Aquellas vistas desde la barra del bar

Barra de bar,
Barra de bar,

Apoyar el codo en la barra del bar y hacer un repaso visual por el recinto varía mucho hoy en día que hace unas décadas. Si has nacido antes de los ´90 echarás en falta muchos de los objetos que marcaban la estética de nuestros queridos bares. Nos ponemos nostálgicos para recordar el rinconcito con el teléfono, el sonido de las tragaperras, los ceniceros promocionales, el serrín en el suelo…

El sonido de las tragaperras

Aunque aún quedan algunas en los bares más tradicionales, esos que algunos llaman «bares de viejo», son casi imposibles de encontrar en los bares de reciente creación donde esta máquina en la que solíamos echar las vueltas de la consumición rompería radicalmente su estética. Su sonido ya está relegado a los espacios exclusivos para el juego o a las tragaperras online. Pero nunca podremos olvidar esa sensación de cosquilleo cuando sonaba el premio.

El rinconcito para el teléfono

Las cabinas telefónicas de las calles han desaparecido hace ya un tiempo de nuestras vida y, a la par, los teléfonos que los bares ponían a disposición de sus clientes. Algunos de forma gratuita y otros cual cabina, monedas mediante. Hoy como mucho podemos encontrar un espacio para cargar el móvil o pedir al camarero un cargador. Pero no volveremos a sentir prisa porque queremos hacer una llamada y hay alguien contando su vida por el único teléfono del local. Tampoco volveremos a escuchar al camarero llamar a voz en grito a quien reciba una llamada. No queda espacio para bromas como las de Bart Simpson a Moe.

Ceniceros inamovibles

Hace años que el único hábitat de los ceniceros en los bares se encuentra en las terrazas. Pero seguro que todos recordamos esos ceniceros de hace décadas, que pesaban muchísimo y ponían el punto decorativo al local. En especial esos de los 90, siempre publicitarios, como los de Martini. Que incluso se continúan vendiendo en mercados de segunda mano para los más nostálgicos.

Serrín en el suelo

Ahora nos dejamos llevar observando los azulejos preciosistas de muchos bares, o valorando los que llevan ahí décadas intactos. Miramos al suelo hasta con gusto, casi como a una pared de diseño. Sin embargo durante muchos años lo único que podíamos ver al mirar el suelo de un bar era serrín. Hace años que una normativa de Sanidad prohíbe su uso,y que hemos olvidado como cubría y se mezclaba con colillas, cabezas de gamba, cáscaras de pipa