Uñas decoradas, permanentes o con nail art; colores variados, brillos, cristales, figuritas de animales o frutas, obras de arte en formato mini, redondas o cuadradas… La manicura actual es un abanico de posibilidades para lucir por mero placer o para transmitir algo personal. La estética es un símbolo identificativo desde el punto de vista personal, mientras que desde el global, como ya diría Kant en sus primeras reflexiones sobre la estética (aunque bajemos la acepción de esta palabra a lo común) en Lo bello y lo sublime: “Lo sublime ha de ser siempre grande; lo bello puede ser también pequeño. Lo sublime ha de ser sencillo; lo bello puede estar engalanado”. Y tal como la actualidad se presenta la estética de la manicura puede parecer reciente, ¿lo es?
Hoy son nombres como Katy Perry, Beyoncé, o Rosalía los que popularizan las innovaciones en nail art, en el 30 a.c. era Cleopatra. Ella apostaba por el color rojo para su laca se uñas, el color indicado para la élite del momento, y es que en el Antiguo Egipto utilizar henna para la manicura era la moda de la realeza. Pero ella no fue la primera, hay constancia de lacas naturales de uñas desde el 3.000 a.c. en China, siendo años más tarde la dinastía Ming la que terminase por popularizarlas al aplicar nuevos productos, como la cera de abejas, a este uso. Desconocemos si esa tradición milenaria tiene relación con que actualmente dicha nacionalidad haya popularizado los salones de nail art.
Pasamos por las civilizaciones griega y romana, donde se seguía utilizando, y por una Edad Media que, cómo era de esperar, no deja constancia de su uso, para llegar a un concepto más cercano. Poco se ha tratado el tema de la manicura hasta el s. XIX donde cuidarse las uñas comenzó a ser algo más que cortarlas. La lima como producto ya se había establecido y el uso de aceites y polvos comenzaba a popularizarse.
No ha sido hasta el s. XX cuando se ha lanzado el esmalte tal como lo conocemos, evolucionando de durar un solo día a hacerlo semanas. Y con él todo un universo de “extensiones”, en los años ’50 se usaban uñas naturales para alagar las propias, antes de que llegasen las porcelanas y los geles. Y de posibilidades, desde las uñas cortas que promovía Coco Chanel a las extremadamente largas que vemos hoy a cualquier cantante urbana.
Las referencias históricas en el mundo de la moda son una constante, especialmente en la alta costura, sin embargo en el universo del maquillaje y la manicura parece que el presente impone el ritmo. Así, al ver cualquier editorial de moda, podemos observar que las uñas ya son una parte igual de destacada en cualquier look.