Las novelas de misterio son una constante en la literatura. Nos apasiona seguir pistas, atar cabos, ir descubriendo guiños y datos para que, al final de la aventura, todo tenga un sentido. Por ello es uno de esos géneros que siempre se mantiene vivos, ya sea en sus títulos más clásicos como en las baldas de novedades. Y, entre ellas, ha despuntado hace poco una temática concreta: los cozy mystery.
El término cozy para las novelas se está popularizando para definir unas tramas muy concretas en las que el misterio es el protagonista y el aura en el que se vive es, como la propia palabra cozy demuestra; acogedor. De hecho ha llegado para quedarse porque ya hay editoriales, como Alma, que han lanzado su propia colección de títulos especializada en este género a la que han llamado Cozy Mystery. De hecho ellos mismo nos dan una definición muy precisa de qué contienen estas novelas:
Novelas de misterio sin violencia. Para los lectores que les encanta la intriga de la novela negra, pero no las escenas violentas ni las ambientaciones oscuras.
Ambientación en lugares tranquilos y agradables. Pueblos pintorescos, ciudades pequeñas, pastelerías con encanto, los escenarios de los crímenes son acogedores.
Historias reconfortantes. En ellas, el culpable nunca se sale con la suya y el final feliz está asegurado. Lecturas perfectas para relajarse y reducir el estrés.
Por el momento la colección está dividida en tres temáticas (repostería, libros y gatos) y se ha lanzado con tres títulos: Unas galletas de muerte, de Joanne Fluke, Asesinato entre libros, de Kate Carlisle y Crimen descatalogado, de Mirada James. Este último es el que hemos leído y podemos asegurar que cumple al cien por cien la premisa del género.
En Crimen descatalogado nos encontramos a un bibliotecario que ha regresado a su ciudad natal y que se verá envuelto en la investigación de la muerte de uno de los escritores súper ventas del momento (y que sí escribe historias cargadas de violencia) con el que no tuvo una buena relación en su juventud. Así Charlie Harris saldrá de su rutina para ir dando pasos junto al lector en el descubrimiento del misterio. Pero no lo hará solo ya que vive con Diesel, un gato de raza Maine Coon, que enseguida se convierte en un gran investigador.
En este título firmado por Miranda James (pseudónimo del escritor Dean James que bajo el nombre de Miranda se ha convertido en uno de los autores más vendidos del New York Times por su colección Cat in the Stacks Mysteries) nos encontramos una trama cargada de secretos familiares, situaciones inusitadas y rencillas del pasado en la pequeña ciudad de Athena, Misisipi. El sello que lleva la portada, en el que puede leerse “aquí hay gato encerrado” ya nos dice mucho de lo que vamos a encontrar al pasar las páginas. Una sucesión de personajes de los que no sabemos si debemos fiarnos, gran pasión por los libros y mucha intriga. Todo ello en un ambiente acogedor, el de una ciudad en la que todos se conocen y en la que el lector irá recorriendo su universidad, su librería, su pastelería, su hotel… Incluso se deleitará con cada una dw las recetas que saborea el protagonista. Todo mientras vamos avanzando en descubrir quién ha acabado con la vida, cargada de incertidumbres, del escritor Godfrey Priest.
Crimen descatalogado es un cozy mystery en todo su esplendor. Es difícil leerlo sin desear encontrarse con alguien como Charlie Harris paseando a su gato, y sin desear acariciar a ese felino que entiende mucho más del género humano que el resto de personas. El libro está cargado de frases cortas con un ritmo rápido, también propio del género, y un estilo chispeante que consigue que lo devores en un par de tarde.
Dejarnos envolver por un misterio a resolver es muy difícil de evitar. Más aún si todo a su alrededor destila un ambiente cálido en el que sentirse reconfortado.