales.
No sería justo que este río de ruido y vértigo en el que habitamos acallara las canciones de Karmento. Hablamos aquí con ella.

No sería justo que este río de ruido y vértigo en el que habitamos acallara las canciones de Karmento, ni que pasara desapercibido un disco como Este devenir con canciones memorables como Danzar sobre la tierra o La Manchega en la azotea.

Los fuegos artificiales de La Manchega en la azotea obligan a revisitar el LP de Este devenir, publicado en mayo del año pasado para descubrir canciones como Danzar sobre la tierra, un tema memorable que por sí solo merecería encumbrar a Karmento como una de las grandes cantautoras actuales. Me apuesto un café.

Tras una etapa en Malta, Karmento regresó a su Bogarra (Albacete) natal para reencontrarse con los sonidos de su infancia, porque como ella misma dice, a veces puedes pasar temporadas reñida con ello, pero al final siempre regresas a los grandes amores. Este trabajo transmite el placer de regresar a un tiempo y a un lugar en el que todas las montañas se dejaban explorar, en el que se podía trepar por las ramas y donde las noches de luna nos juntábamos a contar historias.

Nokton Magazine: ¿No está siendo fácil el devenir de este trabajo?

Karmento: No queda otra que armarse de paciencia y seguir trabajando. Este Devenir lo publicamos en mayo pasado con todas las ganas, porque sabes que lo que has hecho es interesante y que tiene algo diferente, pero ya hemos aceptado que es un trabajo lento y constante. Aunque la recepción ha sido muy buena, es muy complicado conseguir que más gente escuche tu trabajo. La publicación del vídeo de La Manchega en la Azotea ha sido un paso muy importante en este sentido, porque hemos empezado a notar que cada vez hay más medios y más gente vinculada a la cultura musical que empieza a interesarse por este trabajo. Quiero que la gente escuche mi disco porque creo de verdad que hemos hecho un gran disco.

NM: Es curioso que haya sido precisamente Una Manchega en la azotea, una seguidilla manchega, la que te esté abriendo más puertas a nivel nacional.

K: Desde el principio quise tener una seguidilla en este disco, porque aunque puedes encontrar componentes de la música folclórica en otras canciones del disco, quería hacer una pieza que no parase ni un segundo. Así nació ‘La Manchega’ con una letra llena de recovecos de realidad. Es una canción que te ayuda a llegar. El otro día me mandaron una foto de una señora comiendo sandía con el mensaje “mi madre está flipando con la Manchega”. Me hace mucha ilusión que la gente escuche la música de mi tierra.

NM: Hacía ya casi cinco años desde que publicaste Mudanzas, tu anterior trabajo.

K: Tras ese trabajo, decidí dedicarme en serio a la música. Yo estudié Educación Social y después me especialicé en sexología y me he dedicado mucho tiempo a ambas. Gracias a ello puedo seguir invirtiendo en la música y continuar apostando por ello. Aunque me costó decir “vamos pa’lante” en serio. Al principio me “emboroté” e hice una parada porque no tenía nada claro el camino a seguir. Hasta que no lancé ese segundo disco no aposté por hacer un proyecto serio, porque ahora con ya casi con cuarenta tacos, da mucho vértigo hacer esta inversión económica y de trabajo.

NM: Este Devenir tiene una factura musical impecable.

K: Me dije, “Carmen, si vas adelante con esto, vas con todo. Esto no tiene vuelta atrás. Así que vamos a hacerlo bien”. Eso significa trabajar con profesionales que te apoyen en todos los aspectos. Tuve la suerte de encontrarme con David que estaba creando el sello El Tragaluz y hemos hecho un camino paralelo de trabajo. Me descubrió en Malta donde yo estaba tocando a la virulé y me propuso que hiciéramos juntos este trabajo. La producción es de Eduardo Figueroa, que también produjo a Vicente Navarro, compañero de sello. Yo quería hacer un disco bonito y Eduardo ha conseguido que suene limpio y placentero. Hemos encajado perfectamente, incluso hay canciones que tras su trabajo han superado todas las expectativas.

NM: En este disco se puede escuchar Danzar sobre la tierra, un temazo.

K: El primer día que escuché la versión final de Danzar sobre la tierra se me pusieron los pezones como escarpias. Me entró un llanto de raíz que empezó a subirme desde el estómago de la emoción. Sabía que había hecho un temazo. Ahora he grabado un videoclip para esta canción.

