«Cuánto me queda»: Vivir el hoy como si se fuera a morir mañana

Imagen del rodaje de "Cuánto me queda", de Carolina Bassecourt
Imagen del rodaje de "Cuánto me queda", de Carolina Bassecourt

De los capítulos más icónicos de Los Simpson -que se multiplican por decenas- está aquel de la undécima temporada en la que Homer recibe la peor de las noticias tras degustar una porción venenosa de un pescado cuasi mutante: En apenas 24 horas pasará a mejor vida. O al menos, así lo endulza el dicho. Una vez encajado el golpe, el fiel devorador de rosquillas se pone manos a la obra con su listado de Cosas que hacer antes de morir.

A lágrimas, risas y con el habitual disparate de nuestra familia amarilla favorita, se divisaba la verdad más absoluta de la vida humana, la que Pablo, el protagonista de Cuánto me queda menciona en andas de un gag: Morimos un poco todos los días. Si esta es la premisa, ¿por qué no nos lanzamos a disfrutar cada instante como si fuera el último?

“Hay que exprimir la vida, no hay que esperar a que te den la mala noticia”, manifiesta la actriz y guionista Carolina Bassecourt, que se estrena en la dirección con una ópera prima cercana y vitalista. Cuánto me queda, adaptación del texto teatral de la escritora Marta Buchaca, nos pone en la disyuntiva de una pareja de médicos -interpretada por Salva Reina y Kira Miró– que ha descubierto la próxima defunción de uno de ellos gracias a un hallazgo científico. El objetivo entonces será exprimir cada gota de felicidad y solucionar cualquier imprevisto. “Es difícil trabajar la comedia con un tema tan triste, pero en toda comedia hay una base real. Los absurdos que se producen parten justo de la finitud”, comenta Bassecourt.

Porque Pablo comenzará a jugar sus cartas y a embarcarse en todas las ideas locas que constan pendientes en su agenda, pero su preocupación inmediata consistirá en maquinar acerca de los planes de futuro de su mujer, a la que no desea dejar desamparada. “Creo que le mueve un sentimiento de querer hacerlo bien, aunque en ocasiones no lo haga de una manera muy acertada”, advierte entre risas Salva Reina, a quien gusta voltear la frase de que “la muerte da sentido a la vida” por “la vida es lo que da sentido a la muerte”. Su personaje, “un tipo muy culto, estirado y con muchas rarezas” intentará hacer lo que considera correcto y en sus amorosas equivocaciones detonará el enredo.  “Como pasa en Navidades. En una casa se encuentran personas que se quieren mucho y de repente salen todas las verdades. Un espacio cerrado y ¡alegría!”, bromea Bassecourt al escuchar nombrar el símil con Un Dios salvaje, de Yasmina Reza.

Pues en este deseo de buscar lo mejor para su esposa, harán aparición por esas acomodadas cuatro paredes el mejor amigo y cuñado de Pablo (Antonio Pagudo) y su archienemiga (Eva Ugarte), la hermana de Ángeles, su mujer. “En la historia está presente todo el tiempo qué queremos hacer realmente en la vida. Es algo que no apetece pensar, pero lo interesante es que en una situación límite nos abrimos en canal”, comenta la actriz Eva Ugarte, que ha trabajado hasta en cuatro títulos con su pareja en el filme . “Creo que la clave de la película es la energía que mana entre nosotros, de personajes de muy distintas personalidades», reflexiona la actriz.

Antonio Pagudo dispara rápido cuando de morir se trata. No duda de su reacción en caso de recibir la fatal noticia. “Al momento estaría dando mucho amor a la gente que quiero. Soy de expresarlo, de decir ‘yo te quiero ya’, pero la gente en general lo comparte poco”. Con pasión desbordante defiende el lugar de la comedia, vista por algunos sectores como un género menor. “No sé por qué. A ver, estamos todos de acuerdo. ¿Por qué no nos ponemos manos a la obra? Demos un paso, a darle fuerza, que por ejemplo sea lo más importante de unos galardones, que le den su sitio”. Salva Reina comparte que esta divergencia se produce más claramente en las entregas de premios. “Se tiende a hacerles de menos cuando es el género estrella de nuestro cine”. Desconocen por qué el drama genera en la crítica, en la opinión pública canónica, una autoridad que la comedia no logra. “No sé si será porque vas al cine, te ríes, sales y al momento parece que se te ha olvidado”, medita la directora de este cuarteto de cuerda, en el que la vibración de cada personaje resuena en el otro y receta humor a la tragedia de la vida.  

Pagudo acciona el resorte y surge el kit de la cuestión. “La clave es si te harías o no la prueba para saber si vas a morir pronto. Y luego preguntarte en qué te cambia saberlo, en qué te modifica. Y finalmente, si sabes lo que harías si dejaras de respirar mañana, dite: ¿por qué no lo estoy haciendo ya?”. Todos lo aplauden. La muerte se sigue considerando un tema tabú en nuestra sociedad. “No queremos pensar en ello -dice Ugarte- y también es importante gestionarlo, prepararse para la partida”. Unos preferirían saber la fecha, otros no, pero están de acuerdo en que morir es solo una reafirmación del regalo de estar vivos. A diferencia de su personaje, Salva Reina no se lo tomaría con prisa. “Yo me voy a tomar una cervecita y luego ya veremos”, comenta con su característico deje canario. Y el equipo se funde en una sonora carcajada.