Cutre hay que decirlo más. Un elogio de lo cutre

Leemos el elogio de lo cutre.
Leemos el elogio de lo cutre.
En 'Vidas baratas. Elogio de lo cutre' Alberto Olmos indaga en la etimología, el uso, el concepto sobreentendido y el resurgimiento de un término que no es igual para todos: lo cutre.

La foto que he usado para ilustrar esta reseña es la que me ha sugerido un buscador de imágenes al teclear en él la palabra ‘cutre’. Pero, ¿lo es? ¿Qué consideramos cutre? ¿Hay una auténtica definición estanco? Indagar en el término, en su uso y en su posible resurgimiento es lo que hace Alberto Olmos en Vidas baratas. Elogio de lo cutre.

Olmos ha hecho un trabajo detectivesco que comienza en Google buscando el origen y la asimilación del término. Y su investigación deja claro que lo cutre mola, que tiene un encanto perenne, que es incluso ejemplarizante. Al menos, desde la perspectiva actual ”lo cutre  está casi de moda. (…) Lo cutre asoma en las películas, en las canciones y en los anuncios; se hace política cutre y gusta, se hace comida cutre y también gusta. La tele cutre es la única que se ve”. Lo cutre es casi una opción de vida.

Así indaga por el término y sus usos con una escritura ágil e identificativa de un concepto que, en realidad, no es tan fácil definir de forma global. Lo cutre para unos puede ser lo más ansiado para otros. Olmos rastrea en la etimología de la palabra cuyo origen se relaciona con la agricultura o, más probablemente, con un galicismo. A partir de ahí, de asentar lo poco conocido sobre el vocablo, va bajando en la comprensión cotidiana del término a través de referencias y realidades conocidas por todos. ¿Es lo cutre simplemente lo que a ti no te gusta? ¿Cómo lo definirías?

Resulta especialmente identificativo en la relación con lo made in Spain de las décadas de los 70 y 80 donde pervivía “una inclinación fatal hacia la chapuza”. Así la cultura cutre se conforma como definición de una época y quizás mucho de lo que hoy tildamos de cutre tenga sus orígenes ahí. Lo cutre es la definición de los 80s, una crítica en los 90s y una extraña añoranza en el presente. Y así lo va demostrando el libro analizando productos y actividades propias del momento y que hoy señalaríamos categóricamente con esta palabra.

Portada de 'Vidas baratas. elogio de lo cutre'.

Olmos se lanza a este ensayo porque nadie lo ha hecho antes, nadie ha indagado o revisitado un término de uso común y conceptualización personal. Con cierto símil al feísmo. Lo ejemplifica en los memes que inundan las redes sociales, imágenes mal construidas, con palabras sueltas que sin embargo triunfan por esa misma sencillez y despreocupación. Porque lo feo y lo cutre, entendido como casero, ha vuelto para ser protagonista de campañas publicitarias y páginas web. El gusto  por lo cutre se adquiere desde una superioridad en la que esto es una opción, en la se puede escoger lo cutre entre otras posibilidades a sabiendas de que lo es. Vidas baratas. Elogio de lo cutre baja así a la creciente relación del término con la publicidad contemporánea, a cómo ha emergido un nuevo cutre en ella y en los productos que avala, y en la que hay que ejercer con disciplina para desligar lo cutre de lo vintage.

Lo cutre suele ser un adjetivo de espacios, de diseños arquitectónicos, de productos de la industria de la moda y el hogar, de la restauración y, por supuesto, de los bares. Seguro que para este último lugar el concepto cutre ha hecho saltar los resortes de tu memoria. En lo arquitectónico y habitable las segundas residencias se han ganado un capítulo en exclusiva. Y es que sentirlas como algo familiar aún siendo “prestadas” y sin haberlas pisado con anterioridad es porque lo cutre ejerce como unión de conceptos, como pegamento entre el pasado que conocemos, como relativización de la vida. Y como no podía ser de otra manera, ahí dedica varias páginas al gotelé; el epíteto de lo cutre. En esa relación de lo cutre con lo popular Olmos dedica otro capítulo a las ferias de pueblo, un concepto moderno en la década de los ’40 y una auténtica cutrez en la actualidad. Eso sí, una cutrez disfrutona y disfrutable, incluso ansiada.

Tras la lectura de Vidas baratas. Elogio de lo cutre habrás sido capaz de generar tu propia definición, podrás comenzar a utilizar el término con la completa coherencia que requiere y habrás pasado un buen rato recordando los aspectos más mundanos de una sociedad que ya empieza a decir “cutre” mucho más.