NM: De una seguidilla sin freno a canciones muy de cantautora. ¿Cómo será tu propuesta en el escenario?

K: En el fondo soy muy intensa y muy moñas. En el escenario conecto muy rápido con las canciones que están en lo más íntimo de mí. Pero cuando las canciones en lugar de encerrarme en mi misma me piden abrirme, me vuelvo loca en el escenario. Es tu momento, la oportunidad de hacer tu movida en libertad. Siempre he bailado y la música es un impulso que va directamente al cuerpo. Cuando estoy trabajando en una canción me pongo los cascos y busco en la música algo que me pida el cuerpo. Algunos arreglos que aparecen en este disco y en las composiciones nacieron danzando las canciones.

NM: Un disco con conexiones indudables a la música de raíz, pero también a otros estilos.

K: Quien escucha el disco encuentra conexiones con otros músicos que incluso yo desconozco o que no conocía cuando compuse la canción. Otras veces, como La Manchega en la azotea, que es muy de raíz, conecta con las sevillanas o el fandango de Huelva. Algo que va a notar quien esté acostumbrado con ello, porque en la serranía de Albacete muchas influencias musicales han venido del sur, de la copla, del flamenco, esos sonidos han estado siempre ahí desde mi infancia e imagino que acaban por salir. Es curioso cómo los algoritmos de las grandes plataformas nos asocian a uno u otro estilo. A me encantaría que asociara a músicas relacionado con lo espiritual, con los mantras.

NM: ¿Queda atrás la cantautora con propuestas muy performativas de anteriores trabajos?

K: A veces he pensado, que he abandonado un poco ese rollo que tenía al principio y era más cantautora y hacías a veces frikadas en el escenario como repartir papelitos entre el público para que te dijeran que estilo les parecía que tenías. Pero tocar con banda y cambiar el formato de los conciertos te despega un poco más de ahí, aunque nunca he querido perder el concepto de acústico. Además de estos conciertos con banda, me encanta también hacer otros para veinte personas, que vayamos a rayarnos la cabeza y que dé igual si canto ocho o doce canciones. Ahí es donde está mi necesidad de trabajar con las emociones, algo que he hecho mucho antes de dedicarme a la música. Me apetece probar y hacer cosas distintas con el público. Justo ahora estoy probando cosas para los conciertos que tenemos previstos y dándole vueltas al formato, a las canciones, a la performance.

NM: En la actualidad más que encajar en un estilo, hay que encajar en los carteles de los festivales. ¿En qué cartel encajaría Karmento?

K: Tengo tantas ganas de tocar que me gustaría encajar en todos los festivales, pero siempre he estado enamorada de festivales del estilo del Reina Loba. Aunque no tengo mucha cultura de festivales, me encanta participar en propuestas diferentes. Durante el tiempo que viví en Malta me encantaba el Earth Garden, es el típico festival que mezcla la música alternativa con el rollito ‘pachamama místico’, pero hecho por calidad. También me gustaría participar en algún festival folk en mitad del campo y tocar con gente de otros lugares.

NM: ¿Después de un tiempo en Malta redescubres Bogarra?

K: El florecimiento esencial fue en Malta. Allí mamé muchos sonidos, muchas influencias que se reflejan en este trabajo. Reencontrarse con tus raíces es muy bonito. Después de vivir fuera, volver a reencontrarte con tu familia, con tus padres tras una etapa de desarrollo personal necesario. Aunque ahora vivo entre Madrid, Albacete y Cuenca, amo a mi pueblo, pero como en todos los grandes amores, hay épocas que te tiras reñida.

NM: En pleno confinamiento, ¿no fue arriesgado lanzar tu nuevo trabajo?

K: Tenía la necesidad de sacar el disco. Hay un punto en el que eres ajena a lo exterior y te fías de tu intuición. Llevábamos dos años trabajando en este proyecto, porque no he podido dedicarme a tiempo completo. Justo un día antes de declarar el confinamiento del año pasado, grabé la última secuencia del videoclip de Cri, cri. Entonces me veo encerrada en casa con todo el material grabado, los dos primeros videoclips hechos. Lo vi claro. A pesar del miedo no había opción, había que seguir adelante. Había que sacar el disco. Era lo que había que hacer.

Entrevista por Alba MM., Vicente y José An. Montero.