Ari Aster: Una visión tremendista de la familia

Ari Aster (Nueva York, 1986) es un cineasta sobradamente conocido hoy. En un muy corto espacio de tiempo ha ganado renombre y prestigio, y su obra ha sido alabada en muchas ocasiones. Si bien, su cine es controvertido y también ha tenido que soportar el chaparrón de las malas críticas. A pesar de ello, hay quienes le pronostican a Ari Aster un futuro prometedor dentro de una actual generación de cineastas del nuevo cine de género.

Aster saltó a la fama con su primer largometraje, Hereditary (2018) y su segunda película, Midsommar (2019), tampoco puede desdeñarse: bebe sin pudor de la setentera The Wicker Man (1973, Robin Hardy). Su cine es un cine de terror perturbador, rompiendo con lo que puede ser aceptado o entendido por el espectador. Lo que queda patente para los que indagan en su obra es la obsesión o trascendencia que quiere dar a los asuntos de familia.

Esta línea de los problemas de familia la podemos ver sobre todo en Hereditary. La película presenta las desavenencias de una hija con su difunta madre, de esta hija con sus propios hijos y especialmente con su primogénito. El punto de inflexión de la película llegará con un suceso protagonizado por los dos hermanos. Y el padre y marido será el único cuerdo que parece tener la cabeza sobre los hombros, soportando todo el peso de la familia y de la casa hasta la extenuación. Para tratar la cuestión familiar, la cinta se vale de una trama sobrenatural con espíritus y presencias malvadas, de nuevo, muy cercanas al propio ambiente familiar. Y de manera abrupta asistimos a un desenlace que solo podremos intuir muy al final de la película.

No obstante, a pesar de todos los problemas y desgracias que le suceden a Annie Graham (interpretada por una fantástica Toni Collette), esta tiene que lidiar también con su pasado y con la turbulenta relación con su madre, un personaje misterioso con cuya muerte se inicia la narración de Hereditary. De hecho, el propio título indica una historia familiar anclada al parentesco, al pasado y a esa red de relaciones que muchas veces se hacen tan complicadas en un núcleo consanguíneo. Y serán los hijos de este personaje, Charlie y Peter Graham quienes sufrirán gravemente las consecuencias de pertenecer a esta familia.

Ari Aster incide en los líos familiares, pero llevándolos al extremo y a lo siniestro, con los peores resultados. Lo observamos en la terrorífica Hereditary, con su narración pausadamente perversa, pero sus cortometrajes siguen la misma tendencia: The Strange Thing About the Johnsons (2011) y Munchausen (2013). En el primero, la historia gira alrededor de la relación incestuosa entre un padre y su hijo, quien someterá psicológicamente a su progenitor y lo mantendrá entre el deseo y la culpa.

El segundo cortometraje explica este trastorno (el Síndrome de Munchausen) a través del miedo de una madre a perder a su hijo, imaginando qué será de su vida cuando este salga adelante por sus propios medios. Es un paroxismo real de lo que supone para una madre que su polluelo abandone el nido.

Fotograma de Munchausen. Foto: IMDb.

Las tres historias son estremecedoras, porque en la esencia de todas encontramos incrustados sentimientos malvados y perversos, en lugar de cuidados y amor, que es lo que esperamos encontrar en una familia. Una pregunta que podemos hacernos es, ¿qué le ha pasado a este hombre en su casa para encaminar parte de su trabajo a completar estos horribles álbumes familiares? O no. Quizá solamente esté mostrando magistralmente y de forma creativa los complicados y soterrados vínculos que nos unen a nuestros padres.