El selfie, ¿una moda?

George Harrison haciéndose un selfie.
George Harrison haciéndose un selfie.
“Vamos a hacernos un selfie”, no importa si estas en la Gran Vía de Madrid, en los Campos Elíseos de París o en el Vaticano en Roma. En cualquier lugar habrás escuchado esta frase.

“Vamos a hacernos un selfie, no importa si estás en la Gran Vía de Madrid, en los Campos Elíseos de París o en el Vaticano en Roma. En cualquier lugar habrás escuchado esta frase y visto a una cantidad sorprendente de personas apretujándose ante un teléfono móvil. El selfie, esa práctica que se ha instalado en la sociedad en los últimos años de forma frenética, ha existido desde el inicio de la fotografía y, por qué no decirlo, desde que empezó a crecer el egocentrismo en el ser humano.

He aquí ocho selfies que se tomaron antes de la llegada del milenio:

Robert Cornelius (1839)

En esta época no existía Instagram, ni Facebook, ni Twitter, ni WhatsApp, pero en la mente de Robert Cornelius solo había un objetivo: perfeccionar el daguerrotipo. Esa obsesión le llevó a construir una cámara sirviéndose de una caja de hojalata y unos anteojos de teatro para luego hacer el primer autorretrato de la historia.

Joseph Byron (1909/1910)

Joseph Byron fue un fotógrafo británico que fundó en Manhattan en 1892 la Byron Company. Procedente de una familia de fotógrafos, emigró a Estados Unidos en 1888, donde se dedicó a fotografiar los espectáculos de Broadway. Y donde, como vemos, también se hizo sus selfies.

Frank Sinatra (1938)

Sinatra fue una de las figuras musicales más influyentes del siglo XX. Cantante, actor y miembro de la Rat-Pack (un grupo de juergas en el que se encontraban actores de la talla de Bogart, Dean Martin o Lauren Bacall), es conocido, no solo por sus actitudes musicales, sino también por su larga lista de matrimonios.

Antes de que diese el salto a la gran pantalla, en 1944, se hizo este selfie en el baño de su casa. La foto en los espejos no son cosa del año 2000, viene de mucho antes.

Stanley Kubrick (1949)

Uno de los directores más famoso de la historia, a sus espaldas se encuentran títulos emblemáticos del séptimo arte. Tan míticos como 2001: Una odisea del espacio, La naranja mecánica o El resplandor.

En sus inicios, Kubrick trabajaba como fotógrafo para la revista Look. En 1949 decidió hacerse un retrato frente al espejo con su cámara Leica.

Los Kennedy (1954)

Antes de ser la primera dama más famosa de Estados Unidos y un referente de la moda de los 60. Jaqueline Bouvier (su nombre de soltera) trabajaba como fotógrafa para el The Washington Times- Herald. En 1952 conoció a JFK y su vida cambió radicalmente, sin embargo, su pasión por la fotografía no desapareció como podemos ver en esta foto junto a su marido y su cuñada.

Buzz Aldrin (1966)

En plena carrera especial durante la guerra fría, el astronauta norteamericano Buzz Aldrin participó en la misión Gemini 12, perteneciente al proyecto Gemini que desarrolló la NASA al inicio de la década de los 60.  Su sucesor, Apolo, llevó al hombre a la luna. Sin embargo, nos dejó el primer selfie espacial de la historia.

George Harrison (1966)

El gusto por enseñar los lugares que visitamos no es cosa de Instagram. En plena era del movimiento hippie, George Harrison viajó a la India y frente al templo Taj Mahal se hizo un selfie utilizando una lente de ojo de pez.

Kurt Cobain y Courtney Love (1992)

Dando un salto de tres décadas en el tiempo nos topamos con este selfie del cantante Kurt Cobain y su esposa Courtney Love. Cobain alcanzó gran fama al inicio de la década de los 90 como cantante de la banda Nirvana (la canción Smells Like Teen Spirit ocupa la novena posición en el ranking de las 500 mejores canciones de todos los tiempos de la revista Rolling Stones), además de ser un referente del movimiento grunge. Este selfie fue tomado en 1992 en el baño de un hotel de Japón, en plena gira de la banda.

Nuestros antepasados no subían sus fotografías a redes sociales, lo máximo a donde podían ir a parar era a un álbum. Sin embargo, los amantes de esta moda no han descubierto nada nuevo, ni mucho menos una tendencia revolucionaria. Por triste que resulte admitirlo, darle la vuelta a la cámara y autorretratarse se hizo hace más de un siglo.