¿Recuerdas con anhelo aquellas maravillosas obras de arte que realizabas en el colegio por la diversión de soltar tu creatividad? ¿Aún estás orgulloso de alguno de los dibujos que tus padres colgaron en la nevera de la cocina? ¿Eras de los que aprovechaba cualquier trocito de papel (ya fuese un cuaderno, un postit o la escayola de un amigo) cuando eras joven para hacer alguna estampa? Y, ¿ahora? ¿Sigues dibujando?
Seguramente si recuperas con ilusión esos recuerdos de cuando dibujabas hace años es porque la pintura, en cualquiera de sus formatos, te hacía sentir libre. Te permitía desentenderte del mundo, navegar por tus universos internos o incluso concentrarte durante horas para replicar una instantánea. En ese caso, ¿te has planteado volver a dibujar?
Beneficios del dibujo en adultos
Antes de que te lances a coger de nuevo el lápiz y el papel de dibujo vamos a repasar algunos de los beneficios que genera recuperar esta actividad tan apasionante del dibujo en la edad adulta. Y, como podrás suponer, los más relevantes están relacionados con tu cerebro.
Por una parte porque al ponerse a pintar, ya sea recreando una escena que hayamos visto, con un bodegón delante que queramos replicar o dejando volar de forma totalmente libre nuestra imaginación (ya sea para crear una imagen realista pero que salga de nuestra fantasía como una imagen abstracta) activamos nuestra actividad cerebral. Al igual que cuando nos ponemos a completar un crucigrama o un sudoku, o cuando intentamos aprender un idioma o a tocar un instrumento nuestro cerebro activa la materia gris mientras dibujamos consiguiendo que se vuelva más elástico.
Por otra parte, dibujar es un eminente foco de creatividad. Lo que también conlleva múltiples beneficios no solo en nuestro cerebro sino también en nuestro día a día a la hora de plantear soluciones a problemas comunes o de comprender lo que nos rodea.
Además dibujar puede ser un ejercicio más que satisfactorio para calmar la ansiedad y el estrés ya que implica un tipo de concentración muy concreto y nos mantiene durante minutos (u horas) alejados de otros estímulos.
¿Cómo empezar a dibujar?
Si estás planteando dedicar tiempo al dibujo lo más recomendable es que empieces de una forma sencilla. No te compliques en un primer momento creando un espacio ideal en algún rincón de tu hogar o buscando un horario fijo que dedicar a la pintura. Simplemente hazte con tu papel acuarela, algunos pinceles y pinturas o el material que necesites y dedica unos minutos a dar rienda suelta a tu creatividad. En cuanto empieces a notar los beneficios que te generan esos ratitos no tardarás en ir al siguiente paso de encontrar el mejor momento del día y el mejor espacio para dedicarlo a dibujar.
Motivos para empezar ahora
Ante todo, sé honesto contigo mismo. ¿Te apetece dibujar? Pues no lo pospongas. Es complicado encontrar el momento ideal, siempre nos pueden los quehaceres del día a día y vamos dejando para más adelante aquellas actividades que más nos pueden ayudar a sobrellevar esas cargas. Así que, aunque suene tópico, el momento es ahora.