Eric Lavaine: «Aceptar quienes somos es el secreto de la felicidad»

Los protagonistas de 'Barbacoa de amigos' regresan a la pantalla con '¡Felices 50!'
Los protagonistas de 'Barbacoa de amigos' regresan a la pantalla con '¡Felices 50!'

El coguionista y director de Sin filtro y Vuelta a casa de mi madre/hija vuelve a reunir a los encantadores y excéntricos personajes de Barbacoa de amigos en torno a la mesa casi una década después de sus divertidos y accidentados encuentros. Si en la primera entrega, el infarto de Antoine (Lambert Wilson) provocaba que a sus 50 años se replanteara cómo y con quién disfrutar el breve lapso de la vida, en el presente es el 50 cumpleaños de Yves (Guillaume de Tonquédec) el detonante para una estancia de apariencia tranquila, surtida de alcohol y sorpresas. ¡Felices 50! confirma que no puede haber junta sin buena comida y un delicioso vino. «Ni placer en la vida», añade su creador.

Nokton Magazine: ¿Cuándo descubriste que el grupo de Barbacoa de amigos necesitaba reencontrarse?  

Eric Lavaine: Me di cuenta de que cuando la gente se va de vacaciones, la única pregunta que se hace es si ha hecho buen tiempo. Y el buen tiempo es importante cuando estás fuera, te da bienestar. ¿Qué sucede si este grupo de amigos, como en el confinamiento, se encuentra encerrado? Cuando estás encerrado, después de comer y beber un poco pueden nacer tensiones. Y por eso elegí la Bretaña, que tiene el mismo clima que el País Vasco. Cuando no llueve es que va a llover (ríe).

NM: Como su predecesora, ¡Felices 50! dilata el equívoco a raíz de las verdades a medias.

EL: En todo grupo de amigos hay secretos y hay que decidir si lo compartimos o lo guardamos. Estos personajes eran el vector perfecto para hablar de ello.  Ver dónde están ocho años después, permite conocer su evolución y aquello en lo que nunca cambiarán.

NM: Sus roles y motivaciones están muy definidos.

EL: Sí, Antoine (Lambert Wilson) es más ‘dark’; Baptiste (Franck Dubosc), representa el macho heterosexual blanco, que ve su posición de dominado y cuestionado por el éxito de su joven mujer; Jérôme Commandeur (Jean-Mich’), que en la anterior película era un poco el ‘tontito’, ya no está atrapado en un papel, adquiere una nueva dimensión, y Guillaume de Tonquedec (Yves), orgulloso de sus nobles orígenes, recibirá una sorpresa que le hará conocerse un poco más. 

NM: En Barbacoa de amigos ya perseguían su identidad…

EL: Así es, la buscamos todo el tiempo y consideramos siempre que no estamos en un buen sitio. Es propio del hombre, es una lástima, porque aceptar quienes somos es el secreto de la felicidad y yo no lo tengo. Siempre quiero hacer algo distinto a lo que hago.

NM: ¿Al cumplir medio siglo se obtienen más respuestas?

EL: Hoy en día, a los 50, se es todavía muy joven. Hay un refrán que dice: “Si yo hubiera nacido sabiendo y si con la vejez pudiera”. Mi sueño sería tener 20 años sabiendo lo que sé ahora porque a esa edad no era más feliz. Pienso que estás mejor, más equilibrado hacia los 60 años, pero ya sin la misma capacidad ni energía. Es complicado porque, sobre todo, es una edad a la que nos damos cuenta de que los sueños que teníamos a lo mejor no se harán realidad.  Nunca seré el central del Real Madrid. ¡Lo tengo que aceptar! (ríe).

NM: Confieso que para tal decepción ya no habrá remedio, pero ¡Felices 50! aviva el deseo de apostar por las segundas oportunidades.  

EL: Sí, incluso las películas que son comedias, a las que se tiende a infravalorar en el contenido, cuando gustan, ponen en valor que hay algo detrás. El humor es una manera educada y distinta de verbalizar las cosas.

