Carnes ecológicas para un modelo más sostenible

En un momento en el que la venta y consumo de carne ha caído por el cierre de bares y restaurantes, puede ser interesante replantearnos nuestra propia forma de alimentarnos.

En un momento en el que la venta y consumo de carne ha caído por el cierre de bares y restaurantes, puede ser interesante replantearnos nuestra propia forma de alimentarnos. Las granjas con sobreexplotación sufrirán en estos tiempos en los que buscamos mejores alimentos en el supermercado, por ello nos encontramos en un punto en el que debemos darnos cuenta de la importancia de la llamada carne ecológica.

Desde los amplios beneficios nutricionales por sus altos estándares de calidad que aportan estas carnes hasta los ecológicos: todo es importante cuando miramos al futuro. En estos casos de ganadería ecológica, el estilo de crianza varía mucho de las granjas donde los animales están hacinados sin espacio; para la naturaleza también es muy importante, ya que hablamos de pastos donde el ganado ocupa una parte importante del campo, la reproducción de los animales se hace de la manera más natural posible y la cría suele ser en libertad o semilibertad. Esas zonas se mantienen cuidadas y es ahí, donde el medio ambiente, forma un ecosistema que no se da en otros entornos ganaderos.

Los motivos para comer carne ecológica son muchos y muy variados, la gran variedad que podemos encontrar actualmente en el mercado hace que sea bastante asequible. Por otro lado, hay que tener en cuenta los aspectos principales a la hora de elegir cuál comprar, como su procedencia, trazabilidad, etc. Otro punto importante son las garantías, que suelen ser sellos que van en el paquete o envase de compra. Además, en estos productos solemos encontrar sellos concretos como los de origen, de bienestar animal y salud medioambiental, donde el 95% del producto debe ser ecológico. También con este consumo buscamos productos libres de antibióticos (no se administran salvo en caso de enfermedad).