Considerada una de las 10 mejores películas del 2013 por el gran Pedro Almodóvar, Stockholm hará sin duda mucho ruido en las próximas nominaciones a los Premios Goya. Con un ejercicio de estilo de gran virtuosismo, asistimos a una necrosis de las relaciones, sublimadas en unas 24 horas. Una primera parte en la que él y ella se seducen en clave de comedia romántica impregnada de sensualidad visual y ligereza. Un cortejo a modo de secuestro y una atracción que muda al día siguiente en lucha inquietante, arisca y envenenada. El tránsito se realiza atravesando un universo romántico y etéreo cercano a Before the Sunset (Linklater), entremezclado con la atmósfera de violencia diáfana de Haneke. Dos actores con una química que transciende la pantalla (Aura Garrido y Javier Pereira) y unos diálogos punzantes como dagas son los grandes aciertos del film.
Rodrigo Sorogoyen nos abre las puertas de su casa, en la que rodó Stockholm, para hablarnos del proceso creativo de esta película, llevada de la mano por una seguridad, audacia y un talento verdaderamente excepcionales. Diferente, desconcertante y fascinante, Stockholm es la corazonada de nuestra redacción.
Nokton Magazine: ¿De dónde surge la necesidad de contar esta historia?
Rodrigo Sorogoyen: Al principio no era una necesidad, o seguramente era una necesidad pero yo no era consciente de ello. Simplemente, a mí se me ocurren las historias. No porque quiera hablar de algo, pocas veces me ha pasado, ves algo y dices “quiero hablar de este tema”, pero a mí se me ocurren las historias de manera más cinematográfica: “qué buena idea para un guión, qué buen arranque para una película, qué buen personaje”, pero no es que quiera hablar de un tema en sí, sino porque se me ocurren mecanismos cinematográficos, unos mejores que otros. Ésta se me ocurrió así: qué pasaría con una película que yo viera como espectador.
Dos desconocidos que pasan sólo una noche juntos. Me gustan mucho las pelis de espacios cerrados, de momentos temporales muy concretos. Ésta lo era: una noche, una mañana. Me encantan cuando hay pelis que intentan ser a tiempo real, por ejemplo, 2 horas en la vida de un personaje, o algo mucho mas abarcable pero muy bien definido, limitado, un año en la vida de un personaje. Me gusta mucho como espectador y por lo tanto como creador o guionista. Se me ocurrió y me gustó la idea de dos desconocidos que pasan un día juntos y al día siguiente pasa algo trágico e inesperado que no podían imaginar cuando se conocen. Trabajando con eso, contacté con Isabel Peña en 2010 para trabajar el guión. Trabajamos juntos en una serie de televisión y recuerdo que, en los descansos, escribíamos este guión. Pero, en realidad, te vas dando cuenta de lo que quieres hablar mientras vas escribiendo y vas haciendo la película.
Tenía una necesidad inconsciente de contar algo. Después de verla, pensar y reflexionar me da para conocerme mejor. Si ves la película creo que está claro de qué quería hablar: de cómo están cambiando las relaciones hoy en día, sobre todo de una generación joven y tardía que es la nuestra, de los 20 a los 40, y que da un poco de miedo hacia dónde va. Es algo totalmente lógico en cuanto a la sociedad en la que estamos viviendo, la sociedad en la que nos ha tocado vivir y que estamos nosotros mismos construyéndola, o destruyéndola, más bien. Esta sociedad de consumo horrible que hace que las relaciones sean también relaciones de consumo, de tirar a la basura. Lo queremos todo ya y lo queremos rápido y lo único importante es conseguirlo.
NM: ¿Cómo se escribe un guión a cuatro manos?¿Cómo lo hacéis?
RS: Muy bien. Yo he escrito solo solamente un guión del que esté contento. Fue un proceso muy enriquecedor, pero también muy frustrante. Es mucho más difícil, obviamente estás más solo. Cualquier guionista da su libreto a sus 3, 4 o 5 personas de confianza y se lo devuelven con notas. Eso es obligado y todo el mundo lo hará, pero no es lo mismo que trabajar con alguien. Simplemente la película termina siendo de “menos autor” al estar con otra persona, pero creo que ganas en muchísimas cosas, ya depende de la pareja y depende del proyecto. Este guión en concreto era tan sencillo, al ser personajes tan marcados, uno masculino, uno femenino, que elegí muy bien con quién lo iba a escribir. No hubiera sido lo mismo, para nada, si lo hubieran escrito dos hombres.
En cuanto a la metodología, desde el principio el guión estaba dividido en ocho partes muy concretas y las trabajamos juntos. Una película más convencional suele tener muchísimos giros, más ramificaciones, está todo más mezclado. Pero aquí hay una trama y ocho giros o partes. Después de tenerlas bien definidas, que es un trabajo conjunto, cada uno escribió una y luego nos corregíamos y nos cambiábamos. Siempre, quieras que no, ella se ponía un poco más en la posición de ella y yo en la de él. Entonces la escritura fue bastante sencilla. Con otros guiones es más difícil. Si estás contando una historia muy-muy tuya, es muy difícil escribir con alguien. Supongo.
NM: La escritura tiene algo personal siempre. Oí decir que para que funcione tenía que ser personal.
RS: Sí. Esta historia empezó siendo mía, pero Isabel se sumó al carro, fue muy sencillo hacerla suya también. Supongo que porque a ella también le interesaba ese mundo. No lo veo un guión muy personal, lo veo un guión muy universal, cualquier persona puede hablar de esto.
NM: ¿Cómo se hizo la elección de los actores? Están muy bien juntos, tienen mucha química, llevan el peso de la historia.
RS: La película son ellos, vamos.
