Cuando una buena suma de dinero está en juego y la existencia solo es un túnel oscuro al otro lado de la calle desaparecen las reglas, la moral y el miedo. Se asiste en bandeja a la hecatombe de una jauría humana perseguidos por la desgracia y la sed de riqueza. El director coreano Kim Yong-Hoon debuta con Nido de víboras (Beasts Clawing at Straws), ópera prima sin resuello ni complejos en la que la comedia negra y el thriller criminal implosionan en el germen de su novela homónima y un pletórico reparto.
Nokton Magazine: ¿Cómo llega a tus manos la novela de la escritora japonesa Keisuke Sone y qué te impulsa a llevarla a la gran pantalla?
Kim Yong-Hoon: El título captó mi atención en la librería. Terminé el libro en un día y vi claro que quería convertirlo en una película. Elegí esta novela por dos motivos: Me interesaba el drama de la gente corriente que se ve obligada a arrinconarse convirtiéndose en bestias y el acercamiento a la estructura no lineal de la trama múltiple.
NM: ¿Cómo describirías la producción del proyecto?
KYH: Creo que el casting fue la parte más importante del proceso de desarrollo. Sin duda, la parte más crítica fue dar con el conjunto de actores, que eran la pieza esencial. Me concentré en su elección. Afortunadamente Jeon Do-Yeon (Secret Sunshine) fue confirmada y todo salió bien.
NM: Los personajes cruzan sus historias en busca de una bolsa llena de dinero. La desgracia y la avaricia se mezclan por igual. ¿Son todos víctimas a su manera?
KYH: Más que víctimas, los personajes son personas que cayeron al suelo, al agujero más profundo de la vida, como resultado de sus errores. Representé el proceso en el que se convertían en bestias para volver a vivir mientras eran codiciosos. Tal como dice el título, como si estuvieran arañando pajitas.
NM: En Nido de víboras el karma es un elemento esencial, que destensa un ambiente donde la sangre y la violencia se masca casi a cada plano. ¿El objetivo es la moraleja o forma parte del juego de géneros de la historia?
KYH: Supongo que esta pregunta hace referencia al desenlace. Pensé que el dinero (la codicia) da vueltas y vueltas. Y quería terminar la historia con la pregunta «¿qué elección harías si pudieras tener esa cantidad de dinero?». Desde otra perspectiva, puede referirse al karma e incluso generar ironía y humor.
NM: La película no solo es hipnótica por su producción y desarrollo argumental. Todo su reparto es una joya. ¿Podías imaginar, tratándose de tu primera película, que contarías con actores de la talla de Youn Yuh-jung (ganadora del Premio Óscar por Minari)?
KYH: Fue increíble. De hecho, cuando Jeon Do-Yeon fue elegida, ella misma llamó a Youn Yuh-Jung y sugirió filmar la película juntos. Ambos habían compartido la película The Housemaid. Youn eligió mi película pensando en volver a trabajar con Jeon una vez más.
NM: La película parece reflejar influencias de “Pulp Fiction”, de Tarantino, y del humor de los Coen, mientras refresca al noir asiático. ¿Tu estilo bebe de ellos?
KYH: Los respeto sinceramente y amo sus películas. Sobre todo, la parte que más me gusta de sus trabajos es la adecuada mezcla de suspense y humor.
NM: El cine coreano más reciente se focaliza especialmente en las desigualdades económicas y sociales. ¿Es una forma de crónica social, un eco de denuncia?
KYH: Hay bastantes temas tratados por las películas coreanas, pero como creador, creo que se debe abordar la polarización, un problema global. Y creo que elegimos una forma de entregarlo de una manera interesante en términos de género.
NM: Hacer cine no es una tarea sencilla y cruzar la barrera de la primera película aún es mayor desafío. ¿Qué facilidades y dificultades encuentra un nuevo director en la industria coreana?
KYH: Como en cualquier país, convertirse en director nunca es fácil. No estoy seguro de qué ventajas tienen los nuevos directores. El desafío es que tenemos que trabajar tratando de ganarnos la confianza de todos, ya que aún no estamos verificados. Pienso que la capacidad de expresar nuestros pensamientos y persuadir bien a los demás es importante para el nuevo director de la industria cinematográfica coreana.
NM: ¿Has observado un cambio especial en Corea gracias al éxito de películas como Parasite y Minari o la serie El juego del calamar (Netflix)?
KYH: Si no fuera por el Covid-19 podría haber sentido más el cambio, pero debido a la situación de Covid-19 no creo que el impacto haya sido tan grande. Pero aún así, he advertido que el interés por los contenidos coreanos ha aumentado más que cualquier otra cosa. Creo que se están abriendo oportunidades para la globalización y también tengo grandes expectativas al respecto.
NM: ¿Seguirás indagando en el thriller y el humor negro en tu nuevo proyecto?
KYH: Estoy trabajando en una serie para Netflix. Se trata de Mask Girl. Su estreno está previsto para el verano de 2023 y también está llena de humor negro y suspenso.