NM: ¿Qué personaje encarna a tu alter ego?

EL: El que más se me parece, y no físicamente por desgracia, es el de Lambert (Wilson). Soy capaz de comentar, si traes unos langostinos que están mal cocinados, ‘bueno, no siempre podemos comer buenos langostinos’, lo que te va a enfadar (ríe). Y de vez en cuando tengo tendencia a dar pena a la gente, sin quererlo, para hacer reír.

NM: El cartel de la película podría indicar “Basado en hechos reales”.

EL: ¿Recuerdas cuando al principio del filme, uno de los amigos se da cuenta de que no está en un grupo de Whatsapp? ¡Culpable! Había un grupo de Whatsapp, en el que no estaba un amigo porque solía ser muy insistente.  Se lo tomó muy mal, es comprensible, pero es que a veces el acoso que hay, también en redes sociales, es inimaginable. En el colegio de la hija de un amigo eligieron a la niña más fea de la escuela, ¿te das cuenta la violencia que tiene eso? Usar erróneamente esos instrumentos crean daño y tristeza.

NM: ¿El puntaje también se mantiene en tu grupo de amigos?

EL: La clasificación del grupo de amigos, nadie lo dice, pero es una realidad. En tu grupo de amigos quizás eres esa chica guapa que baila bien, cocina bien, pero que a veces se enfada. O eres cualquiera de los posibles roles. Y todos tenemos una nota y esa nota varía según los condicionantes. Por ejemplo, en Madrid no tanto, pero si tú dices en un pueblo que has conocido a Javier Bardem, sí sumas muchos puntos (ironiza).

NM: Los personajes femeninos son más secundarios, pero funcionan de resorte y gestionan mejor las situaciones. ¿Es cierto el tópico de que las mujeres maduramos antes que los hombres?

EL: Sí, son las mujeres las que ganan. ¡Y vivís más tiempo además! Fíjate la inteligencia que tiene una de ellas cuando comienza a resaltar a su marido. ‘¡Qué bien has puesto los cubitos de hielo!’ (ríe) viendo cómo él se siente. Las féminas son las más valientes y maduras, claramente superiores. En Francia, se han puesto más hombres en el cartel, pero por una mera cuestión de marketing, al ser rostros muy reconocibles. Me alegra saber que se percibe que los personajes femeninos están bien tratados.

NM: A pesar de la diferencia generacional, yo misma me sentí identificada con dudas y conflictos de los personajes.

EL: Intento hacer un cine que no sea de moda. Hay sentimientos como el amor, la amistad, los celos, la convivencia… que son universales. El hombre de las cuevas posiblemente ya experimentaba estar enamorado de varias compañeras. Y tenía un poquito de este viejo grupo de amigos a los que queremos, nos molestan, y sin lo que no podríamos vivir.  Prefiero tener amigos que me importunen que estar solo. Con los verdaderos amigos se generan conflictos. No sé cómo hacen aquellos que no los tienen. En mi carrera cinematográfica estoy asociado desde hace más de treinta años con una persona a la que no quiero por y para el éxito, sino para compartir las alegrías y los fracasos.  

NM: Siempre nos fijamos en la convivencia de las parejas y de las familias… ¿pero y la de los amigos?

EL: No escogemos la familia, escogemos nuestras amistades. Cuentan que al cabo de veinte o treinta años se convierten en familia. Y tú, que eres joven, verás que si tienes éxito profesional y un/a amigo/a te ve triunfar en tu oficio o en la vida sentimental y, sin embargo él/ella está fracasando, se generarán a veces tiranteces. Yo he perdido amigos porque pensaban que su vida era nula cuando yo jamás dije o hice nada que les transmitiera ese mensaje. Hay un proverbio francés que afirma “la hierba del vecino siempre es más verde”. Confieso que yo me alegro de tener amigos exitosos y ricos, así podré estar en tu casa y en tu barco ¡Acuérdate que yo estaba cuando no tenías nada! (ironiza).