Montar un nuevo espacio cultural en Lavapiés con toda la oferta existente en el barrio (unas 17 salas de teatro aproximadamente) puede a priori resultar una locura, pero viendo la pasión y las ganas que le ha puesto Paola Martino con MicroArt Buenavista la locura habría sido no intentarlo. Paola se inició como actriz a los 16 años en su Caracas natal y enamorada de este arte se trasladó a España en el 2013. Primero Barcelona y, finalmente, Madrid. Aquí, en pleno centro, pudo al fin dar forma a un sueño que llevaba persiguiendo desde tiempo atrás.
El pasado noviembre inauguró junto a Cristina Martín Ramos, su socia y compañera de correrías, MicroArt Buenavista, su propio local dedicado al arte. “Lo restauramos Cris y yo con los pocos recursos que teníamos, con nuestras manos, y por eso le tengo aún más cariño”, comenta orgullosa al tiempo que hace hincapié en la filosofía del proyecto, “utilizar el arte como un medio educacional, como una herramienta de transformación…enseñar a la gente a apreciar la cultura y que esta tiene un valor”.
Humor con nombre de mujer
Queriendo también servir como plataforma para que artistas de todo tipo compartan y muestren sus trabajos, MicroArt Buenavista ofrece una programación variada que abarca conciertos, slam de poesía, microteatro… Entre todo el abanico de posibilidades hay reservado un hueco los jueves para el stand up femenino, Feminy Comedy. La actriz y cómica chilena Paulina Díaz, compañera de Paola y colaboradora en el nuevo espacio, es la organizadora de estos encuentros humorísticos que considera totalmente necesarios. Por la experiencia vivida estos últimos años en nuestro país y sin poder dejar de comparar la situación con Chile nos comenta:
En España hay cómicas, pero no hay mucho escenario para ellas… La del humor es una esfera limitada, en la que se puede ver en su mayoría a hombres, de hecho los cómicos más influyentes han sido casi siempre figuras masculinas.
El Feminy Comedy es su pequeño granito de arena para intentar cambiar las cosas.
Pero, ¿por qué segregar si se busca igualdad? Paulina confiesa que esta es una pregunta que le hacen constantemente. “Con este proyecto no queremos desplazar a los hombres, al contrario, queremos visibilizar una minoría que existe pero que no sé por qué no tienen escenario… Queremos visibilizar a las cómicas que existen en Madrid”. Y, por supuesto, los hombres están invitadísimos, “la idea es que venga quien quiera”. Paola añade, “no queremos excluir a los hombres, queremos informarles de como nos sentimos la mujeres”, tratando de romper estereotipos “no solamente desde el ángulo social sino también desde un ángulo más introspectivo”.
En cuestión de monólogos apuestan por la diversidad. “Lo interesante es que cada mujer que aquí se planta el escenario tiene una vida y una experiencia diferente”, y la multiculturalidad, “el humor que se hace aquí rescata realidades de distintos lugares”, expone Paulina. Un ejemplo de esto último ya se pudo ver en la inauguración de las sesiones de Feminy Comedy hace una semana. La chilena y la venezolana se unieron a Asaari Bibang, cómica invitada de Guinea ecuatorial, para despertar las risas del público. Por otro lado, Paulina invita a todas las cómicas emergentes que quieran ir a probar su rutina en MicroArt Buenavista y, también, a todas aquellas que se quieran iniciar en la comedia, “En algún momento nos gustaría abrir algún taller de stand up para principiantes”.
Un futuro comprometido con el arte
Tanto Paola como Paulina viven el teatro de forma diferente pero complementaria. Paulina defiende un teatro de crítica social, de humor “grotesco”, con influencias de Antonin Artaud y también del cine de Almodóvar, Álex de la Iglesia o Pasolini. Paola (centrada también en la dramaturgia y la dirección), por su parte, persigue un discurso “más liviano y menos duro” en sus creaciones. Bebe «del maestro Chéjov” y es una defensora acérrima del trabajo corporal del actor.
Para mí la interpretación no viene de la memoria emotiva, viene desde el cuerpo, viene desde la acción, viene de poder crear como actor o actriz una gestualidad que haga convincente tu emoción, ese es el verdadero trabajo, el más real.
Esta mezcla de estilos y caracteres parece estar funcionado muy bien y, por ahora, trabajan, junto con Cristina Martín Ramos, hacia un objetivo común, «que en un futuro MicroArt Buenavista se convierta en un espacio de laboratorio y de creación y de investigación teatral” en el que convivan “la libertad y la tolerancia”.