NM: ¿Desde el principio pensaste en ellos?
RS: En Javier Pereira, sí. Es muy amigo, hemos trabajado juntos además. Cuando estaba escribiendo el papel, era él. Siempre estuvo clarísimo.
A no ser que una cadena de televisión se hubiera puesto por medio y dicho: “¡Pon a Mario Casas!.” Siempre iba a ser él. Quiero decir, que si me hubieran dicho “Mario Casas” me hubiera peleado con todo Dios para que no lo fuera. A veces las cadenas de televisión ganan. Él estaba desde el principio, sabía que iba a estar y que era la elección correcta.
A Aura Garrido ya la conocía. Nos sentamos los socios de la productora para elegir. Sabíamos que queríamos que tuviera cierto nombre, que la gente la conociera como a Javier Pereira, por puro marketing, para que el público los conociera, que se te puedan abrir las puertas, para que sea un producto más atractivo. Los actores tiene que ser buenos, eso es lo principal. Así que hicimos una lista donde se encontraba, claro, Aura. Ya había trabajado con ella, nos llevábamos bien y sabía de su potencial. No sabía que tenía tanto, porque luego cuando trabajé con ella me quedé impresionado. Había trabajado con ella en una serie y todos dijimos “¡Esta tía es muy buena!”. Pero no trabajas tan a fondo para comprobarlo bien, esas cosas se hacen en las películas. La llamé, quedamos, leyó el guión, y encantada. Yo creo que es un guión que para cualquier actor es un bombón, tanto para ella como para él.
NM: Habéis hecho crowdfunding, rodado con un presupuesto mínimo. ¿De cuánto ha sido el presupuesto?
RS: Nos hemos gastado 70.000 euros, pero aquí nadie ha cobrado. El presupuesto ha servido para el rodaje, el material, alquiler de iluminación, cámaras, permisos, comida, postproducción y dar de alta en la Seguridad Social. No hemos pagado pero hemos dado de alta porque era un mínimo que tenía que haber. Si sumamos los sueldos hipotéticos que todos hemos capitalizado, es una peli que ascendería a los 220.000 euros. Lo que sí que hemos hecho es que en cuanto entre 1 euro por la película se reparte porcentualmente. Yo a lo mejor por mi trabajo de director puedo obtener el 1% de la película, algo así. De ese euro, 1 céntimo iría para mi.
NM: ¿Muy diferente el proceso en comparación con 8 citas?
RS: Totalmente distintito. Me gusta mucho pensarlo porque son dos experiencias completamente distintas. Las dos muy favorecedoras y agradables pero ésta me gusta más porque ha sido más difícil y todo lo que conlleva un mayor reto y te sale bien supone siempre una satisfacción mayor. Todavía no estaba la crisis, fue una película totalmente estándar, pequeña para ese momento, pero claro eran 1 millón de euros.
Rodada en tres semanas y media, y ésta en trece días. El equipo eran cuarenta personas y aquí veinte. Treinta y pico actores y aquí dos. También en cuestiones creativas. 8 citas la codirigí, quieras que no, no la siento tan mía. Siento míos mis capítulos, más que la peli entera.
NM: ¿Futuros proyectos?
RS: Yo siempre tengo proyectos y muchas ganas. Estoy manejando cuatro proyectos cinematográficos, son muchos y espero que alguno salga pero no puedo contar nada de momento.
NM: ¿Qué impresión te llevas cuando te enteras que Almodóvar considera que tu película está en las mejores del 2013?
RS: Pues flipé. De hecho, vamos, me enteré ayer así, que todavía estoy flipando. Pues increíble, más que porque Almodóvar, como persona, le pueda gustar esta película o no, ya que eso es totalmente circunstancial, sino porque que Almodóvar el cineasta haya dicho eso nos coloca en un lugar muy importante. Nos hace ver que Stockholm está llegando lejos, mucho más lejos de lo que nos hubiéramos imaginado nunca. Almodóvar es el cineasta más influyente a nivel internacional de nuestro país, así que imagínate. Es como una suerte que nos ha tocado.
Luego pienso «¿Y a Almodóvar por qué le gusta esta película?» Tiene sentido: es una historia de amor romántica a más no poder. La forma de rodarlo o el tratamiento no es para nada almodovariano, ni el tono, pero de lo que estás hablando, que yo creo que es lo que a la gente le puede llegar a conectar sí que es muy almodovariano. Si es que Átame es así. Vamos que puedo entender con qué aspectos de la película ha conectado el señor Pedro Almodóvar
NM: ¿Si pudieras pedir tres deseos al cine cuáles serían?
RS: 1. Conseguir una industria saneada y estable, no estar en permanente crisis, que haya una industria asentada donde quepamos todos.
2. Que la salas de cine no desaparezcan.
3. Que el cine pueda llegar a todos. Pero eso depende tanto del cine (distribuidores/productores/exhibidores) como también de la gente. Que la gente no deje de ir al cine. Es verdad que el cine está caro, pero la gente se compra otras cosas. Me da pena que la gente esté dejando de ver películas, de ir al cine y es responsabilidad tanto e la gente como de nosotros, el medio. Aunque, entre nosotros, yo sé que tengo muy poca responsabilidad. Hay otros señores que tienen más. Los Amantes pasajeros, Las brujas de Zugarramurdi, o películas pequeñas como la nuestra, son películas que están hechas para que la gente vaya a verlas. Me da pena que en este país la gente no esté conectada con eso.
httpv://vimeo.com/65293440
Título: STOCKHOLM
País: España
Duración: 92 min.
Guión: Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña.
Director: Rodrigo Sorogoyen.
Productora: Caballo Films.
Equipo artístico: Javier Pereira Aura Garrido.
Fotos: ©Caballo Films