La proporción desigual entre hombres y mujeres en parlamentos, gobiernos y consejos de administración provoca acidez de estómago en la opinión pública. Una acidez que, sin embargo, no impide pasar el verano de festival de música en festival de música, bailando mini en mano, sin reparar en que muchas veces allí tampoco habrá ni una sola mujer sobre el escenario y, cuando lo haga, estará en clara minoría.
Basta con echar un vistazo a los carteles de las citas musicales de los próximos meses para comprobar que en ellos la presencia femenina es todavía menor que en los escaños. De los 350 diputados elegidos el 20D, 138 son mujeres, un 39,4%. En cambio, cuando, el pasado mes de febrero, recibieron un email con las confirmaciones de la XIX edición del festival Territorios Sevilla, las activistas sevillanas Pilateras del Pumarejo descubrieron que solo 9 de los 87 artistas de las bandas invitadas al evento eran mujeres, y que ese 10,3% descendía a cero en la sección de hip-hop. Fue así como nació Territorio de Nabos (TNS), una iniciativa con presencia en Facebook y en Twitter que busca hacer ruido sobre un desequilibrio no exclusivo del Territorios. Que, por cierto, finalmente no se pudo celebrar este año.
El primer paso que han dado estas sevillanas es tan sencillo como realizar un recuento del porcentaje de hombres y de mujeres que integran las bandas invitadas a los festivales de este verano. Que sea sencillo no significa que no sea esforzado: como explican a Nokton Magazine por Skype Lourdes y Andrea, dos integrantes de Pilateras, cada año en España salen nuevos festivales hasta de debajo de las piedras, y de momento ellas solo han podido investigar quince. Pero lo que se han encontrado ya ayuda a formarse una idea preliminar de la representación femenina en los escenarios de este verano, y no demasiado buena.
“Hemos obtenido resultados pésimos. Sabíamos que iban a ser pésimos, pero, cuando estudias los carteles de los festivales uno por uno, te llevas las manos a la cabeza”, reconocen. De los eventos recogidos en su primer estudio, el Gijón Sound Festival es el que mejor parado sale, y eso que el porcentaje de artistas femeninas presentes en las bandas invitadas ni siquiera alcanza el 20%, se queda en algo más de un 19%. El resto están por debajo, con ejemplos tan gráficos como el del Low Festival, en el que entre 142 artistas apenas hay 6 féminas (un 4,3%) y el Sonorama Ribera, en el cual, de los 221 músicos que tomarán las calles de Aranda de Duero en agosto, solo 14 (un 6,8%) tiene nombre de mujer.
“Llegamos a pensar que si no están es porque no son bastante buenas”
No es, claro está, algo nuevo. “Lo nuevo es el diagnóstico, la conciencia de una realidad que es machacona, que está en todos lados”, nos dicen. Y su objetivo de partida es que la gente hable de algo sobre lo que muchos y muchas, a nivel individual, ya empiezan “a reflexionar y a cambiar el chip”, empezando a consumir, por ejemplo, literatura y películas hechas por mujeres. “La lucha activa tiene que nacer en cada uno de nosotros, porque la industria no va a cambiar si yo, como consumidora, no le reclamo algo diferente. Hay que conseguir que las mujeres suban por el propio beneficio del sistema”, defiende Lourdes.
La acogida obtenida en esta primera fase de su campaña está siendo bastante buena, pero hay un argumento que siempre acecha a cualquier búsqueda de la paridad de género: si no hay mujeres, será porque no son lo bastante buenas. “Claro que lo hemos escuchado, incluso lo hemos llegado a pensar. Y, como consumidoras de festivales, no estamos en contra de ningún cartel, vamos porque nos gustan los grupos. Pero nos tenemos que preguntar por qué en los festivales no tenemos acceso a la música en directo de mujeres, ¿por qué no son visibles si sabemos que las hay? Es un trabajo de fondo que abarca muchísimos factores: políticos, sociales, educativos. Pensamos que no se puede hacer un festival 100% masculino con dinero público (el Territorios cuenta con apoyo institucional)”, desarrollan Lourdes y Andrea.
La cuestión de la brecha de género en la industria musical podría llenar enciclopedias, y vaya por delante nuestro mea culpa: si repasamos la sección musical de Nokton Magazine, una revista fundada íntegramente por mujeres, los varones entrevistados, citados y reseñados siguen siendo mayoría. Lourdes y Andrea tienen claro que existe un problema de base con la presencia femenina en la música, y que ellas han empezado “por la punta del iceberg”. Mientras Lourdes señala que a las chicas les falta desde pequeñas el apoyo que sí tienen los chicos que deciden tocar un instrumento, Andrea recuerda que también hay muchas músicas, dj y técnicas de sonido llenas de ganas que, sin embargo, se dan “palos contra un muro porque la industria es mayoritariamente masculina”.
En lo que ambas coinciden es en que los carteles de los festivales tampoco serían paritarios ni aun cuando todas las músicas españolas tocasen en ellos. Pero, aunque sean menos que sus compañeros varones, las que hay, señalan, “no están”. Y ponen un ejemplo cercano, el de las raperas sevillanas v de bragas. Ellas se quedaron fuera de la selección del Territorios de lo mejor del hip hop nacional, en la que, según denunció en su momento TNS, no había mujeres ni pronóstico de que las fuera a haber en el futuro.
Las dos destacan la necesidad de concienciar a los actores involucrados, hablando tanto con los organizadores y promotores de festivales como con los responsables públicos. Ya han empezado por los primeros, y reconocen que se encuentran tres tipos de respuesta: la ausencia de ella, la muestra de interés y el rechazo frontal. “Algunos de los que nos responden proactivamente nos reconocen que ni siquiera se habían dado cuenta de esta desigualdad”, citan. TNS elaborará próximamente una base de datos de artistas femeninas, que pondrá a disposición del sector; para que no haya excusas, para que ningún festival alegue que no lleva a artistas femeninas porque no las encuentra. Cualquier colaboración, nos dicen, es bienvenida.
Fotos: Heineken Jazzaldia (cc) / Alain Asenjo (cc) / Jabalina Música