Disfrutar de las playas y piscinas durante el verano es una práctica muy común. Estos lugares se convierten en los favoritos de muchos. Sin embargo, son ambientes que no siempre es sinónimo de limpieza. Debido al exceso de gente que visita las playas y piscinas, hay mayor probabilidad de contagios e infecciones.
En las playas, encontramos bacterias, virus, parásitos y hongos que se alojan en la arena. Mientras que en las piscinas hay mayor probabilidad del ingreso de gérmenes en los oídos, conjuntivitis y hasta infecciones urinarias; por la exposición a microorganismos tales como bacterias y hongos que, en temporada de verano, aumentan su proliferación. Por ello, para evitar todo esto mencionamos algunas prácticas de prevención.
Acciones a tomar en cuenta
Los contaminantes también se encuentran en la arena. Para evitar riesgos de contraer enfermedades en la piel, tales como micosis y hongos, lo recomendable es utilizar esterillas o extender una toalla sobre la arena. De esta manera se evitará el contacto directo.
Asimismo, intenta no hundir la mano en la arena, ya que los microorganismos, hongos y bacterias que contiene podrían quedarse metidos entre las uñas. Tampoco dejes restos de comida en la playa o los entierres en la arena. Por otra parte, existen insectos como la pulga de arena y las moscas de arena que provocan mordeduras y picaduras graves. Si estás en una playa del trópico, se recomienda evitar las horas del amanecer y el atardecer.
En el agua, una vez salido del mar o la piscina, se aconseja ducharse lo antes posible y cambiarse rápidamente. También es importante lavar los bañadores y las toallas lo antes posible. Esto es fundamental ya que, desafortunadamente, las mujeres son las más propensas a sufrir de infecciones urinarias por razones anatómicas naturales.
Utilizar sistemas de limpieza en piscinas
Anteriormente, para mantener una piscina limpia era necesario cambiar el agua a menudo. La práctica incluía llenar y vaciar cada vez que el agua se ensuciaba, sin embargo, esto suponía un gasto económico y, también un uso indiscriminado del agua, un recurso importante en la naturaleza.
Por esta razón, la industria consideró importante cubrir esta necesidad y destinar artículos que realicen el trabajo por sí mismos. En la actualidad, la filtración de impurezas es fundamental para mantener el agua de una piscina en buenas condiciones. Los sistemas de purificación y las depuradoras de piscinas tienen filtros, bombas y mangueras que absorben el agua, la filtra, la limpia y la envía de nuevo a la piscina.
Por tanto, son sistemas fundamentales para piscinas personales y públicas. Estas mejoran la filtración, aumentan la pureza del agua y la cantidad de iones negativos. También debemos regular el pH del agua para evitar irritación en la piel y los ojos de los bañistas. El valor correcto debe situarse entre el 7,2 y el 7,6 unidades para garantizar que el resto de medidas aplicadas funcionen bien.