¿Sabéis eso que se dice cuando no quieres airear tus penas, o lo de que tu dolor es tuyo y de nadie más? Hay un pensamiento común, quizá más de la época de nuestras madres y abuelas, que habla de no mostrarnos tal y como somos por el qué dirán, por el no saberse débil frente al otro, que nadie te vea llorar, quejarte, decir en voz alta que estás mal, que necesitas ayuda, etc.
«Llorar es de niñas», «los chicos no lloran»…, seguro que recordamos frases así dichas por muchísimas personas a niños pequeños y es que, entre otras cosas, el patriarcado y la sociedad se han encargado de hacernos saber que mostrar las emociones es símbolo automático de debilidad; por ello, se dice que el feminismo también ayuda a los hombres a verse de otra manera, a no tener que ser «el fuerte».
La psicóloga Jara Pérez (Therapy web) ha creado un muro de lamentos común para dar salida a todas esas emociones y sentimientos que se quedaron en el limbo por no poder hablar de ellos o, lo que es lo mismo, nuestro fango: eso que nos acompaña allá donde vayamos porque nos pertenece y a veces nos gusta regodearnos en él. Ese muro del que hablamos se llama ‘en el fango’ y funciona a través de un perfil de Instagram que gestiona la psicóloga y de un email del que se nutre para compartir las historias de quien quiera contarlas. En el perfil que lleva en funcionamiento desde el 1 de septiembre podemos leer:
«Vamos a hacer públicas narraciones que durante mucho tiempo hemos ocultado por pudor o culpa. Vivimos en una sociedad que nos quiere siempre arriba y eso no es posible. Estamos hartas de sentirnos culpables por no estar a tope 24/7. Somos muchas las que ya no queremos estar avergonzadas de lo que sentimos. Por eso vamos a contar nuestras historias diariamente durante un año».
En proyectos como este se pone en alza la importancia de mostrarnos como somos, de no fingir, de no querer estar siempre bien (porque es imposible), de legitimar emociones y de que, al fin y al cabo, no nos sintamos mal por hablar de nuestros problemas. Los relatos que nos muestra Jara son tan variados como la sociedad misma: desde TCA a violencia, ansiedad, dependencia emocional, traumas, exigencias sociales, duelos… Un mapa con el que podemos acercarnos a la realidad de muchas personas y al mismo tiempo darnos cuenta de que los problemas suelen ser universales y de que compartirlos también es permitirnos a nosotras mismas dar un pasito más en nuestras vidas, el fango debe compartirse porque casi siempre nos va a ayudar.