Acaba de finalizar la segunda temporada de Solo asesinatos en el edificio y ha ocurrido algo que continúa siendo insólito en un panorama en el que casi cada día tenemos un nuevo estreno seriéfilo: la segunda temporada es aún mejor que la primera.
La ficción protagonizada por Steve Martin, Selena Gomez y Martin Short se ha hecho un hueco en las agendas de sus seguidores que cada martes no han faltado a los nuevos capítulos. Y si se ha convertido en una de las series más populares del momento es porque aúna a la perfección cuatro factores que pueden parecer comunes pero que no suelen engranarse con esta maestría: el misterio, la comedia, el metacine y el teatro.
Como vecinos y aficionados a los podcast de crímenes reales, cuando los personajes viven uno en su propio edificio no pueden evitar investigar por su cuenta e ir contándolo en el podcast que crean para ello. Y este hecho de estar construyendo una ficción dentro de la ficción permite que el guion vaya avanzando con constantes giros que el espectador vive en un aparente tiempo real y con un ritmo y unos recursos nítidamente teatrales. Ayuda a este mimetismo con los personajes el rol de Martin Short que juega casi el papel de público planteándose en pantalla todas las reflexiones que la trama va a generar en el espectador y descomponiendo el guion tras el guion. El del podcast tras Solo asesinatos en el edificio. Además los protagonistas son los detectives y los sospechosos, y se cruzan en sus andanzas con varios cameos de altura.
Pero no estamos aquí para alabar la serie, esperemos que eso lo hagan los próximos Premios Emmys en los que es la producción con más nominaciones, aquí vamos a intentar entrar en esos aspectos en los que se inspira.
El personaje de Steve Martin
El papel de Steve Martin en Solo asesinatos en el edificio es el de un actor (Charles-Haden Savage ) que tuvo su época dorada protagonizando una larga serie policial. Ahora solo le reconocen por sus frases, que calaron en el imaginario popular, y por el nombre del personaje, Brazzos. Convertido en un setentero ocioso sin un futuro profesional a la vista y con un pasado en el que lleva demasiado tiempo sin trabajar, es el personaje ideal para formar parte del tridente de protagonistas que ha de tener tiempo y ganas para lanzarse a una investigación criminal y a un podcast por su cuenta.
El propio Steve Martin asegura que la idea de este personaje se la dio la propia realidad, donde se encontraba a actores que habían triunfado haciendo series muy conocidas y que después de ellas no volvían a ser llamados para trabajar.
El edificio: El Arconia
En Solo asesinatos en el edificio, como es de esperar por su título, el edificio juega un papel protagónico. Se muestra como una especie de fortaleza llena de recovecos ocultos y pasillos escondidos, se convierte en un eje en la vida de sus vecinos y demuestra la magnificencia de un Nuevo York que, quizás, ya no se parece tanto al que existía cuando se construyeron estos inmuebles.
Y es que El Arconia es ficticio, pero sus exteriores y su patio son reales ya que se graban en el edificio The Belnord, una propiedad emblemática de principios del siglo XX ubicada en la calle 86 en el Upper West Side. Un lujoso espacio que abarca una cuadra completa y que fue diseñado en estilo renacentista italiano.
Los nombres de los personajes
Los nombres de los protagonistas también tienen una inspiración real. En la serie Oliver es un director teatral que, poco a poco, ha visto como sus creaciones han ido siendo abandonadas por el público. Charles es un actor que vivió tiempos mejores y que lleva años sin trabajo, y Mabel una joven con dotes artísticas que aún busca su lugar. Pero estos tres nombres no están escogidos al azar y hacen referencia a una adaptación de Oliver Twist, libro escrito por Charles Dickens y adaptado por Mabel Dodge Holmes.
Solo asesinatos en el edificio y el true crime
Si tenemos que catalogar en algún género esta serie lo haremos como una comedia de misterio, pero dentro de ella hay muchos géneros más (incluso en algún capítulo rozan el musical) y quizás uno de los que más perviven en sus tramas es el true crime.
Lejos del formato documental basado en crímenes reales que suele acoger este género, en Solo asesinatos en el edificio beben de él en las formas de ir desenredando el misterio. Especialmente a través del podcast que llevan a cabo los protagonistas a la par que investigan cada asesinato. En él van desglosando cada posible pista, evaluando sus implicaciones y generando una nube de incertidumbre muy propia de los true crime que, en Estados Unidos, también están muy presentes en formato podcast. Para rizar el rizo en la serie se enfrentan como aficionados a una profesional de este formato.
Otras series
Casi cualquier serie de misterio suele tener similitudes con otras. El panorama está cargado de producciones en las que averiguar quién es el asesino o el culpable es el epicentro del guion y por tanto las herramientas para llegar a ello pueden ser compartidas. En este caso se trata además del clásico whodunit, ese formato en el que el espectador intenta saber quién lo hizo a la par que los personajes y que puso los pies en la pantalla a través de clásicos como Se ha escrito un crimen o Colombo.
En el lado del humor es indudable (y no solo por la magistral presencia de Tina Fey) ver en ella deslices de la ironía y los chistes de 30 Rock. Quizás porque esta bebe también de Saturday Night Live y Martin Short también pasó por el programa. Otra de las series que deja su nostalgia en esta (y en decenas de series actuales) es Soap, la clásica telenovela de enredos que –rozando el surrealismo- plasmaba constantes giros que obligaban al espectador a reubicarse placenteramente.
Pero cualquier ávido espectador interesado en resolver el misterio y en jugar en este plácido lugar en que las risas y las pistas se dan la mano encontrará sus propias referencias.