Neopop callejero: redefiniendo el concepto de Street Art

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Obra de Banksy. ¿Street art o neo pop callejero?
Desde la premisa de que el street art nace ligado a la ilegalidad y al anonimato, reflexionamos sobre cómo ha cambiado esta práctica artística y sobre si deberíamos o no rebautizarla.

Durante los últimos años el conocido como street art o arte callejero se ha popularizado a una gran velocidad gracias a Internet y a determinados nombres como el de Banksy, protagonista estos días por Dismaland y cuya identidad aún continúa siendo desconocida. Prueba de ello son el gran número de itinerarios urbanos centrados en el grafiti que podemos encontrar en Internet, el hecho de que en las jornadas de conservación del MNCARS de 2014 el arte urbano tuviera un gran peso, el número cada vez mayor de exposiciones en centros de arte y museos que se producen y la aparición de proyectos como el MAUS en la ciudad de Málaga.

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Okuda y Remed. MAUS Málaga.

Pese a que esta popularización puede considerarse positiva por la visibilidad que ha prestado a muchos artistas, hay que tener en cuenta que el concepto primigenio de street art está ligado, por un lado, a la ilegalidad y, por otro, al anonimato. Esta práctica artística surgió en los márgenes de lo institucional y, sobre todo, del mercado del arte. En ella se emplea el arte como un objeto de crítica social a la par que se interviene y modifica el espacio urbano y los elementos que lo componen. No obstante, actualmente esta visión resulta ser más romántica que realista.

Para explicar lo que, a mi parecer supone un cambio de paradigma dentro del street art actual, no puedo sino remitirme a mi propia experiencia personal. Hace unos meses intenté visitar Your eyes here y Wasted Youth, las exposiciones de los famosos ‘artistas callejeros’ D*Face y Shepard Fairey que aún ocupan los espacios del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga). Cuál fue mi sorpresa cuando vi un espectáculo similar al que tuvo lugar con la exposición de Marina Abramovic de 2014 Holding Emptiness en el mismo centro: una cola interminable para poder acceder.

Tras pasear tanto por las salas del CAC Málaga como por el Soho sólo se me venía a la cabeza una palabra: Pop. Aquello que la población general y, lo que es más preocupante, parte del sector cultural, denomina arte callejero, actualmente ha perdido sus señas de identidad. Tanto esa práctica artística como aquellos que la trabajan han pasado a ser domesticados y entrar de lleno en el ámbito que antes intentó evitar, el institucional.

En el caso de Shepard Fairey baste recordar la brillante crítica que Rogelio López Cuenca hizo del mural Paz y Libertad en Contraindicaciones. Un mural totalmente descontextualizado de la historia del lugar cuyo objetivo era únicamente embellecer un muro y hacer algo que gustara a todos.

Por su parte, Wasted Youth, la exposición de D*Face, no es más que una referencia continua a una serie de grandes mitos del pop. Grandes viñetas de cómic traspasadas al lienzo como hizo Roy Lichtenstein, reproducciones similares de un mismo tema como las series dedicadas a Liz Taylor o a Marilyn de Andy Warhol, una escultura que guarda gran afinidad con las pertenecientes a la serie Banality de Jeff Koons… No obstante al leer el texto de sala se nos descubre que sí que existe mensaje pero en este caso me pregunto qué fue primero ¿la obra o el discurso (si es que éste existe realmente)?

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Muros de OBEY y D*face en Málaga.

¿Ha muerto el street art tal y como lo conocíamos? Realmente no. Más que morir actualmente podríamos encontrar dos vías. Por un lado el street art convencional (anónimo y crítico) aún persiste. Prueba de ello es el grafitero malagueño conocido como ‘El pintor dorado’ que se dedicaba a pintar de dorado elementos de la vía pública. Sin embargo, a decir verdad, en la actualidad, vista la gran presencia mediática que alcanzó en los medios locales desconozco si ya ha sido domesticado. Por otro contamos con la tendencia ejemplificada por Obey y D*Face y que yo denominaría ‘Neopop Callejero’. Artistas y obras que se localizan tanto en la vía pública como dentro de museos y centros de arte pero que siempre son financiados por una institución. Asimismo emplean iconos de la cultura popular para producir obras que si bien en principio puedan presentar un cierto carácter crítico, este no es más que un intento de darle un aspecto reivindicativo y contrasistema con el objetivo de ser una pieza más jugosa dentro del mercado del arte.

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‘Inside Out’, JR.

Para concluir me gustaría citar un fragmento de una entrevista al artista francés JR que me resulta bastante lúcida y coherente dentro de toda esta cuestión puesto que es etiquetado por muchos como ‘artista callejero’ pero parece ser que él no opina lo mismo. El artista concedió la entrevista al Diario Sur con motivo de la inauguración de su proyecto Uprising, an inside out Project que, al igual que los anteriores, puede visitarse actualmente en el CAC Málaga.

Diario Sur: ¿Pero el arte urbano no pierde su esencia si entra en el mercado?

JR: Un artista que se expresa en la calle, como Keith Haring, puede luego elegir hacer algo personal para vender a alguien. Son dos cosas diferentes. Porque tu arte en la calle no es para vender. Pero mi trabajo no es arte urbano. Son obras de arte que hago en la calle. Si las hago en un museo no las llamas arte de museo, ¿verdad?

Fotos (cc): carnagenyc / Säm Carrasco Cabrera / the apocalypse according to (Sommerzeit!) / Rog01