No tienen las adorables formas de los robots de Westworld ni el mal presagio de los replicantes de Blade Runner. Quizás porque pertenecen a la vida real, porque los robots están empezando a ser parte de nuestro día a día. Lo hacen como dependientes en tiendas y por supuesto hablándonos a través de Internet pero, con ese temor de que superen a los humanos, también han saltado a la cultura.
Yumi, a la batuta
En este caso tener dos brazos se hace indispensable, pero parecen servir los mecánicos. Esos son los que tiene Yumi, el nuevo robot director de orquesta que ha debutado en el Teatro Verdi de Pisa dirigiendo a la filarmónica de Lucca con un tenor muy especial, Andrea Bocelli.
Por el momento no da saltos ni baila como otros directores de orquesta, pero sus creadores (la empresa suiza ABB) ha buscado dotarlo de expresividad y que su trabajo sea lo más natural posible. Habrá que adaptarse a al escena:
La inteligencia artificial, a los pinceles
Imitar a los pintores clásicos no es un reto fácil para ningún ser con “inteligencia natural”, pero la artificial ya ha llegado a ello. Las líneas y luces ejecutadas por Rembrandt han podido ser imitadas por un programa tecnológico.
Para ello la educación a esta inteligencia artificial ha sido clave. Porque en este caso el desarrollo del proyecto se ha basado en ir enseñando a una base de datos los matices de la pintura del maestro holandés. Cogiendo el retrato como gran ejemplo de su obra y educando a la máquina con las características demográficas de los retratados.
WASP, a los versos
La inteligencia artificial diseñada para escribir poesía está en España y se llama WASP. Desarrollada por Pablo Gervás esta tecnología va poco a poco aprendiendo sobre métricas y estrofas, como cualquier otro poeta. Y de hecho ya tiene publicado un poema en el libro ¿Puede un computador escribir un poema de amor? (Devenir, 2010).
La poesía a través de los algoritmos está en manos de todo aquel que quiera probarla. Google Poetics es una interesante herramienta para saber hasta dónde llega la creatividad mecánica, en este caso en forma de anáforas.
Foto: Pixabay (CC)