Amor libre a las letras en abril (y siempre)

Hay un mundo más allá de la programación de instituciones públicas para hacer que queramos (todavía más) el mundo de los libros.

Es curioso que un mes con tan pocas letras en su nombre sea precisamente el encargado de hacer homenaje a las mismas. Como las flores a mayo, los libros, sus páginas y renglones se recrean en abril. Hace casi 20 años que la UNESCO decidió que el día 23 de abril iba a ser el día del libro, por culpa o (gracias a) los datos inexactos de los fallecimientos de dos de los escritores más famosos a nivel mundial, el británico Shakespeare y nuestro recién encontrado Cervantes. Muchos hemos tenido la suerte en criarnos en comunidades autónomas y provincias en las que ese mismo día se declaraba festivo por su patrón, y hemos podido aprovechar el día libre para darnos una vuelta por los puestos de libros, al margen de los actos oficiales propios de Aragón, Cáceres, Castilla y León y Cataluña. Ésta última se lo llevó a favor, y añadió a su tradición en Sant Jordi de regalar una rosa a las mujeres, el obsequio a los hombres con un ejemplar editado. A día de hoy y por todo esto de la evolución, la igualdad y la lógica pura, la distinción de géneros es totalmente absurda. (A mí denme libros y déjense de… rosas).

Pero no fueron los únicos que se lo llevaron a favor. Librerías, centros comerciales, organizaciones públicas y multinacionales aprovechan el 23 de abril para hacer su particular agosto en la sección de libros. Lógico por otra parte, pero no deja de significar una violación al sentido romántico del amor a la lectura, tal y como se hace del 14 de febrero una cuestión más consumista que de demostración de los instintos hacia el prójimo.libros-stand

Por ello, y haciendo un alegato al amor libre a los libros, desde Nokton Magazine (teniendo en cuenta que apostamos por la cultura low cost, libre y accesible) hemos querido recuperar ese sentido pasional hacia el mundo de las letras buscando demostraciones gratuitas y aptas para todos los públicos para conmemorar el Día del Libro. Porque no sólo de las instituciones públicas vive el fomento de la lectura y el amor incondicional a la literatura, si lo que quieres es gritar y celebrar un día que para ti debería ser festivo nacional, si incluso insistes en que debería serlo todos los días del año y necesitas tu dosis de olor a tinta sobre papel, sigue leyendo (ya sea este artículo o el libro que tengas en la mesilla).

Una buena alternativa es practicar el bookcrossing, que lejos de ser una práctica sexual de esas de 50 sombras de Grey, nos lleva a ‘deshacernos’ de alguno de nuestros preciados ejemplares en cualquier punto de nuestra ciudad, con el objetivo de que otro lo encuentre y le alegres el día. Suena bien, ¿verdad? El Colectivo Amor al Arte ha organizado un evento en facebook para invitarnos a esa Liberación Masiva de Libros. Las reglas son sencillas:

– Elige un libro del que no te importe deshacerte.
– Pon una dedicatoria bonita en la que quede claro que es un libro liberado.
– Libéralo en el lugar que más te guste.

¿Te animas?

La práctica del bookcrossing también ha sido adaptada por bares y cafeterías de todo el territorio nacional que ponen a disposición de sus clientes lecturas apetecibles para acompañar a tu café, intercambio de libros (tráete uno y cámbialo por otro de la estantería) e incluso el regalo de una obra por tu consumición. Porque consumir letras también es necesario.

Una adaptación más personal y adaptada a los tiempos modernos es la iniciativa de Cada semana un libro. Gracias a un artículo reciente de los compañeros de Yorokobu, descubrimos a un publicista de San Cugat del Vallés que un día se dio cuenta de que no le quedaba espacio en su casa para más libros. Y como a muchos nos pasa, no estaba dispuesto a deshacerse de ellos a cualquier precio. No es el primero que quiere donar libros a las bibliotecas públicas y se encuentra con negativas e impedimentos. Frente a los obstáculos, decidió crear esta web donde, sin avisar ni del día ni de la hora, pone un libro a libre disposición. El primero que encuentre el botón azul activo para pedirlo, se lo lleva. Y los gastos de envío corren de su cuenta. Una especie de bookcrossing 2.0. ¿Dónde está el truco? No lo hay.

tuuu libreriaLibrerías hay muchas, de barrio de toda la vida, grandes superficies, de segunda mano… Pero las hay que nacen bajo un manto de libertad, sin intereses comerciales y con el único objetivo de acercarnos a esa adicción a la palabra escrita y poner la cultura a disposición del pueblo. En su día ya os hablamos de Más Libros Libres, una librería afincada en Málaga donde todos sus ejemplares son gratuitos. Como ella, encontramos a Tuuu Librería en Madrid, que forma parte de la ONG Yooou. En su espacio original en la calle Covarrubias y ahora también en su nueve sede en la calle Padilla, podemos pasarnos horas buceando entre los miles de títulos apilados en sus estanterías. A cambio del donativo que cada cual considere, puedes llevarte todos los libros que te quepan en la mano. Desde ella nutren además a bibliotecas y colegios de obras que necesitan para crearse o subsistir, y todo gracias a la colaboración desinteresada de un equipo de voluntarios, amantes de la lectura y de la cultura en general.

Cervantes y Shakespeare se llevan la fama en esto del Día del Libro, pero un buen bibliófilo no puede olvidar ni dejar de llorar la pérdida de Ray Bradbury, que con su Farenheit 451, nos regaló la biblia de esta adoración a la literatura. Sus personas libro se han hecho carne en la realidad y un colectivo trata de llevar a cabo mediante el Proyecto Farenheit 451 esas narraciones en público. Más que para evitar la pérdida de esas historias de siempre que no queremos perder bajo el yugo de ningún gobierno distópico ni inconsciente, lo hacen para expresar lo que sienten y acercar las letras a la ciudadanía en un ejercicio de libertad. Hay cientos de ejemplos en la red sobre estas prácticas, celebrémoslo con un fragmento de Cien años de Soledad y otro de Rayuela, con la venia de Gabo y de Cortázar. Frente a la quema de libros, ya sea real o figurada, qué mejor defensa que honrar su memoria con el aprendizaje de esas líneas que en su día emocionaron nuestras retinas.

Y para terminar, no podemos evitar saltar el charco para observar la obra artística de Raúl Lemesoff. Su Arma de Instrucción Masiva es una escultura itinerante que bajo la apariencia de un tanque lleno de estanterías, transporta y regala libros. Su objetivo es acercar la cultura a aquellos sitios a los que no llega, fomentar la lectura y estimular la creatividad mediante los ejemplares que regala. Un revolucionario, un genio, o un loco, este argentino lleva años recorriendo las calles con esa imagen tan impactante como emocionante.

Foto: Xoan Baltar (cc) / Dodgerton Skillhause (cc) / Tuuu Librería