¿Y el punto del pescado?

Punto del pescado.
Punto del pescado.
El punto de la carne es una consulta común que cualquier camarero hace al comensal, pero... ¿y el punto del pescado? ¿Podemos elegirlo?

En eso del comer cada uno tiene sus gustos, y la mayoría genera debate. Tanto con las personas con las que compartes mesa como con los internautas, y no hablamos solo de la pizza con o sin piña. Hace poco se han viralizado varias imágenes de tortillas, tostadas o carne, enumeradas según su punto de cocinado. Y las redes se han llenado de opiniones personales sobre sus favoritas, pero ¿y el punto del pescado?

En las tortillas, su punto es siempre identidad del cocinero o restaurante (aquí somos de comerla casi con cuchara), pero en las carnes estamos acostumbrados a que sea elección del comensal. Con piezas como chuletón o solomillo ya estábamos acostumbrados a que nos preguntasen el punto, pero ya tampoco hay hamburguesería que no consulte si se quiere al punto, al punto más o al punto menos; y si no lo hacen sospechad que no les interesa demasiado que disfrutéis de su producto.

Sin embargo el pescado se sirve siempre tal como lo decide el chef. Es cierto que algunas recetas no admiten discusión u opiniones, por ejemplo un ceviche, unos boquerones en vinagre, unas rabas, o guisos como un marmitaco tienen que llevar el pescado tal como la receta original lo indica porque es la forma de sacarle todo su partido y sabor. Pero, ¿qué ocurre cuándo simplemente queremos un pescado a la plancha?

 

El punto es una elección cuando la carne o el pescado van “al natural”, casi sin condimentar y normalmente a la plancha o brasa, no así cuando forma parte de recetas ya elaboradas. Esto es porque realmente es con el producto puro cuando nuestros gustos personales tienen mayor cabida, ya que alguien amante de la carne poco hecha no disfrutará una pieza muy cocinada, y viceversa. Y, como todo, la gastronomía está hecha para el deleite personal.

Quizás dentro de todo el pescado sea con el atún o el bonito con los que estamos más acostumbrados a consumirlos poco hechos, en parte por su popularización en platos como el tataki o el propio sushi. Además suele oírse que en pescados rojos son más sabroso cuando están poco hechos, así como las carnes blancas tampoco suelen gustar con poca cocción. Pero en realidad todo dependerá del paladar y la tradición culinaria de quien está consumiendo el plato.