Otras generaciones tienen otros temas, nos dice Mario Aráez, pero la nuestra tiene este: la ansiedad.
No es el primer poemario sobre la salud mental, ni tampoco el único que no pretende actuar como manual de autoayuda, pero el autor que nos ocupa se ha interesado por algo tan complejo como esas micro paradas (metafóricas) cardíacas que nos dan en nuestro día a día, precisamente, por el día a día. La sociedad nos empuja, de alguna manera, a la ansiedad.
Muerte súbita interrumpida es su primer poemario.
Nokton Magazine: Cuéntame qué vamos a encontrar en Muerte súbita interrumpida.
Mario Aráez: Pues un poco de todo realmente, pero reconozco que el malestar inunda todo. Aún así, me permito la licencia de hacer excepciones y que no todo sea horrible. Algún poema de amor hay, para edulcorar un poco todo. No todo va a ser llorar o, por lo menos, no todo va a ser llorar por amor (o eso espero).
NM: ¿Está basado en tu propia experiencia? ¿Has sufrido este tipo de muertes?
MA: Sí, nunca tendré la capacidad de escribir algo que no pueda imaginar que sea posible. No podría escribir sobre naves espaciales, ni trasbordadores, ni extraterrestres… En cambio, sí que podría escribir sobre que he tenido un hijo muy guapo, aunque tuviese 80 años y no hubiese llegado a ser padre. Escribo sobre lo que puede ser real, no sobre lo que es real en mi vida. Aún así, siempre digo que la ansiedad actualmente inunda la vida de la gente. He tenido ansiedad constante y ataques de ansiedad. Si me dan a elegir prefiero lo segundo porque (perdonad la frivolidad) después se duerme bastante bien, al menos. La ansiedad es una angustia constante que da mucha rabia. Dudas de todo: de lo que vales, de lo que comes, imaginas tener enfermedades que tiene una persona cada 10.000. Horrible, pero se supera o se aprende a manejar con ayuda (que para mí también sería superarlo aprender a manejarla)
NM: Lo focalizas en la ansiedad, que para ti tiene mucho de esa sensación en la que parece que te va a pasar algo malo, pero de repente se para. ¿Hay, sin embargo, otros momentos en donde podamos vivir esto?
MA: Que complicado… Alejándome de la metáfora, puede que cuando mueres (biológicamente) pasa eso y todo continua de otra forma. Creo que de eso iba la religión, no he inventado nada nuevo. Sin embargo, no se me ocurre realmente otros momentos que no esté ligada esa sensación a lo que pienso que es la ansiedad.
NM: Tu poemario entronca con las teorías de psiquiatras como Franco Basaglia o Guillermo Rendueles. Para quienes no las conozcan, ¿nos hablas sobre ellos?
MA: Bueno, ¡qué difícil y no soy un experto! Pero algo podré decir claro… Franco Basaglia es el padre de la antipsiquiatría, decir que es un psiquiatra es insultarle y decir la verdad a la vez. Para entender su pensamiento podemos hacer referencia a la Ley Basaglia en Italia, que fue una ley sobre salud mental que significó un cambió pionero en la psiquiatría italiana y en como se concebía la enfermedad mental. Poco a poco gracias a esa Ley se fueron cerrando los hospitales psiquiátricos en Italia y menos mal porque ¿qué delito ha cometido el loco para estar encerrado en un centro peor que una cárcel?
Respecto a Guillermo Rendueles, su pensamiento también va en esa línea. Me gusta una cosa que dice que es algo así como que no necesitas un psicólogo, sino un comité de empresa. Al fin y al cabo, estas personas y toda la gente que sigue su pensamiento piensan (a grandes rasgos) que toda la culpa de los problemas mentales no se puede achacar al individuo. Lo que hay que reforzar es la explicación colectiva y el carácter social que tiene la crisis de salud mental que estamos viviendo. No tienes la culpa tú de estar hundido y no vas a salir “poniéndole más cojones”. Saldrás con el cariño de tus seres queridos y, sobre todo, con una estabilidad económica y vital.
NM: ¿Por qué esta línea de pensamiento y no otra?
MA: Porque todo lo demás para mí no es válido a nivel analítico. El ser humano es un ser social y, por lo tanto, sus problemas son sociales. Lo demás es comerse sectas y estafas piramidales, es decir, pensamiento Llados. Si tienes diez euros en la cuenta bancaria no te gastes 1.000 en una masterclass de hacer “burpees”, eso sí que es de “losser”.
NM: ¿Alguna otra referencia de la que beba tu poemario?
MA: Claro. Leopoldo María Panero, que para mí está muy infravalorado y que además el tema tiene bastante que ver con su experiencia vital, Pizarnik, que ya sabemos también sus cosas, y, John Fante, que es maestro de maestros.
NM: También adviertes que no es una obra de autoayuda. Entonces, ¿cómo nos aconsejas que nos adentremos en Muerte súbita interrumpida?
MA: Como lo harías con cualquier obra que no pretenda vender humo. Sabiendo que te puede doler y gustar en partes iguales. Lo demás no es literatura, sino autocomplacencia. Si no te remueve ¿para qué lo lees? Y más hablando de la poesía.