Las sitcom llevan décadas con nosotros y sin embargo en los últimos meses no hemos visto grandes lanzamientos en este género. Quizás el público está perdiendo el interés o las productoras están demasiado centradas en otros formatos. Sin embargo sí hay una serie reciente que cumple todo lo que se requiere del género; risas, actualidad y unos personajes carismáticos. Se trata de Casi muertos (Not dead yet) que está disponible en Disney+ y ya ha confirmado una segunda temporada.
La serie, basada en el libro de Alexandra Potter Confessions of a Forty-Something F**k Up, podría titularse perfectamente “una periodista entre fantasmas”. Porque, aunque la sinopsis oficial abogue por centrarse en que se trata de una serie sobre una mujer que intenta retomar su vida tras abandonar una exitosa carrera por amor, en realidad el argumento es más sencillo; una escritora de obituarios a la que se la comienzan a aparecer los fantasmas de aquellos sobre los que está escribiendo. Por un lado permitiéndola conocerles a la perfección y escribir unas necrológicas excelentes, por otro dejando diferentes enseñanzas sobre la muerte y el duelo.
Y no, no hablamos de enseñanzas banales. De hecho se ríe bastante de las manidas frases que solemos decir cuando un conocido ha perdido a alguien. Busca más bien ahondar en cómo pensar en ese momento, en la muerte, puede ayudarnos a sobrellevar el día a día. Y no lo hace desde el punto de vista más agorero de “da igual lo que haga, vamos a morir todos”, sino desde una perspectiva mucho más humana enfocada en intentar sentirse vivo. Que sí, que a veces se nos olvida.
La serie es mucho más que las visiones fantasmales, es la realidad de una mujer joven que tiene que reinventarse, la realidad de una redacción, la realidad de desear un trabajo que no se tiene… Aunque beba, en la base que no en el formato, de la mítica Entrefantasmas que tantas tardes de entretenimiento dio en la televisión en abierto Casi muertos ofrece mucho más. Buen humor incluido.
Además parece que a Gina Rodríguez le encajan a la perfección los papeles de escritora. Frustrada (y con otras necesidades más acuciantes) en Jane the virgin, de obituarios en Casi muertos. Y es que Gina borda los papeles cómicos de chica en apuros con una gestualidad tan propia que podría ser casi un género en sí misma.