Bradbury es aún más Bradbury en esta edición de ‘Fahrenheit 451’

Edición ilustrada de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury).
Edición ilustrada de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury).
Nueva edición ilustrada por Raplh Steadman de' Fahrenheit 451' de Ray Bradbury.

Partimos de que no vamos a negar que las nuevas ediciones de novelas imprescindibles nos fascinan. Esas ediciones cuidadas, mimadas en el formato y la imagen que hacen más fácil el acercamiento a los títulos que no son novedades y que, por qué negarlo, a veces nos llevan a recomprar los libros que nos apasionan. Es exactamente lo que ocurre con la nueva edición ilustrada de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury).

La historia de esta novela convertida en clásico de la ciencia ficción y obra maestra de la distopía nos es conocida. La trama de Fahrenheit 451 presenta a la sociedad estadounidense en un posible futuro en el que lo libros están prohibidos y, para erradicarlos, trabajan una serie de bomberos encargados de quemarlos. Una clara declaración de intenciones para indagar en la necesidad de reflexión común. Esta obra publicada en 1951 mantiene por tanto totalmente vivo su mensaje, que como resumía el propio Bradbury; “quise escribir algo para advertir a las personas de que protegieran las bibliotecas, los libros. Yo no estudié en la universidad porque era muy cara, así que me formé en las bibliotecas públicas”.

El título ya nos dice mucho sobre ello porque los libros comienzan a arder a 451 grados Fahrenheit. Pero hoy no vamos a centrarnos en la atemporalidad de esta novela ni en el poso que deja en el lector sobre la importancia de la cultura, ni siquiera en la maestría de Bradbury que ahonda en esta novela en temas que siempre le han acompañado en sus relatos. Sino en cómo puede adquirir un nuevo matiz con una nueva edición. Se trata de la que ha presentado la editorial Libros del Zorro Rojo que contiene una introducción escrita por Bradbury cuando la obra cumplió 50 años de su lanzamiento, traducción de Marcial Souto, y las ilustraciones del británico Ralph Steadman.

Seadman es uno de esos ilustradores perfectamente reconocibles, su vertiente satírica en lo social y sus colaboraciones con grandes periódicos y revistas internacionales, además de ser parte del nacimiento del periodismo gonzo junto a Hunter S. Thompson, le han aupado al cenit de su arte. Lo demuestra también en cómo plantea este Fahrenheit 451 en el que su estilo queda totalmente patente. En sus palabras, “de joven iba a cambiar el mundo, pero el mundo empeoró, mi estilo se fue cargando de furia y empezaron a surgir manchas; como parecían muy naturales, estrellaba el pincel o la pluma contra el papel y conseguía maravillosos dibujos borrosos”.

Son esos dibujos borrosos, ese juego al rociar la tinta negra y roja, esa expresividad de apariencia sencilla, lo que hace única a esta edición. Porque si el fuego es casi un protagonista más de la novela, nadie como Seadman para representarlo. Lo hace en la tapa y en las ilustraciones que el lector va encontrando al pasar páginas. Unas ilustraciones que intensifican, que describen desde lo imaginado, que acercan -a quien intenta analizar a dónde podemos llegar como sociedad- a las llamas.

Poco nuevo podemos decir sobre lo que supone esta novela a la hora de reflexionar sobre qué estamos haciendo como humanidad y en hacia donde nos dirigimos. Sn embargo sí podemos ver con otros ojos esta historia a través de esta nueva edición.