Abrir un libro para dejarse llevar por grandes versos ya no es el único recurso. Los versos y la poesía recorren internet en redes sociales, blogs y revistas, pero también comenzaron a formar parte de nuestro día a día a través de las vistas que nos ofrece la ciudad. Más allá de carteles rimados y graffitis cargados de originalidad, el suelo también sucumbe al poema corto. Y es que en Madrid los versos salen al paso (de cebra).
En 2014 varios pasos de cebra de la ciudad incitaban ya tropellaban al transeúnte con poesía a través de versos como “Mi alma la tripula el viento de tu respiración”, “Lo mejor no ha pasado ni está por venir. Está pasando”, “Desordenando la felicidad, me encontré con la vida”, “No hay mejor skyline que verte tumbada” o “Duerme menos y sueña más”. El colectivo Boa Mistura era el que se encontraba tras estos pasos y se sentía emocionado por la acción de la que nos contaba “nos encantan este tipo de acciones. Todo el mundo tiene derecho a vivir en lugares en los que esté contento”.
Ya sea como motivación, curiosidad o puro amor al arte aquella propuesta denominada Te comería a versos caló entre los madrileños y ahora el ayuntamiento ha decidido rescatarla. Versos al paso es el nuevo proyecto de la alcaldía que volverá a llenar de rimas los pasos de cebra; pero esta vez los versos los pones tú.
Quizás sea esa frase que se te ocurrió por sorpresa a las dos de la mañana y se ha convertido en tu leitmotiv, o un verso en el que llevas años trabajando. Sea cual sea la rima que te inspira, te motiva y que quieres compartir con el resto de madrileños, ya puedes hacerlo. Porque el ayuntamiento seleccionará un total de 700 poemas entre los propuestos por los ciudadanos, a los que se sumarán 400 creados por profesionales; llevando así a los vecinos a encontrarse con la poesía en 1.100 pasos de cebra de la ciudad que se mostrarán junto al nombre del autor. Puedes dejar ya el tuyo hasta el 7 de septiembre.
Seguro que nos hacen reír, nos sorprenden y, sobre todo, nos invitan a compartirlos en redes sociales. Porque tener la literatura a la vista cada día no puede significar más que un aumento de la creatividad.