Probablemente estés leyendo este artículo desde un teléfono inteligente. Según los datos el 62% de los lectores de Nokton Magazine acceden desde este dispositivo. Sin embargo parece bastante próximo un cambio de tendencia. ¿Recuerdas cuando los titulares rezaban que la revolución de los teléfonos inteligentes había llegado? Pues quizás estamos ante una segunda vuelta de esa revolución.
Deslizar la pantalla es la actividad que más repetimos a lo largo del día, pero esto puede cambiar. Dentro de las tiendas de telefonía la estantería de los teléfonos móviles “de toda la vida” (lo que equivale a que no tienen acceso a datos ni sistemas operativos con aplicaciones) solía estar destinada a personas mayores que no querían adentrarse en el mundo digital. Esta distinción por edad cada día es más fina porque los ancianos cada vez se adaptan más a los smartphones, sin embargo parece que entre las nuevas generaciones hay un resurgir hacia esos modelos que sirven para llamar, mandar mensajes y no perder horas procrastinado app tras app.
Hace unos días la revista estadounidense The New Yorker publicaba un artículo bajo el título The Dumbphone Boom Is Real (El auge de los teléfonos tontos es real) en el que los datos se muestran apabullantes. Comienza con el caso de una pareja de veinteañeros que tras no encontrar ninguna aplicación que realmente les funcionase para controlar el tiempo que pasaban en Internet desde su smartphone, y con la paradoja de tener que dedicar mucho tiempo a investigar en páginas webs para indagar en diferentes opciones, lanzaron una compañía dirigida a quienes quieren evitar perder tanto tiempo ante la pantalla. En marzo de 2024 vendieron productos por valor de más de setenta mil dólares, diez veces más que en marzo de 2023.
No es el único dato que demuestra que el minimalismo digital ha encontrado su nicho y que cada vez son más quienes se limitan a tener en su teléfono una agenda para llamadas y SMS, alarmas, calendario, biblioteca de música, una batería que puede llegar a durar veinte días y poco más. Light Phone fue uno de los primeros móviles tontos que se lanzaron al mercado con el objetivo de limitar la conectividad a Internet y ese runrún constante de notificaciones en el que vivimos. Sus datos también van en constante aumento, de 2022 a 2023 sus ingresos se duplicaron y están en camino de duplicarse nuevamente en 2024. Desde la compañía aseguran que hay una gran predisposición a estos teléfonos desde la Generación Z. “Algunos de ellos son más jóvenes que el iPhone”, aseguran.
Desde que en 2022 comenzase a notarse el auge de estos teléfonos tontos el mercado no ha parado de extenderse. En ese año, según recogía Euronews, en Estados Unidos el fabricante de Nokia aseguraba vender decenas de miles de unidades cada mes. Aunque también existe la convivencia y algunas personas apuestan por tener a la par un teléfono inteligente y uno tonto e ir cambiando la tarjeta SIM según el plan que vayan a hacer o la necesidad de desconexión que su mente necesite. Quizás en la mezcla está el mejor valor.