«Él dijo una vez que no es la fama ni el dinero, pero cada halago significa el mundo entero», dicen en ‘Hay fuego’. Después de hablar con David Ruiz (28), líder de La Maravillosa Orquesta del Alcohol, tenemos claro que estos seis burgaleses se han instalado en el panorama musical por un sólo motivo: pasión por la música.
Tras 95 bolos a sus espaldas con su primer disco (¿Quién nos va a salvar?, 2013) y hacerse un nombre en el mercado, regresan con su nuevo álbum, La primavera del invierno. El cantante y encargado del banjo y la guitarra cuenta a Nokton Magazine que jamás esperaron llegar hasta aquí. «Éramos unos chavales que nos juntábamos para tocar y beber, de ahí surgió el nombre. Si hubiéramos imaginado que nos íbamos a convertir en un grupo, probablemente, nos lo hubiéramos pensado dos veces». Luego se dieron cuenta de que el acrónimo era La M.O.D.A., y en la era del whatsapp y de las redes sociales, les ha venido a favor.
La cara más visible del grupo es la mejor portada del disco. Humilde, sincero y con los pies en la tierra, mezclado con una positividad y una energía demasiado contagiosas, precisamente lo que la banda quiere transmitir en cada una de sus nuevas diez canciones. «Es un paso hacia la consolidación del grupo, hacia una identidad y un sonido propio. Sabíamos que el anterior había gustado, pero no podíamos quedarnos ahí, queríamos arriesgar y seguir madurando. Nos ha quedado un disco sincero, sin expectativas y sin pensar a quién le iba a gustar».
Aseguran qu
e su espíritu está más cerca del punk y del roncanrol aunque en sus canciones se vislumbren partituras de folk, country y blues. Este sexteto que ya nos había conquistado con su música acústica con acordeón, banjo, mandolina y saxofón incorpora ahora un violonchelo y un pedal steel a sus ritmos. «Este disco va a ganar con las escuchas. Tiene detalles instrumentales que se van percibiendo cuantas más veces lo oyes».
Si en el lanzamiento de su primer LP ya sorprendieron a los, por aquel entonces, muchos menos seguidores con los que contaban, al abandonar el inglés y hacer un disco en nuestra lengua materna, ahora dan un paso más allá y gracias a la colaboración de Gorka Urbizu (cantante de Berri Txarrak) le ponen acento vasco a ‘PRMVR’ con algunas frases en euskera.
David acabó la carrera y se fue a Dublín a empaparse de la música callejera que resuena en Irlanda. «Aquí igual hay más competencia que convivencia, y allí es al revés. Aunque la verdad es que aquí nunca hemos tenido una mala experiencia». Aprendió, creció y llegó con la ilusión necesaria para estar hoy donde están. «De alguna manera somos hijos de esta crisis. Estar en paro y sin un duro nos ha permitido tener mucho tiempo libre y mucha energía para poder enfocarla en esto. Si, al acabar los estudios, hubiera tenido un trabajo en la puerta de mi casa, igual esto no habría pasado nunca«.
Sin discográfica detrás ni más apoyo que sus propios bolsillos, deciden autoeditarse el segundo álbum. «Considerábamos que era responsable y coherente llevar esa gestión. No nos parecía bien hacer un crowdfunding después de una gira de conciertos en los que has cobrado una entrada. Ese dinero hay que invertirlo. La primavera del invierno es nuestro al 100%, hemos sido dueños de todas las decisiones, desde quién hace la portada hasta ir a la fábrica a buscar los discos». Y aún así, como dicen en ‘Hay fuego’, «Seguiré tocando si me muero, no me importa si vivo de esto o de ser camarero». El grupo les pide mucho tiempo, pero algunos, los que pueden, tienen que hacer equilibrismos en trabajos «normales» para llegar a fin de mes. «Por desgracia está muy bien lo del crear, pero al final hay que comer y la gasolina cuesta dinero. El fin del grupo nunca ha sido el dinero, así que no nos preocupa. Sólo hay dos cosas que nos quitan el sueño: escribir mejores canciones y dar mejores conciertos. Ese es el reto«.
En tiempos en los que la cultura está tan maltratada por parte del Gobierno, no podemos dejar de preguntarle por el IVA y todas las trabas que nos encontramos para acceder a las manifestaciones artísticas. «No se quiere fomentar la cultura ni la industria cultural, eso está claro. Estamos pagando ahora los platos rotos de los cachés de ayuntamientos, de los grandes divos y de la tontería. Por suerte, no hay mal que por bien no venga, y este tsunami que ha venido en los últimos años yo creo que se va a llevar muchas cosas que estaban ahí por cualquier cosa menos la música. Y que la gente a la que que realmente le gusta la música y está en esto por tocar y por salir con su banda a hacer bolos y por hacer discos va a seguir, independientemente de que cada vez sea más complicado».
La primavera del invierno es un ejercicio de crítica, autocrítica, y sobre todo de dualidades. «El mensaje es que hasta cuando más jodida está la cosa hay una luz a la que agarrarse. No es una falsa esperanza. Viendo cómo están las cosas, ahora más que nunca tiene más valor reivindicar ese positivismo no ciego ni estúpido, pero no vamos a renunciar a nuestros sueños por nadie y no vamos a tirar la toalla«.
David nos asegura que no se les ha subido a la cabeza, por mucho que su disco se estrene en Radio3 o salgan con su videoclip en la web de la SER. «Al contrario, nos dicen que tenemos que empezar a creérnoslo más. Pero no hemos hecho nada extraordinario. Lo que queremos es llegar a la gente, a cuanta más gente mejor, pero no a cualquier precio«.
httpv://www.youtube.com/watch?v=JT9EPauojrE
La primavera del invierno, el segundo disco de La Maravillosa Orquesta del Alcohol, sale a la venta este 9 de marzo por 10€. En abril les podéis ver en directo en Burgos (Teatro Principal, 9 y 11 de abril, desde 2,90€), en Madrid (Joy Eslava, 10 de abril, por 10€) o en Salamanca (Sala Potemkin, 16 de abril, por 10€). Las entradas pueden adquirirse aquí. También podéis seguirles en Facebook y Twitter.
Fotos: Virginia Rota y Silvia Gra
