La obra de teatro Juguetes rotos nos adentra en un largo recorrido por la vida de Mario, el protagonista de una historia de represión y miedos enfrascada en la España de hace cuarenta años, en la que aceptar tu condición sexual era mucho más que complicado.
La obra dirigida por Carolina Román e interpretada por Nacho Guerreros y Kike Guaza hace una breve parada en el Teatro del Barrio de Madrid dentro de la agenda cultural preparada para celebrar el MADO 2018 (Madrid Orgullo 2018).
Juguetes rotos es toda una demostración de cómo el miedo era el protagonista de la España de los años sesenta y setenta, donde no solo no era sencillo salir a la calle a gritar tu condición sexual sino que tampoco lo era aceptarlo y reconocerlo dentro de las paredes de tu propia casa.
Mario (Nacho Guerreros) nos transporta por infinitas situaciones a lo largo de su vida que no te dejan indiferente cuando de repente te das cuenta de que se trata de una realidad que se ha vivido en nuestro país hasta prácticamente antes de ayer. Momentos tensos, de crítica y de humillación que te llevan a pensar en lo importante que es haber avanzado hasta poder celebrar la diversidad sexual en plena calle y con orgullo.
Esconder la sexualidad parecía la mejor forma de no ser agredido, apartado o incluso encarcelado por “tener una mala conducta homosexual, ser un invertido o hacer ostentación pública de tus gustos”
Esta obra de teatro solo necesita de la presencia de dos actores y de la concisa escenografía de Alessio Meloni para lograr transportarte a una España de antaño en la que era más fácil esconderte y hacer alago de tu discreción que enfrentarse a un sinfín de reacciones cuando reconoces tu homosexualidad: la aceptación silenciosa y dolida de una madre, la negación, la burla y hasta el odio.
Juguetes rotos consigue transmitirnos su historia con ingeniosos toques de humor que nos hacen olvidarnos de la dureza real de lo que nos están contando. Vivir la obra de Román se convierte en toda una masterclass de la historia de la homosexualidad en España y de cómo muchos Marios han pasado por situaciones extremas hasta llegar a la sociedad actual en la que celebramos la libertad de elección y de poder mostrarnos como somos.
Pensar en ser mujer y que la culpa no te deje porque todos lo demás creen que estás haciendo algo malo.
La siguiente parda de la obra de Carolina Román, tras su paso por el Teatro del Barrio en plena semana del Orgullo 2018, es el próximo 6 de octubre en Calahorra, cita con la que la historia sigue su ciclo de visitas a teatros de todo el país.