El antiguo miembro de One Direction ha convertido su carrera en una de las más completas y prometedoras del panorama actual.
El chico de 16 años dice su nombre cuando le preguntan: “Harry Styles”. Va a versionar Isn’t she lovely, de Stevie Wonder. Su familia lleva camisetas en las que se lee “Creemos que Harry tiene el Factor X”. Él quiere saber si su madre está siendo amable o si de verdad puede cantar. El público aplaude, él hace una reverencia al terminar y el jurado vota que pasa a la siguiente ronda con dos síes y un no. “Creo puedes ser muy bueno con un poco de entrenamiento vocal”, dice el miembro del jurado y cazatalentos, Simon Cowell. El chico, al que asoma un grano en la barbilla, agradece el cumplido y, doce años después, encabeza el cartel del Coachella, uno de los festivales más populares del mundo.
Su paso por el reality inglés concentra los dos únicos fracasos de su carrera, ambos necesarios para dos éxitos mayores: se quedó fuera de la fase final de Factor X y después el jurado hizo una excepción para juntarle con otros cuatro chicos; luego ese grupo no ganó el concurso, pero convirtió One Direction (1D) en la boy band más exitosa de la última década. En seis años publicaron 5 álbumes, ganaron 182 premios, vendieron más de 70 millones de discos y ofrecieron más de 300 conciertos. Su primera canción, What Makes You Beautiful, cuenta con 1.347 millones de reproducciones en Youtube.
Desde la disolución del grupo en 2015 hasta ahora, Styles no solo ha conseguido mantener la fama que ganó con la banda sino desbordarla. Con 1D se convirtió en ídolo de muchas adolescentes; en solitario ha publicado tres álbumes con estilos para todos los gustos, que han culminado con As It Was, una canción que consiguió un Récord Guiness por ser la más escuchada del mundo a las 24 horas de su estreno: 16 millones de reproducciones. “Es la canción con la que se me han acercado más hombres. No es que fuera el objetivo, pero es algo que he notado”, dijo a la revista Rolling Stone en agosto. “Cómo Harry Styles se ha convertido en el hombre más buscado del mundo”, era el título de la portada.
Sobrevivir al éxito de una boy band está al alcance de muy pocos. La historia cuenta con muchos intérpretes que fracasaron al lanzar carreras en solitario tras tocar el cielo como banda –Backstreet Boys, New Kids on the Block– y algunos pocos que lo lograron –Michael Jackson–. La estrategia de Styles fue ir a por los padres y hermanos de las chicas que le escuchaban con 1D, y le salió bien. Sign of the Times, de su primer disco, titulado Harry Styles, era una canción de rock suave que la crítica y el público alabaron. Stevie Nicks, de Fleetwood Mac, se acercó a Styles a partir de ella y desde entonces mantienen una estrecha relación profesional. También en Harry Styles apareció Kiwi, una canción de rock mucho más cañera que cantó en el desfile de Victoria’s Secret en 2017 y con la que lleva cerrando conciertos desde entonces. Su segundo álbum, Fine Line, fue número instantáneo en Reino Unido y Estados Unidos con un sonido alejado del anterior, mucho más veraniego y ligero, que recoge Watermelon Sugar. La canción habla del cunnilingus y le valió su primer Grammy en solitario. Estos éxitos de su carrera fuera de 1D encierran además una sutil declaración de intenciones: en ninguno de sus tres discos ha pedido a nadie que colabore con él. Tampoco se entiende esta acogida sin la moda, su otro talento.
En 2020, con apenas 26 años, fue el primer hombre en ocupar en solitario la portada de Vogue. La revista afirmó que el corazón del reportaje no era la conversación con su editor, sino la sesión de fotos que le hizo Tyler Mitchell. En ellas aparecía con un vestido con cola y volantes y una americana por encima. “Consideramos al cantante uno de los iconos de estilo más relevantes de los últimos años”, era el argumento para darle una portada que no le habían dado a ningún otro hombre en más de 120 años. La forma de vestir del cantante, desde que inició su carrera en solitario, se ha convertido en una de sus mayores señas de identidad: uñas pintadas, joyas, blusas o transparencias. Se ha atrevido con todo, influido por artistas como David Bowie, Mick Jagger o Elton John, y ha representado el sentir de parte de una generación que no presta atención a qué género pertenece la ropa que le gusta. En sus conciertos son muchos los fans que se sienten en un espacio seguro para expresar cómo son sin presiones, algo que ya hizo el propio Bowie al romper las reglas de la moda y el género.
Esa estética andrógina le ha valido elogios por abanderar la nueva masculinidad y también críticas desde el colectivo queer por hacerlo sin hablar abiertamente sobre su sexualidad ni vincularse explícitamente con la comunidad. El actor y cantante Billy Porter criticó la portada de Vogue porque decía que menosprecia al hombre negro queer en favor del blanco normativo. Styles, las pocas veces que ha abierto la boca, ha sido para decir que su sexualidad no es tan importante, que la está descubriendo, que se encuentra cómodo jugando con todo tipo de prendas y que es injusto obligar a alguien a etiquetarse para validar su expresión creativa. Tras la pandemia lanzó Pleasing, su propia marca de ropa, esmalte de uñas y cuidado corporal, con la que apoya, entre otras, a una organización benéfica llamada Queercircle.
Algunas de sus relaciones han sido públicas, como Taylor Swift o Kendall Jener, y a día de hoy mantiene una con la actriz y directora de cine Olivia Wilde. Se conocieron en el rodaje de Don´t you worry darling, película que ella ha dirigido y que se estrena el próximo 23 de septiembre. Wilde contaba en un primer momento con Shia Lebouf para ser el marido de Florence Pugh en la cinta, pero decidió prescindir de él al ver su comportamiento en el set de rodaje –Lebouf dice que la decisión de abandonar el proyecto fue suya–. En cualquier caso, contactó con Styles, al que había visto en Dunkirk, de Christopher Nolan. Fue su primer papel en el cine e impresionó a Wilde. Nolan, por su parte, reconoció que le hizo pasar el casting como uno más y que no sabía que era tan conocido. En ella, al contrario del carisma y educación que le caracteriza, Styles hace de un soldado inglés sin escrúpulos capaz de cualquier cosa con tal de volver a casa. En Don´t you worry darling interpretará a un siniestro marido que esconde un secreto. En My Policeman, la otra película que protagoniza, da vida a un policía gay en los años 50. Y Marvel, siempre buscando nuevas formas de satisfacer a la audiencia, le ha dado el papel de Eros, un ligón intergaláctico capaz de controlar las emociones de la gente.
Entre aquel chico que aparecía en televisión por primera vez, sin saber si iba a ser la última, y este, que no puede dejar de salir en ella, han pasado doce años, ocho discos, más de seiscientos conciertos y cuatro películas. Ya ha anunciado gira para 2023 y las entradas ahora las agotan, además de su incondicional base adolescente, familias enteras, parejas y grupos de amigos cada vez más mayores. ¿Cuánto de bueno puede ser alguien con un poco de entrenamiento vocal?